François y yo...
El canciller alemán, Helmut Kohl, un campechano hombretón del Palatinado, se honra de tutear a los jefes de Estado y de Gobierno con los que tiene relación. A Gorbachov le llama Michael; a González, Felipe; a Major, John, y a Bush, George, pese a que, en alemán, el familiar du (tú, en español) se reserva sólo para las amistades más íntimas.Pero de todos es sabido que, hasta la fecha, su ya larga relación de casi 10 años con el presidente francés, FranQois Mitterrand, se había mantenido en el estricto campo del usted, y que jamás se había referido a él por su nombre de pila.
Hasta la fecha, porque ayer, ante la sorpresa de todos los presentes, Helmut Kohl quiso demostrar que, finalmente, había roto el protocolo y conseguido tutear a François Mitterrand.
En no menos de tres ocasiones, durante la conferencia de prensa, se refirió a las conversaciones mantenidas con el mandatario francés con la expresión: "François y yo hablamos ayer...", o "François y yo estamos de acuerdo...".
El presidente Mitterrand, por su parte, no pestañeó.
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