Yugoslavia expulsa a un enviado de EL PAÍS al que había concedido el visado
El régimen de Slobodan Milosevic impidió el miércoles la entrada en Belgrado al corresponsal de EL PAÍS para Europa del Este, José Comas, quien viajó a Yugoslavia con un visado concedido por la Embajada de ese país en Madrid y pese a que el enviado especial de este diario tenía concertada una entrevista con el ministro de Asuntos Exteriores, Zivadin Jovanovic. Además de Comas, otros seis periodistas [cuatro japoneses, un canadiense y un alemán] y tres sindicalistas españoles fueron retenidos ayer en Belgrado y se espera que hoy sean expulsados.Comas fue retenido sin mediar explicación en el aeropuerto de Belgrado desde las 13.15 del miércoles hasta las 13.55 de ayer. A las 13.40, la agente de la policía de fronteras número 103.614 le hizo reiteradas señales con la mano en dirección a la sala de embarque, mientras repetía "¡Múnich, Múnich!". Le devolvieron el pasaporte y fue obligado a embarcar.
Marina Perovic, responsable de prensa de la Embajada de Yugoslavia en Madrid, sólo pudo decir ayer que "lamentaba" la expulsión del enviado de EL PAÍS. "Lo siento, pero no puedo decir nada. Nosotros le dimos el visado de parte de la Embajada, pero hay injerencias de diferentes órganos que deciden. Hay injerencias más fuertes que nosotros. No sé la causa, y lo único que le puedo decir es que espero que no vuelva a ocurrir", respondió Perovic cuando este diario le preguntó cómo es posible que Belgrado expulse sin dar explicaciones a un periodista que llega con el visado en regla concedido por las autoridades yugoslavas.
El embajador de España en Belgrado, Joaquín Pérez Gómez, recabó ayer, sin éxito, una explicación al ministro de Asuntos Exteriores yugoslavo, Zivadin Jovanovic. Fuentes diplomáticas cercanas al embajador aseguraron que Pérez Gómez estuvo en contacto con el gabinete del ministro y que le dijeron que la decisión de expulsar a Comas "se había tomado a otros niveles".
En la zona de tránsito
El embajador también hacía gestiones para aclarar la situación de los tres sindicalistas españoles (Diego Rajón y Roser Pineda de CGT, y Alfons Bech de CCOO) que llegaron ayer a Belgrado desde Múnich con visados -para asistir a un congreso de un sindicato cercano a la oposición yugoslava-, y anoche permanecían en el área de tránsito del aeropuerto a la espera de ser expulsados hoy. Fuentes diplomáticas presumen que la "radicalización del régimen" y la "crispación" ante la manifestación de la oposición prevista para hoy deben ser el germen de la expulsión del corresponsal de EL PAÍS y del resto de extranjeros retenidos ayer.
El ministro de Exteriores en funciones, Abel Matutes, requirió ayer una explicación al embajador yugoslavo en Madrid, Ratomir Vico, por el caso de Comas. El ministro le transmitió que el Gobierno español no entiende estas hostiles actitudes de Belgrado. Fuentes diplomáticas añadieron que España va a presentar una protesta formal ante las autoridades yugoslavas por esta expulsión y que "estudiarán seriamente" la situación en España de la agencia oficial de prensa yugoslava Tanjug. Las mismas fuentes recuerdan que es perfectamente posible retirar el permiso a una agencia de prensa extranjera, y más cuando media una decisión hostil por parte de ese país hacia los medios de comunicación españoles.
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