"Berlusconi será efímero"
Mario Segni abandonó la Democracia Cristiana (DC), pero volvió a los orígenes para concurrir a las elecciones del 27 y 28 de abril junto al Partido Popular Italiano (PPI), heredero de la DC, y que ahora forma el bloque de centro con su Pacto por Italia. Hace semanas, los italianos le consideraban el presidente ideal del Gobierno. Pero la llegada del magnate de los medios de comunicación Silvio Berlusconi cambió los sondeos y el panorama político.Pregunta. Los sondeos indican que Berlusconi marcha en cabeza. ¿Lo cree así?
Respuesta. Es indudable que Berlusconi ha creado una fuerza notable. Pero al menos el 50% de los italianos no ha decidido todavía su voto y los resultados finales están por ver.
P. Esos italianos indecisos, ¿no están también descontentos con el sistema electoral mayoritario que ellos mismos hicieron aprobar, por abrumadora mayoría, en el referéndum del año pasado?
R. No, están indecisos porque es difícil reorganizar las distintas áreas y crear nuevos partidos en poco tiempo. El paso de un sistema al otro es problemático, y es lógico que sigamos en una fase de transición.
P. Usted ha sido criticado porque, tras promover aquel referéndum que trajo un sistema electoral que tiende a dividir al país en dos polos, de izquierda y derecha, ahora rehuye las consecuencias y se sitúa en el centro.
R. Para empezar, el sistema mayoritario no significa necesariamente un mapa político bipolar. En Francia, hay cuatro o cinco partidos. En el Reino Unido, tres. En ese sentido, repito que estamos en plena fase transitoria. Pero tampoco es que yo sea contrario al bipolarismo. Espero que se llegue a él, aunque también que sea moderado, no del bipolarismo extremista que tenemos hoy.
P. De usted se dice también que ha dudado mucho. Con la Liga Norte de Umberto Bossi, llegó a cerrar un pacto electoral en el que se hablaba de "federalismo fiscal". Su programa comparte ideas sobre la enseñanza y la sanidad con el ultraliberal de Berlusconi. ¿Qué le separa finalmente de la derecha?
R. Aclaro primero que en el documento que firmamos con la Liga, la palabra federalismo no aparece, aunque sí se habla de una capacidad impositiva de las regiones y de los ayuntamientos que hemos apoyado siempre. De la Liga, nos separa, sin embargo, todo el equívoco sobre un tema fundamental, como es la unidad de Italia, y sobre la solidaridad con las demás regiones, es decir, sobre las ayudas al Sur. De Berlusconi, pensamos que su programa no sólo tiende a un liberalismo salvaje sino, sobre todo, que se trata de un programa irrealizable porque exigiría unos gastos gigantescos e irrealizables. Lo consideramos poco serio.
P. De Achille Occhetto, el líder de la izquierda, con el que ha dicho que nunca formaría un Gobierno, ¿qué le separa?
R. Frente a Occhetto, me coloco en una posición diferenciada, ya que creo que debemos ser la alternativa a Occhetto, no sus colaboradores.
P. Pero usted habla de Gobierno institucional y, para hacerlo, necesitará a Occhetto, porque nadie más le apoya.
R. Bueno, Gobierno institucional significa que, a falta de una mayoría clara, se hace un Gobierno al margen de los partidos o con todos los partidos...
P. Sí, pero Berlusconi dice que, en esa hipótesis de falta de mayoría, pedirá que se repitan las elecciones...
R. Sí, pero, antes de repetir las elecciones, habrá que cambiar los mecanismos, las reglas electorales, ya que, en otro caso, seguiría habiendo el mismo riesgo de ingobernabilidad. El Gobierno institucional se hace para eso. Para cambiar las reglas.
P. ¿Es verdad, como se dice, que el centro se conformaría con un 15% de escaños que le permitiera hacer de bisagra?
R. No de bisagra, porque aspiramos a ser el punto de equilibrio. No nos veo como algo que debe permanecer entre dos contendientes, sino como el verdadero polo liberal democrático alternativo a la izquierda, pero que todavía no existe.
P. Usted primero se opuso al doble turno electoral que pretendía la izquierda. Ahora, lo quiere. ¿Por qué ese cambio?
R. Porque me he dado cuenta de que facilita la gobernabilidad y de que podría impulsar la agregación en dos bloques. La derecha italiana todavía no está del todo hecha.
P. ¿Qué opinión le merece Berlusconi como político?
R. Es muy hábil, de eso no hay duda. Pero es difícil pensar que un país se pueda confiar a quien se presenta con una posición de casi monopolio ya adquirida en el campo de la comunicación. Alguien, por lo tanto, que representa intereses personales en contraste con el interés público y que, si llegara a presidir el Gobierno, asumiría el control de la casi totalidad de los medios de información en el campo televisivo, públicos y privados.
P. ¿Esa posición de Berlusconi pesa sobre la campaña?
R. Sí, enormemente. Hay un gigantesco uso de las televisiones privadas que, incluso si queda dentro de los límites de la legalidad, es políticamente inaceptable. En Estados Unidos, uno que tuviera el control de la televisión privada nunca habría podido presentarse como candidato en la política.
P. ¿Cree que Berlusconi durará en la política?
R. No tiene una historia a sus espaldas, no tiene ideología ni cultura política. Me parece que será efímero.
P. ¿Y la Liga?
R. Creo que también la Liga será reabsorbida a media que la protesta ceda.
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