Aventuras ecológicas

Sean Connery ha mejorado notablemente, tanto a niveles físicos como interpretativos, desde que a comienzos de los años sesenta se hizo mundialmente famoso con sus primeras encarnaciones de James Bond. Deja de ser un insípido hombretón para convertirse en un atractivo hombre maduro con una excelente voz, que además es un buen actor.En 1989 se encuentra con el realizador John McTiernan y ruedan juntos un título, La caza del "Octubre Rojo", una interesante producción sobre el final de la guerra fría. Sean Connery hace un buen trabajo y McTiernan logra superar sus primeras películas, Nómadas (1985), Depredador (1987) y Jungla de cristal (1988), muy irregulares producciones donde impera la violencia. Por tanto, no resulta extraño que cuando Sean Connery decide intervenir como productor ejecutivo y protagonista en Los últimos días del edén insista y consiga que McTiernan sea el director.

Dentro del más tradicional esquema del cine de aventuras exóticas, Los últimos días del edén narra las relaciones entre el doctor Robert Campbell y la doctora Rae Crane. Esto da pie a Sean Connery a hacer un brillante papel de peculiar investigador encerrado en la selva, casi convertido en un poderoso brujo. Connery hace de todo: subir a grandes árboles, deslizarse entre los troncos, escalar montañas, salvar a la chica al borde del peligro, pelearse con media docena de hombres, descubrir el remedio para el cáncer, cantar una canción y enamorar a la en un principio arisca doctora llegada del exterior.

Planteada como enfrentamiento de culturas, la occidental contra la primitiva amazónica, su única novedad estriba en su fuerte carga ecológica. De manera que el resultado es una clara lucha entre unos hombres blancos que creen saberlo todo y unos primitivos indios que viven en un paraíso donde ni siquiera hay cáncer, pero son sistemáticamente aniquilados cuando entran en contacto con el que parece ser su enemigo natural.

Aunque tras la pretendida aventura ecológica no haya más que una tradicional historia de amor, la realidad es que Los últimos días del edén funciona bastante bien. Tanto por la señalada aportación de Sean Connery, la de su companera de reparto Lorraine Braco, y el sólido trabajo de John McTiernan que consigue un difícil tono entre la aventura, la comedía y el romanticismo donde los personajes se mueven con facilidad. Sin olvidar la música de Jerry Goldsmith, quizá todavía más inspirada que de costumbre.