El partido de Occhetto promete continuar el saneamiento de las finanzas públicas, de Italia

El programa de gobierno del Partido Democrático de la Izquierda (PDS) promete plena continuidad con la política de saneamiento de las finanzas públicas que ha desarrollado en los dos últimos años el actual primer ministro, Carlo Azeglio, Ciampi. El programa, presentado ayer por el secretario general del PDS, Achille Oechetto, mantiene, en efecto, el compromiso del actual Gabinete de equilibrar para 1996 la relación entre la deuda pública y el PIB, mediante la reducción de los tipos de interés y el estricto control del gasto público.

El primer partido de la izquierda se compromete, además, a "rechazar cualquier hipótesis de repudio de la deuda pública o de consolidación obligatoria de la misma, y a reafirmar el empeño del Estado en la defensa de los ahorros de los ciudadanos". Esta última declaración es importante, porque los bonos del Tesoro, bien remunerados y absolutamente opacos desde el punto de vista fiscal, han sido el principal destino del ahorro privado de los italianos modestos o ricos.El programa del partido calificado de neocomunista por sus oponentes de la derecha insiste en una moderación comparable a la del propio Ciampi, que dirigió el Banco de Italia durante más de una década de Gobiernos controlados por los democristianos. Por otra parte, es sabido que Occhetto se ha mostrado dispuesto a encomendar a Ciampi la dirección del Gabinete que se forme tras las elecciones del 27 de marzo.

Occhetto destaca que "la prioridad de las prioridades es el problema del empleo",. pero lo hace reconociendo que "en el horizonte histórico actual no existen alternativas a la economía de mercado" e incluso que, dada la coyuntura, "es muy estrecha la vía" de posibles intervenciones públicas sobre el paro.

El programa del PDS descarta las políticas tradicionales de corte keynesiano, cuando afirma que "no existen condiciones para replantear las recetas clásicas de apoyo al empleo mediante una inyección de demanda global y de consumos".

Como posibles actuaciones en este campo, se mencionan las fórmulas flexibles de empleo, las reducciones generalizadas de la jornada laboral, aunque siempre vinculadas a incrementos de la productividad, y la movilización de recursos ociosos. En ese contexto se habla de incentivos que faciliten el rescate para la producción de los ingentes fondos colocados en la deuda pública.

Otro caballo de batalla del partido calificado de estatalista por sus oponentes es el federalismo, que Occhetto ha querido rescatar como una reivindicación tradicional de la izquierda italiana frente a las proclamas secesionistas del líder de la Liga Norte, Umberto Bossi. La "atribución a las regiones de todas las funciones que no estén expresamente atribuidas al Estado central" y la conversión de una de las dos cámaras en un Parlamento de las regiones son dos propuestas del programa.

Pero el federalismo tiene su mejor concreción en el terreno fiscal, donde el PDS propone una profunda reforma concebida como "un nuevo pacto entre los italianos" para llegar a "una situación análoga" a la existente en los grandes Estados federales, como EE UU, Alemania o Suiza, manteniendo las contribuciones sociales para el Estado central y dividiendo por mitades los impuestos entre el Gobierno central y los locales.

Esta reforma garantizaría una solidaridad desde la que se podría abordar la desaparición gradual del asistencialismo hacia el sur. Unida a la continuación de la política de privatizaciones, tendería, además, a reducir la omnipresencia estatal que ha favorecido una corrupción galopante.