Alemania y Austria quieren crear los 'cascos verdes' de la ONU
Los Gobiernos de Alemania y Austria han anunciado que bregarán duro en la Cumbre de la Tierra para que se cree una fuerza multinacional de cascos verdes que evite y castigue los ataques más importantes a los recursos naturales del planeta. Los países en vías de desarrollo, en especial los que albergan grandes reservas biológicas, no comparten en absoluto la constitución de esta policía ecológica, que intervendría en caso de registrarse desastres ecológicos o fuertes agresiones al medio ambiente. Éste será otro de los capítulos del enfrentamiento Norte-Sur en Río de Janeiro.El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias, ha censurado este proyecto, porque, según él, lesionaría la soberanía de los Estados: "Estos mecanismos de injerencia ecológica son peligrosos y envuelven hasta problemas de soberanía". El rechazo a la intervención extranjera en cuestiones ecológicas ha sido unánime entre los ocho países dueños de la Amazonia.
La idea ya viene de la década pasada, cuando comenzó a acusarse a Brasil de ser el mayor "agresor ecológico" del mundo debido a la destrucción de sus inmensos bosques amazónicos. Francia lanzó entonces la posibilidad de someter a control internacional las áreas del planeta consideradas vitales para la supervivencia de la humanidad. La iniciativa fue apoyada por otros países industrializados como Holanda y Noruega, y provocó la contundente protesta del Gobierno brasileño.
La propuesta germanoaustríaca de ahora establece que las Naciones Unidas podrían disponer el envío de los cascos verdes, denominados así al estilo de los cascos azules, después de la autorización de un tribunal internacional, que podría ser el de La Haya.
Insistencia argentina
Argentina, entretanto, sigue empeñada en retocar la Declaración de Río (antes llamada Carta de la Tierra), el único texto de la cumbre que ha recibido hasta ahora el consenso general. Hasta el momento nadie, ni siquiera los países más pobres, había anunciado la intención de volver a iniciar el debate, por temor a que se multipliquen las exigencias de cambios y sea imposible "recomponer el muñeco", según fuentes diplomáticas. Un embajador latinoamericano ha advertido: "Tenemos serios temores de que si se abre la declaración, no haya al final ninguna".
Argentina quiere retocar dos de los 27 principios de la Declaración: el tercero, sobre el derecho al desarrollo que debe realizarse de forma equitativa, y el octavo, donde se aboga por fomentar políticas demográficas apropiadas.
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