Los 300 trabajadores de Ebro-Kubota aceptan el cierre a cambio 2.340 millones en indemnizaciones
La plantilla de Ebro-Kubota, integrada por 300 personas, ratificó ayer por la mañana el acuerdo alcanzado el jueves entre los representantes de los trabajadores y la dirección de la empresa. Ebro-Kubota se compromete a aportar 2.340 millones para el pago de las indemnizaciones derivadas del cierre de la factoría.El director de administración y finanzas, Emilio Marcos, considera "positivísimo este acuerdo que ha sido, además, muy consensuado". "La empresa era técnicamente inviable con unas pérdidas acumuladas en los últimos cuatro años de 13.000 millones y una facturación anual de 6.000 millones".
Los trabajadores de la multinacional japonesa de tractores no mostraban ayer una gran tranquilidad ante unas indemnizaciones por valor de 2.340 millones de pesetas; aunque hace menos de un mes el comité rechazó la oferta de la empresa que ascendía a 1.400 millones. "Si se considera buen acuerdo a verte en la calle pasado mañana, éste no lo es", explicaba ayer una trabajadora de la fábrica en Cuatro Vientos (Madrid).
El dinero-pactado ronda una indemnización de 45 días por año trabajo. La cantidad que recibirá cada uno está pendiente de empezarse a negociar. "La fórmula de reparto es algo que se tiene que discutir", explica Pedro Casillas, responsable de la federación del metal de UGT-Madrid.
La dirección de la empresa japonesa anunció el pasado mes de marzo el cierre definitivo de la fábrica. "Al final, no nos quedó más remedio que aceptarlo sobre la base de que no conseguiríamos la viabilidad de la empresa", explica Carmelo Plaza, miembro de la ejecutiva de la federación del metal de CC OO-Madrid.
Plaza explica que en la actualidad trabajan "con la mediación de la consejería de Economía de la Comunidad de Madrid para que los actuales proveedores de Ebro-Kubota lo sigan siendo para la empresa en Japón". Se trata de paliar el efecto negativo en el empleo inducido que, calculan, afecta a 820 empleos de empresas proveedoras. Esto evitaría, por ejemplo, que una de las empresas subsidiarias afectadas por el cierre de Ebro-Kubota como Faica, no presente el expediente por el que se despediría al 50% de la plantilla, según señala.
Todavía quedan abiertos conflictos industriales en la Comunidad de Madrid. Rank Xerox, por ejemplo, ha planteado una plan de racionalización a escala nacional que obligaría al cierre del taller situado en Coslada y en el que trabajan 65 personas.
Los sindicatos han terminado sin acuerdo el periodo de consultas de los dos expedientes por los que se despediría a 291 personas de Amper Telemática y a 46 trabajadores de Amper Cosesa. Otro punto débil del tejido industrial es Santa Bárbara. El plan de reajuste planteado a escala nacional reducirá 156 puestos de trabajo en Madrid. La dirección de SKF, fabricante de rodamientos, ha anunciado su intención de cerrar su centro en Madrid, lo que implicará la supresión de 280 empleos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.