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El agá Jan pronunció la oración fúnebre por Audrey Hepburn

La actriz fue enterrada en el pequeño cementerio suizo de Tolochenaz

"Su ejemplo nos continuará inspirando en este mundo cada vez más descorazonador", dijo el príncipe Saddrudin agá Jan en el transcurso del oficio religioso en memoria de Audrey Hepburn, fallecida el día 20 a los 63 años, que ayer se celebró en la pequeña villa suiza de Tolochenaz. Incluso en su última despedida, la actriz inspiró palabras de esperanza y de amor, y la tristeza de los presentes al acto no se expresó en llantos, sino en un respetuoso silencio.

Su funeral no pudo ser tan íntimo como quería su familia, pero a pesar de las decenas de periodistas y curiosos que revoloteaban alrededor del cortejo fúnebre, Audrey Hepburn consiguió irse de este mundo con la dignidad y sobriedad que la hicieron famosa. Menos de un centenar de personas tuvieron acceso a los actos religiosos, entre ellos, además de su familia, se encontraban sus dos ex maridos -el actor Mel Ferrer y el psiquiatra italiano Andrea Dotti-, los actores Roger Moore y Alain Delon, y el director general de Unicef, James Grant.Audrey Hepburn -así la nombraron todos y así reza su tumba, no con su auténtico nombre de Edda van Gheemstra- descansa en paz en lo alto del pequeño cementerio de Tolochenaz, una pequeña villa suiza en el cantón de Vaut, en la que vivía desde hace más de 25 años. Desde su tumba se divisa su casa, La Paisible, situada a menos de 500 metros del cementerio, y también el lago Leman, y los Alpes. Hace poco, por sus alrededores, la actriz paseaba a sus cuatro perros cuando todavía el cáncer de colon que acabó con su vida el pasado miércoles no la obligó a encerrarse en su apacible jardín.

De él salió por última vez ayer a mediodía, hacia la una de la tarde, en un cortejo fúnebre silencioso y recogido. Su primera parada fue la pequeña iglesia parroquial de la villa, donde la esperaban, entre curiosos y periodistas, algunos admiradores fáciles de reconocer porque en sus manos disimulaban los pequeños ramos de flores que después pensaban depositar en su tumba. El féretro fue entrado en hombros por su actual compañero sentimental desde hace diez años, el actor holandés Robert Walders, y por sus dos hijos, Sean y Luca, fruto el primero de su matrimonio con Mel Ferrer y el segundo de su boda con Andrea Dotti. Les ayudaron en la tarea un hermano de la actriz y el modisto Givenchy, que durante todos estos años mantuvo la amistad de la que fuera una de sus principales musas.

"Un ángel"

En el interior de la iglesia esperaba a Audrey Hepburn un viejo conocido, el pastor protestante Maurice Eindinguer, de 83 años, el mismo pastor que años atrás celebró su primer matrimonio y bautizó a su hijo mayor. "Desde que supe de su enfermedad, entré en un mal sueño", dijo el pastor en su sermón. "Se ha dicho que Dios ha recibido en el cielo a un nuevo ángel. No sé si lo era en el sentido que se le da al término, pero estoy totalmente seguro de que sí que es verdad que era un ángel". Para el principe Sadrudin agá Jan, "era una estrella en el verdadero sentido del término, no sólo brillaba en la pantalla, era una estrella en el cielo e irradiaba una gran luz".El cortejo recorrió lentamente el camino del cementerio y allí, en una sencilla tumba rodeada por poco menos de un centenar de lápidas, los amigos de la artista le dieron su último adiós.

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