Los sindicatos intentan reavivar esta semana la protesta social en Francia
Los sindicatos Confederación General del Trabajo (CGT, procomunista) y Federación Sindical Unitaria (FSU, izquierda) intentan reavivar la protesta social de diciembre. Aunque sus dirigentes consideran imposible alcanzar el altísimo nivel de movilización obtenido por el rechazo a la reforma de la Seguridad Social, esperan capitalizar el descontento general con una serie de manifestaciones para reclamar mejores salarios y menor jornada de trabajo.
El eco que puedan alcanzar los sindicatos se reflejará en una "gran manifestación nacional" que debe celebrarse el domingo en París. Para hoy también se ha convocado una huelga en las administraciones publicas."En diciembre sólo se consiguió retrasar el calendario hasta octubre", afirmó Louis Viannet, secretario general de la CGT, quien añadió que habían sido suprimidos los aspectos "más antisociales" de las reformas propuestas por el primer ministro, Alain Juppé, refiriéndose a la marcha atrás gubernamental en lo referente a las pensiones del sector público y a la Sociedad Nacional de Ferrocarriles. "Pero queda en pie una parte del plan de reforma de la Seguridad Social, queda por resolver el drama del desempleo, queda la congelación de salarios y queda por afrontar la reducción de la jornada laboral", añadió
Mientras los sindicatos agitan aún el fantasma de la reforma de la Seguridad Social -de la que, por el momento, sólo ha quedado en pie un impuesto y una reforma constitucional de significado confuso-, Alain Juppé sigue fabricando planes al ritmo de uno por mes de mandato. Tras el plan para los funcionarios, el plan para el sistema asistencial, el plan para los barrios marginados y el plan para reactivar el consumo, entre otros, ayer presentó el plan para las zonas rurales, octavo de la serie. Fue un conjunto de ayudas fiscales -en un momento en que baja la recaudación de impuestos y el déficit amenaza con hincharse aún más- para favorecer la implantación de la pequeña industria en áreas de baja renta.
"La gente ha perdido la pista de tanto plan; hay cada vez más medidas administrativas y menos idea de hacia dónde quiere ir el Gobierno", criticó el domingo la dirigente socialista Martine Aubry. Una encuesta publicada ayer por Le Monde indicaba que un 51% de los franceses seguía oponiéndose a todo cambio en el sistema de Seguridad Social, un 64% expresaba su miedo al futuro y un 80% consideraba que no existía diálogo social.
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