Mecánicos del espacio
Tres astronautas de la NASA recurrieron a las manos para capturar un huidizo satélite
Con la tecnología milenaria de los cinco dedos de cada mano, tres astronautas del transbordador norteamericano Endeavour lograron ayer atrapar el satélite de comunicaciones Intelsat VI, que se había resistido a dejarse coger durante toda la semana. Cinco horas después de introducirle en la bodega de carga del transbordador, lo dejaron en el espacio con un nuevo motor que le debe llevar a su órbita correcta, desde donde servirá para reforzar las comunicaciones por teléfono y televisión durante los JJ OO de Barcelona.
La operación empezó a la una de la madrugada del jueves y terminó a las seis a 370 kilómetros de altura sobre la Tierra, pero los astronautas norteamericanos permanecieron en total ocho horas y media en el espacio, el más largo paseo espacial de su historia. Después de la laboriosa captura y reparación, el satélite se resistió ligeramente a despegarse del transbordador, pero finalmente funcionó el muelle que le lanzó al espacio.Es la primera vez que tres astronautas norteamericanos realizan simultáneamente un paseo espacial. A Pierre Thout y Richard Heib, de 36 años, los tripulantes del transbordador que habían intentado en dos ocasiones anteriores capturar el satélite durante esta semana, se añadió Thomas Akers, de 40 años. Mientras tanto, el comandante de la nave, Daniel Brandenstein, se encargaba de aproximar la nave al satélite hasta situarla justo debajo. Los astronautas lograron su propósito de la forma más sencilla, utilizando simplemente las manos cubiertas de gruesos guantes para agarrarse al satélite, que giraba muy despacio, a 0,2 revoluciones por minuto. Así se lo habían ordenado los controladores de tierra, tras verificar con una réplica del satélite que éste no tenía elementos cortantes en su exterior que pudieran dañar los trajes espaciales de los astronautas, dado que la más mínima rotura podría costarles la vida.
Una operación difícil
Sin embargo, la operación que se realizó cuando ambos artefactos estaban encima de las islas Hawai, no fue fácil. En el espacio las cosas no tienen pesó pero sí masa, y un choque entre ambos artefactos por una falsa maniobra podía ser fatal.Cuando los tres astronautas ya tenían cogido el satélite tardaron casi una hora en lograr estabilizarle y engancharle la ya famosa barra de captura que costó 700 millones de pesetas poner a punto pero que no había servido para nada en las tentativas anteriores porque no funcionaba en ausencia de gravedad.
Una vez enganchado a la barra de captura el satélite, los tres astronautas lo sujetaron a la bodega de carga con gran -precisión y lentitud. Luego le instalaron sin problemas un motor nuevo y lo soltaron en, el espacio, momento en que se reprodujeron las muestras de júbilo entre las personas que seguían la operación desde la Tierra. Irving Goldstein, el -director general de la NASA, fue sumamente expresivo: "Es un trabajo increíble hecho por bravísimos hombres de la NASA". Otros directivos recurrieron a los santos -"Seguro que están cerca" dijo uno para explicar el éxito.
Los astronautas terminaron agotados, entre otras cosas por haber tenido que compartir entre ,tres la cámara de salida y entrada del transbordador, prevista solo para dos personas. En la noche del sábado, el transbordador regresará a la Tierra, después de que dos de sus tripulantes realicen un cuarto paseo espacia
El despliegue del Intelsat VI en su órbita asignada, a 36.000 kilómetros de altura, llevará ahora unos días. Además de su papel en los Juegos Olímpicos de Barcelona, este satélite tiene una vida útil de unos 10 años.
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