Niño de la Taurina considera injusto torear sólo una tarde en la feria

E. M., Carlos Collado, Niño de la Taurina, abre hoy el largo ciclo isidril, en el que ya no dispondrá de otra oportunidad, lo que considera injusto: "Prefería no contar con el dudoso honor de matar el primer toro y hacer el paseíllo alguna otra tarde, porque es muy duro tener que jugártelo todo a una carta, máxime si te encuentras en el mejor momento de tu carrera, como me ocurre a mí ahora". Una carrera brillantísima como novillero y que tras su doctorado, en 1988, fue de más a menos, como admite: "Los éxitos novilleriles me llegaron demasiado fácil y me dormí".

El toledano, de 23 años, explica que las causas que le llevaron a aquel bache no fueron taurinas, sino personales y producto de su inmadurez para asimilar los triunfos, por lo que añade: "La madurez que poseo ahora como persona me ha hecho ver

las cosas claras, y eso se nota en la plaza, donde vuelvo a entregarme como cuando era un chavalín y estaba empezando". Tras reconocer que también ha sido muy importante en este cambio el apoyo y cariño de Justo Ojeda, su nuevo mentor desde esta temporada, señala que cree que ya lo puso de manifiesto en sus dos únicas actuaciones este año, en Madrid y Toledo. "Por esa razón me duele más que la empresa no me haya puesto otra tarde, ya que, pese a todo, soy de los poquísimos toreros jóvenes que han logrado salir ya dos veces a hombros de este coso".

Con respecto a los toros de Dolores Aguirre afirma que, aunque los rehúyen las figuras, a él le gustan, porque tienen movilidad y en muchas ocasiones casta, lo que le ayuda a su estilo de toreo clásico y sobre todo en el tercio de banderillas: "Sé que es una corrida con mucho trapío y muchos pitones; mejor, así valorarán más mi triunfo a poco que embistan. Y a la empresa no le quedará otro remedio que llamarme para la primera sustitución que se produzca".

Juan Cuéllar, al que también apodera Justo Ojeda, ha tenido más suerte, y actuará, además de esta tarde, en la última de abono con toros de Miura, lo que parece no importarle: "Ya les he cogido el truco y, por suerte o por desgracia, estoy catalogado como torero de este tipo de corridas, con las que también he demostrado que soy capaz de triunfar".

Para el de Colmenar de Oreja de 25 años, será su segunda comida de la temporada, tras la corrida concurso del pasado 2 de mayo en esta misma plaza: "Tampoco me preocupa empezar de nuevo mi temporada en Madrid, es algo usual en mí, ya que en esta plaza en la que he toreado más de 20 tardes, cimenté mi carrera desde novillero hasta ahora, e incluso logré salir a hombros en l991". Concluye afirmando que lo único que necesita es que los toros de esta tarde no se parezcan en nada a los mansos y peligrosos del 2 de mayo, "con los que me jugué la vida".