_
_
_
_

Las obras de una central hidroeléctrica sacan a la luz cuatro fosas comunes del nazismo en Austria

El fantasma del nacionalsocialismo reaparece en Austria con inusitada frecuencia. El descubrimiento de cuatro fosas comunes de esa época cuando se realizaban las excavaciones para construir una central hidroeléctrica en Lambach, 220 kilómetros al oeste de Viena, ha originado una agria polémica. Mientras las autoridades locales. insisten en continuar las obras, el presidente del Parlamento, Heinz Fischer, exige un "mínimo de piedad" para con las víctimas,. presuntamente judíos internados en un Gunskirchen, un campo de concentración nazi satélite del campo de Mauthausen.

Hasta ahora se han exhumado ya diez cadáveres -todos de hombres de entre 19 y 22 años- enterrados en el lugar donde se iban a instalar las enormes turbinas de la central hidroeléctrica. Un grupo ecologista que movilizó en el pasado a la población contra el proyecto presentó ayer importantes documentos que podrían ayudar a localizar más cadáveres. Se trata de fotografías aéreas tomadas hace siete años sobre el terreno, con rayos infrarrojos que muestran claramente una zanja de 800 metros de longitud donde se ha removido la tierra y que termina donde fueron descubiertos los primeros restos humanos, a dos metros de profundidad.La propuesta de una "solución integradora" por parte del gobernador de la región de Austria Alta, Josef Pühringer, causó indignación. Pühringer planteó seguir con la construcción de la hidroeléctrica y dejar como "terreno intocable" los 31.000 metros cuadrados que cubren el área donde se presume que hay más cadáveres.

Paul Grosz, el presidente de la comunidad judía en Viena, advirtió que, de acuerdo con el rito de su religión, a los muertos no se les puede dar nueva sepultura, por lo que sería "macabro" que los cadáveres fueran "inundados" por los embalses. "Lo mejor", advirtió Grosz, "sería cerrar las excavaciones y dejarlos en paz".

El cazador de nazis Simon Wiesenthal considera que las víctimas de las fosas comunes eran "judíos húngaros", que fueron exterminados durante la conocida como Marcha de la Muerte, el último crimen de los guardianes de las SS, la policía política nazi, al final de la II Guerra Mundial, cuando obligaron a los presos a evacuar los campos de concentración pocos días antes de la llegada de las tropas aliadas.

Otra hipótesis, según Wiesenthal, es que los prisioneros murieran de fiebres tifoideas, una epidemia que diezmó a los internados en Gunskirchen, uno de los 40 campos de concentración de esta región austriaca, satélite del más conocido de Mauthausen. "Si se excava en Austria, se encontrarán con la misma facilidad ruinas romanas o personas asesinadas. Hay fosas comunes en todas partes", sentenció Wiesenthal.

La construcción de la central hidroeléctrica a orillas del río Traun ha sido duramente criticada por ecologistas, que ocuparon el lugar durante semanas para evitar la destrucción de un "paraíso natural". Mientras la mayoría de los políticos pedían no mezclar "argumentaciones ecologistas con los muertos", el Ministerio de Interior es el único que tiene poder, según la legislación austriaca, para decidir el futuro del terreno. De acuerdo a la ley, si está en juego el "interés nacional" se pueden trasladar los cadáveres encontrados para darles una nueva sepultura, una solución que causaría una enorme indignación entre la comunidad judía de Austria.

Sin embargo, algunos historiadores han asegurado que los cadáveres hallados eran de los soldados alemanes que murieron mientras se encontraban prisioneros de las fuerzas aliadas. Estas versiones parecen haber suscitado más bochorno que credibilidad.

El gerente de la empresa que construye la central hidroeléctrica aseguró en la noche del martes, sin dar mayores explicaciones, que los cadáveres "no son en ningún caso de eslavos". Esta versión ha sido desmentida por investigadores que ase guran que los soldados alemanes que murieron mientras eran presos de las tropas aliadas re cibieron una sepultura identificada.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_