La pinza funciona
Lasatisfacción de Jaime Mayor Oreja en la noche del domingo pasado era perfectamente comprensible. Los resultados del PP habían sido buenos, los de IU todavía mejores y el momento no podía ser más oportuno. Tras la recuperación de la iniciativa política por el Gobierno con el inicio del curso político, que había dejado algo desdibujado al PP como alternativa, el partido de José María Aznar necesitaba una confirmación de que su estrategia para desplazar al PSOE del Gobierno de la Nación funciona. Los resultados de las elecciones vascas han ido en esa dirección.Lo significativo de dichos resultados no ha sido el descenso del PSOE, más acentuado en escaños que en procentaje de apoyo popular, sino la confirmación de que la estrategia de pinza del PSOE por la derecha y por la izquierda funciona electoralmente. Si en las elecciones generales del 6-J de 1993 dicha estrategia no dio, los resultados apetecidos para sus protagonistas como consecuencia de la concentración final del voto de izquierda en el PSOE, a fin de evitar la victoria de la derecha, desde entonces sí ha funcionado: políticamente en el acoso parlamentario al Gobierno y electoralmente en las consultas celebradas: europeas, andaluzas y ahora en las vascas.
Políticamente, la estrategia había perdido mucho gas, en parte por la recuperación del Gobierno y en parte por su carácter exclusivamente negativo. Por eso, era muy importante confirmar su eficacia electoral.
En la estrategia de emparedamiento del PSOE es en la que descansa la esperanza del PP de ganar las próximas elecciones. El PP no depende sólo de sí mismo, sino también de IU. La centrifugación política afecta mucho más a la derecha española que a la izquierda. Por eso en las elecciones generales únicamente en 1977 la derecha española (UCD+AP) superó a la izquierda (PSOE+PCE) en porcentaje de votos, y en un 1%. Ya en 1979 se invirtió el porcentaje a favor de la izquierda. ¡Y en aquellas elecciones UCD superó a Convergència en Cataluña! Desde entonces la distancia entre la izquierda y la derecha españolas ha estado siempre bastante por encima de los diez puntos.Para tener garantizada la victoria, el PP necesita no solamente concentrar todo el voto de la derecha, sino que necesita además que se produzca la fragmentación en el voto de izquierda. Si IU no se instala por encima del 10% en el conjunto del Estado, el riesgo de no ganar las elecciones es muy alto.
En lo que a su espacio político se refiere, el PP ya ha hecho todo lo que tenía que hacer. Y lo ha hecho bien. Ha conseguido hacer desaparecer el CDS sin hacer sangre en el proceso y ha conseguido la incomparecencia de facto de la extrema derecha en los procesos electorales. No parece que en el inmediato futuro vaya a tener problemas en ese espacio. Otra cosa será cuando tenga que gobernar.
Lo que el PP necesita ahora es o que el PSOE estalle por sus problemas internos (no parece probable) o que IU crezca de manera significativa.
Esto último sí resulta más que probable, como la homogeneidad de la presencia en las tres provincias vascas parece confirmar. Si en el País Vasco se ha pasado de la nada a casi el 10%, es bastante lógico pensar que IU pueda situarse claramente por encima de ese porcentaje en las futuras elecciones generales.
Y si esto ocurre, las posibilidades de victoria del PSOE se verán reducidas de una manera dramática. Por eso, Jaime Mayor Oreja pudo difícilmente reprimir un gesto de alegría al felicitar a IU por su ascenso electoral.
La pinza, decía para sus adentros, funciona.
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