"Es cierto que la universidad peor financiada es la Complutense"
Rafael Puyol, asturiano de 51 años, mueve desde hace año y medio el timón de los 127.00 alumnos y los 5.000 profesores de la universidad más grande de España, la Complutense. Es un hombre de pocas palabras, pero de "espíritu dialogante". Así le definen hasta sus rivales, entre ellos Carlos Berzosa, a quien derrotó en las elecciones a rector. Catedrático de Geografía Humana, casado y con cuatro hijos, juega al pádel y reconoce una gran pasión: la música clásica.Pregunta. La Complutense tiene imagen de universidad con solera, pero poco viva.
Respuesta. Pues es una universidad con gran dinamismo. Las actividades son numerosísimas. Pero el tamaño impide que sea más viva, que se refleje más.
P. ¿Ese gigantismo de la universidad le obliga a ser una especie de alcalde?
R. Dificulta la gestión, al ser tan grande y tener dos campus tan alejados [Ciudad Universitaria y Somosaguas]. Pero es necesario descentralizar la gestión. Estamos preparando un plan para que muchas cosas se resuelvan en las propias facultades. Lo cierto es que con más de 120.000 alumnos es difícil ofrecer una mejor calidad en la enseñanza y en los servicios. Lo ideal sería tener menos estudiantes y mayor presupuesto.
P. ¿Se investiga?
R. Esta universidad tiene el volumen de investigación más importante del país. Si no fuera así sería terrible. El uso de recursos de empresas es cada vez mayor; los equipamientos, cada vez mejores, y la participación en proyectos europeos, cada vez más intensa.
P. La evaluación de profesores por parte de los alumnos apenas tiene consecuencias.
R. Cuando empezaron las encuestas sobre los profesores se ofreció cierta confidencialidad. Lo prioritario es hacer encuestas a los alumnos sobre cómo se están implantando los nuevos planes de estudio.
P. Su universidad tiene un elevado porcentaje de carreras que no han adoptado los nuevos planes.
R. Muchas se podrán hacer en cuatro años, pero no con la actual estructura de asignaturas. En esta universidad todavía no se ha terminado ninguna carrera del nuevo plan, pero la mayoría de ellas deparará un porcentaje muy modesto de estudiantes que acaben en el plazo fijado. Y puedo decir que la mayoría de las nuevas titulaciones no se implantarán si no se introducen modificaciones. Incluso hay carreras de cuatro años que se plantean volver de nuevo a los cinco, como Económicas o Empresariales. Se está comprobando el estrepitoso fracaso de los nuevos planes de estudio. Hay que ir a una reducción de asignaturas y volcar a los alumnos hacia una formación práctica y especializada.
P. ¿Cuáles son los problemas mas acuciantes de la Universidad española?
R. El gran problema ha sido la masiva entrada de estudiantes que ha obligado a crear centros universitarios muchas veces improvisando. Salvo excepciones, ello se traduce en una reducción, de la calidad y cierta desatención de las tareas investigadoras. Las empresas deberían dar más ayuda financiera a la Universidad, porque ésta puede prestar servicios de investigación, y deberían acoger a estudiantes en prácticas y a demandantes del primer empleo. Además, uno de los aspectos más negativos es la falta de movilidad de estudiantes. Yo apostaría por el distrito abierto, con un buen sistema de becas. Las universidades deben especializarse por áreas, porque no pueden ser buenas en todo. Para conseguir la excelencia hay que especializarse.
P. ¿En qué se distingue su proyecto del de su antecesor, Gustavo Villapalos?
R. Mi proyecto está basado en tres principios. Ante todo, transparencia en la gestión. Pero yo no quiero hacer comparaciones con el pasado. Yo también soy el pasado, porque formé parte del anterior equipo de gobierno. El segundo elemento es la participación. Y en este sentido, la comunidad universitaria reconoce que hay participación en este equipo. Yo no he llevado ningún proyecto a la junta de gobierno intentando forzar su aprobación. El tercer gran aspecto es el realismo; no creo que sea conveniente hacer promesas. No prometo nada que no esté seguro de cumplir.
P. El Tribunal de Cuentas ha apreciado irregularidades en la gestión financiera de la Complutense en el pasado.
R. No conozco el informe del Tribunal de Cuentas.
P. ¿Tiene sus cuentas claras?
R. Absolutamente. El año pasado estuvimos en torno a los 48.000 millones de presupuesto. Este año esperamos estar en tomo a los 50.000 millones. Todo el mundo sabrá en qué se va a gastar la última peseta.
P. Sin embargo, usted pintó en la Asamblea de Madrid un panorama muy negro.
R. Es cierto que la universidad peor financiada de todo el Estado es la Complutense. Y esto queda demostrado en un estudio elaborado hace tres años en la Universidad de Jaén. El problema reside en dos aspectos: los gastos de personal y el gigantesco patrimonio de esta universidad. Las exigencias de recursos de estos capítulos ahogan las posibilidades de atender las necesidades relacionadas con la calidad.
P. ¿Qué es lo que más ahoga a esta universidad?
R. La subvención normativa sólo cubre el 85,6% del gasto presupuestado para 9.000 personas. Además, en los últimos 15 años, la universidad apenas ha podido dedicar recursos al mantenimiento de su copioso patrimonio.
P. ¿Hay resquemor entre las universidades públicas madrileñas ante la creación de la nueva Universidad Rey Juan Carlos?
R. Los rectores dijimos sí a esta universidad y se lo manifestamos al presidente regional. También dijimos que los presupuestos de esta universidad no deberían repercutir en los nuestros. Y nos ofrecieron cierta garantía.
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