Garzón investiga a los guardias civiles antidroga por montar pruebas falsas incluso contra sus compañeros
El juez Baltasar Garzón está investigando a la unidad central antídroga de la Guardia Civil por un rosario de delitos, que incluyen prevaricación, falsedad en documentos, favorecimiento del tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, allanamiento de morada y sustracción. Según fuentes judiciales, los implicados llegaron supuestamente a montar pruebas falsas contra traficantes e incluso contra unos guardias civiles de Pamplona. Otros cuatro agentes fueron detenidos ayer por orden de la Audiencia Nacional.
El guardia Nazario Cifuentes Poveda prestó declaración durante la mañana de ayer y posteriormente el juez decidió suspender esta diligencia hasta hoy, miércoles. Su compañero Félix Molina Jemes, perteneciente al mismo grupo antidroga, no fue interrogado, pese a estar a disposición del titular del Juzgado Central de Instrucción número 5.. Baltasar Garzón ha ordenado la detención de otros cuatro miembros de la Unidad Central de Investigación Fiscal y Antidroga (UCIFA), que ayer tarde fueron arrestados por la Guardia Civil. Fuentes relacionadas con el caso han explicado que se trata de un sargento, dos cabos y un agente destinados en Madrid. Los mismos medios han avanzado que, aunque las pesquisas están centradas en Madrid,, éstas "afectan a más de una provincia". Hasta el momento, ya han sido encausados la mitad de los integrantes del grupo operativo antidroga.
El sumario iniciado hace un año por el juez Garzón, tras la denuncia del guardia arrepentído Vicente Domínguez Serrano, se ha saldado hasta ahora con el encarcelamiento del comandante José Ramón Pindado, el sargento Gonzalo Méndez, el agente Doroteo Gómez Porras y, el propio Vicente Domínguez. También están recluidos por la misma causa los confidentes Ramón del Temple Llopis, el periodista Luis Ezquerecocha, José Luis Recuero del Pino y José Manuel García Gutiérrez, mientras que se ha decretado la libertad bajo fianza de Ricardo Fernández Barbudo y Juan Payol.
Por lo instruido hasta el momento se deducen indicios de que los integrantes de la principal unidad antidroga de la Guardia Civil pudieran haber incurrido en tráfico de estupefacientes -tanto por quedarse con parte de los alijos decomisados como por pagar con droga a los confidentes-, falsedad en los atestados tramitados, tenencia ilícita de armas, sustracción de objetos y allanamiento de morada.10 sumarios en entredichoSegún fuentes próximas al caso, se sospecha que los agentes antidroga llegaron a irrumpir en casas de narcotraficantes sin contar con el preceptivo mandamiento judicial, tras lo que depositaron ellos mismos cierta cantidad de droga para así poder inculparlos. Por las declaraciones de alguno de los agentes se ha sabido que supuestamente también montaron pruebas falsas contra unos guardias civiles de Pamplona.
Como consecuencia de esta investigación, se verán en entredicho al menos 10 sumarios instruidos por la Audiencia Nacional, según informaron fuentes judiciales. Pero Vicente Domínguez, el guardia civil arrepentido, ha dejado entrever en sus declaraciones que las presuntas irregularidades pueden afectar a otras muchas operaciones realizadas por la UCIFA, tras serle mostrado el libro de registro de las actuaciones de dicha unidad antidroga durante los últimos años.
El testimonio de algunos de los que han declarado ya ante Garzón revela que el grupo antidroga pagaba a algunos de sus confidentes con parte de los alijos decomisados gracias a sus soplos. Hasta el momento, hay indicios de que al menos 16 kilos de cocaína y cuatro de heroína no se hicieron constar en los atestados porque fueron entregados a estas personas en pago por sus servicios.
En las declaraciones de algunos confidentes y guardias arrepentidos consta que agentes de la UCIFA llegaron presuntamente a adulterar con otra sustancia la droga decomisada, con objeto de igualar el peso del alijo con el que se hacía constar en los atestados que se remitían a los jueces.
El delito de tenencia ilícita de armas que se imputa a los implicados es explicable porque hay indicios de que éstos se quedaron en alguna ocasión con pistolas que incautaron a los delicuentes detenidos, ocultando en sus diligencias policiales el número exacto de armas halladas en los domicilios de sus detenidos.
Fuentes judiciales manifestaron que Garzón no tiene previsto por ahora volver a personarse en la sede de la Dirección General de la Guardia Civil -como hizo en la noche del pasado domingo-, aunque es posible que vuelva a hacerlo si considera que necesita nuevos documentos para aclarar el caso.
El ex ministro del Interior José Barrionuevo declaró a Servimedia: "No parece muy bueno para la lucha contra el narcotráfico -que es un grave problema que en nuestro país que atormenta a muchas familias- el meter en la cárcel a guardias civiles, que, con errores o no, han orientado parte de su vida y de su profesión a luchar contra narcotraficantes". Barrionuevo cree que no se puede combatir la delincuencia organizada "a través de papel timbrado", sino por "otros procedimientos más singulares".
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