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El PP inicia una campaña para intentar desmarcarse de la crispación política

Javier Casqueiro

El PP inicia este fin de semana una campaña para tratar de desmarcarse de la crispación. La excusa oficial para convocar más de 100 mítines y actos públicos en casi todas las provincias es el segundo aniversario de la llegada masiva a los Gobiernos municipales y autonómicos. La dirección nacional ha preparado para este paso del ecuador un argumentario con una estrategia que concede más importancia a transmitir una imagen de moderación que a relatar posibles éxitos. Así, se equipara el nuevo estilo con la "clarividencia, habilidad y responsabilidad histórica" de los gestores de la transición.

Al PP le obsesiona que se le identifique con el resurgimiento de la crispación. Sus dirigentes creen que los culpables de la bronca en la vida política son sólo los socialistas y, en concreto, Felipe González. Los socialistas, por su lado, consideran que los que crispan son los populares, y en particular el vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Alvarez Cascos.Según ellos, lo prioritario es escapar del ruido imperante. La dirección nacional del PP ha distribuido a sus organizaciones territoriales un nuevo argumentario, otro glosario de ideas políticas a sugerir entre sus responsables. En este caso, el documento sirve de base para los festejos del segundo aniversario de las elecciones municipales y autonómicas. Estos actos empezaron ayer en Valencia, con la presencia de Eduardo Zaplana e Isabel Tocino, y siguen hoy en Madrid, con Javier Arenas y Esperanza Aguirre, y Baleares, con Loyola de Palacio.

Según los ideólogos del PP, una de las características a destacar de su gobierno en comunidades y grandes ciudades es haber llevado "la tranquilidad política a los ámbitos en los que se ha implantado, concentrando su propia actividad y la atención de los ciudadanos en la solución de los problemas, sin crispaciones ni sectarismo".

La comisión permanente del PP aprobó hace dos semanas un programa de actos en las diez comunidades en las que gobierna y en al menos 40 capitales de provincia para distribuir esa consigna y dar cuenta de los compromisos cumplidos tras dos años en el poder: un grado de satisfacción que la portavoz de Asuntos Municipales, Mercedes de la Merced, cifra en más del 70%.

Posteriormente, la convocatoria se ha ampliado, a través de una circular, a las más de 70 ciudades del PP con más de 50.000 habitantes y también podrían prepararse actos públicos, mítines y conferencias de prensa en los pequeños ayuntamientos y las diputaciones.

En el PP no quieren desaprovechar este paso del ecuador por varias razones. La primera, según el argumentario, porque "es una ocasión excelente para hacer recuento de los avances conseguidos y movilizarse de nuevo en orden a reiterar nuestra victoria en las elecciones que se celebrarán dentro de dos años".

Pero también porque preocupa que cale, como la lluvia fina de la que habla José María Aznar, que ellos son el Gobierno de la crispación: "Es cierto que el PP ha actuado con honradez, ha aportado soluciones, ha realizado una tarea eficaz y ha asumido la más completa transparencia en los ayuntamientos y las comunidades. Pero lo que importa sobre todo significar es que el PP ha articulado y está realizando una auténtica política de moderación, basada en el diálogo, por una parte, y en el respeto, por otra", presumen.

El rigor, la honestidad, el cumplimiento de lo prometido..., son aspectos a resaltar, pues, en los actos políticos programados. Sin embargo, igualmente debe insistirse en que la política de la moderación responde, dicen, a su "proyecto global de una sociedad más moderna y de un país más democrático y sin privilegios".El documento interno de los populares no deja lugar a dudas sobre cuál es la finalidad: "El PP recibe esta efeméride en armonía, con ilusión y dispuesto a seguir trabajando por el bienestar y la convivencia de que hoy goza España. El PP quiere ser reflejo político de un estado de ánimo conciliador. También quiere ser el partido capaz de erradicar la intransigencia". Así, se arrogan la vocación centrista como un sistema en el que debe primar el entendimiento sobre el enfrentamiento.Los estrategas populares no conciben la España actual "sin valorar la clarividencia, habilidad y sentido de responsabilidad histórica de quienes fraguaron y realizaron la transición. Del mismo modo, los ayuntamientos y las comunidades ( ... ) no se conciben tampoco sin el nuevo estilo de gobierno del PP".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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