El primer héroe poscomunista de Rusia
Exito televisivo de un personaje que se enriquece en los anuncios de una misteriosa empresa
Millones de esperanzados ciudadanos rusos que hacen sus pinitos en el capitalismo incipiente siguen día a día las aventuras del primer héroe poscomunista. Se llama Lionia Golubkov, tiene un rostro que evoca a un dependiente de frutería o un enfermero curtidos en la época soviética, y cualquier ruso urbano cuarentón, que guste de sentarse en camiseta a tomar vodka y pepinos en salmuera en su angosta cocina, puede identificarse con él.Lionia Golubkov es poseedor de acciones de la sociedad MMM, el primer anunciante de la televisión rusa, que invade con su publicidad desde los noticiarios hasta las retransmisiones del Mundial de fútbol, e incluso aprovecha el servicio telefónico de información horaria para colar la cotización de sus acciones.
La MMM, una misteriosa empresa dirigida por el griego Serguél Mavrodi, promete dividendos anuales no inferiores al 2.000% y oculta su domicilio social y teléfonos, limitándose a tener una amplia red de puntos de venta, con empleados ajenos al bien guardado núcleo de la compañía. Ésta ha sabido desmarcarse del banco MMM, que en abril se convirtió en el quinto banco declarado insolvente y clausurado por las autoridades rusas en lo que va de año.
VIadímir Permiakov, de 42 años, un actor secundario en paro, representa en la pantalla a Lionia Golubkov, que se ha transformado en la encarnación del ruso de a pie, deslumbrado por MMM y otros de los muchos fondos de inversión que ofrecen porcentajes delirantes a los inexpertos rentistas. A lo largo de varios clips, Lionia y Rita, su esposa, han ido ascendiendo en la escala social, y todo gracias a los dividendos de MMM. Primero, Lionia compró unas botas a Rita. Luego, un abrigo de pieles; más tarde, unos muebles, y después, un coche. En el último clip, el protagonista de esta saga posproletaria casi compra una casa. Tal vez será en París.
Además de Lionia -en la vida real, un siberiano solitario residente en casa de huéspedes y Rita, la galería de tipos rusos de MMM cuenta con Vania Golubkov (hermano de Lionia), un tatuado con pinta de ex convicto, que en realidad es profesor de filosofía. Están también María Serguéievna, una mujer madura convertida en un buen partido gracias a MMM; la pareja de ancianos Nikolái Fornich y Elizabeta Andréievna, y la de los jóvenes Ígor e Iulia, que en realidad son estudiantes de teatro. Los rusos de a pie esperan con impaciencia los futuros pretendientes de María Serguéievna y las aventuras de Lionia y Vania en Estados Unidos, adonde los Golubkov han ido a ver el Mundial de fútbol.
Firmante de un contrato, que le impide dar detalles de su relación con MMM, Lionia Golubkov huye de los periodistas, como huye de ellos el financiero Serguéi Mavrodi, que trata de convertir a los accionistas de MMM en cómplices frente al fisco, al que desaflia abiertamente. En una entrevista publicitaria insertada por la empresa en los principales periódicos rusos, Mavrodi atribuía el secreto que rodea a MMM a la necesaria confidencialidad de operaciones de compra de grandes paquetes de acciones de empresas, y también a sus relaciones con la industria militar, donde, según decía, el mercado es "¡limitado". A la pregunta de si comerciaba con armas formulada en su propia publicidad, Mavrodi respondía: "No entraremos en detalles".
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