Precisiones
Sin espacio ni ganas para rebatir la fantasmagoría que el señorLissner publica el 16 de abril en EL PAÍS, sí quiero precisar algunas de las cosas que me afectan:1. El artículo a que alude es Don Stéphane en el país de las maravillas, publicado en Diario 16 el 30 de marzo de 1996 (cuando yo no tenía nada que ver con el Teatro Real) y es fácil comprobar que no dice nada de lo que afirma el señorLissner que dice.
2. No he sido y no soy (ni seré) de ningún partido político. Soy un profesional que trabaja de manera leal mientras esa lealtad se merezca, y en caso contrario, me retiro.
3. Hay un extraño interés general en decir que quise meter a la Nacional como orquesta fija del Teatro Real. Dado que sé perfectamente que eso exige unas reformas legales y económicas largas y farragosas, no creo que nadie pueda creer que he apoyado esa idea si alguien la hubiera tenido, de lo que no estoy tan seguro como el señorLissner.
4. No he colocado a nadie en el Teatro Real. Primero, porque no hubiera podido; después, porque carezco de los hijos y parientes que me atribuye el señorLissner.
5. El maestro Víctor Pablo Pérez, sobre quien el señorLissner lo ignora todo, es un gran director y es amigo mío desde hace muchos años. Me pareció bien que se le ofreciera la inauguración y también que él la rechazara. Y no pude estallar en amenazas porque nunca he amenazado a nadie, menos a un amigo, y además hubieran sido irrealizables. Soy algo menos tonto de lo que el señorLissner supone.
Aunque puede que no les interese, existen versiones diferentes, incluso más creíbles y ciertas que la que cuenta el señorLissner.- . .
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