La venganza a de los liberales

Hace un año y una semana, Tsutomu Hata era el líder de un grupo de rebeldes que, después de meses de tensión, desató una revuelta. Aliado a los socialistas, el mayor partido de la oposición a lo largo de toda la guerra fría, logró que se aprobara una moción de censura contra el Gobierno de Kiichi Miyazawa.La rebelión comenzó con una doble gran promesa: una amplia reforma política que pusiera fin a años de corrupción y una desregulación de la economía.

En las elecciones generales que siguieron, celebradas a finales de julio, el Partido Democrático Liberal (PLD) perdió la mayoría que tenía en el Parlamento desde hacía 38años y una heterogénea agrupación de, ocho partidos de oposición se amalgamó en una coalición gubernamental. Morihiro Hosokawa, un exgobernador de una prefectura sureña, se convirtió en el nuevo primer ministro.

Durante algunos meses la revolución política pareció cobrar fuerza. Hosokawa impulsó un sistema, electoral totalmente nuevo, que daba más poder a los votantes urbanos en detrimento de los agricultores, que tenían una influencia desproporcionada. Los socialistas no aceptaron bien los cambios y un escándalo financiero llevó a Hosokawa a dimitir sin luchar. Hata le sustituyó y la falta de apoyo socialista ha permitido al PLD vengarse.