Los conservadores logran encarcelar a otros cuatro intelectuales en Irán
Cuatro intelectuales reformistas iraníes han sido acusados de "acciones contra la seguridad nacional" y encarcelados por su participación en una controvertida conferencia en Berlín, según anunció ayer un comunicado judicial iraní. Poco antes, se había informado de que el líder supremo, Alí Jamenei, conmutaba la pena de muerte que pesaba sobre cuatro estudiantes acusados de los disturbios registrados en Irán en julio del año pasado por 15 años de cárcel.
En un comunicado citado por la agencia oficial IRNA, el Tribunal Revolucionario de Teherán (controlado, como todas las instancias judiciales, por los conservadores) precisaba que los detenidos son el dirigente estudiantil Alí Afsharí, la abogada Mehranguis Kar, la editora Shahla Lahiyí y el periodista Akbar Ganyí, que ya estaba en prisión desde el 22 de abril. Todos ellos están también acusados de "propaganda contra el régimen islámico" tras su participación a principios de abril en un seminario sobre Irán tras las elecciones celebrado en Berlín, juzgado "anti-islámico" por los conservadores.Otros dos intelectuales, que comparecieron por la mañana ante el tribunal con Afsharí, fueron también acusados de "acciones contra la seguridad nacional", pero quedaron libres bajo fianza. Se trata de Esatolá Sahabí, del Movimiento de Liberación de Irán (MLI), y del periodista Hamidreza Yalaipur. Hoy está citada a declarar Yamila Kadivar, diputada electa por Teherán y esposa del ministro de Cultura.
Pocas horas antes, la justicia había dado prueba de clemencia al conmutar la pena de muerte impuesta a cuatro estudiantes por su supuesta participación en los violentos disturbios del pasado julio. La medida, que reduce el castigo a 15 años de prisiones, ha sido aprobada por el líder supremo iraní, Alí Jamenei, a propuesta del jefe del poder judicial, ayatolá Mahmud Hachemí-Charudí. La decisión parece un intento de tranquilizar a la sociedad en un momento de gran tensión política por el cierre de 16 publicaciones reformistas y la detención de varios periodistas e intelectuales aperturistas. El gesto de Jamenei también podría preparar el camino para un resultado benévolo en el juicio contra el ex jefe de la policía de Teherán y sus 19 adjuntos, acusados de brutalidad en los incidentes de julio.
El comunicado que da cuenta de que Mehrdad Sohrabí, Ahmad Batebi, Abbás Deldar y Akbar Mohamedí se han librado de morir en la horca es la primera confirmación oficial del veredicto pronunciado el 12 de septiembre de 1999 por el Tribunal Revolucionario de Teherán. Con anterioridad, los periódicos reformistas habían publicado noticias contradictorias sobre el número de estudiantes condenados y las penas pronunciadas, ya que el juicio se celebró a puerta cerrada.
Las protestas de julio se desencadenaron después de que un grupo de policías y civiles radicales atacaran a estudiantes reformistas que protestaban por el cierre del diario reformista Salam. Posteriormente, decenas de miles de estudiantes y jóvenes se manifestaron durante una semana en varias ciudades iraníes, entre ellas la capital, donde se enfrentaron con grupos conservadores, en las que fueron calificadas como las peores protestas desde el triunfo de la revolución islámica iraní, en 1979. Oficialmente, aquellos disturbios dejaron tres muertos y decenas de heridos. Unas 1.500 personas fueron detenidas, de las que en torno a un millar fueron interrogadas o procesadas.
Ahora, sin embargo, los dirigentes aperturistas, incluido el presidente Mohamed Jatamí contra cuyo programa de reformas se dirige la ofensiva judicial conservadora, han reiterado durante los últimos días los llamamientos a la calma para evitar dar un pretexto a los radicales que pudiera desencadenar una nueva oleada de violencia.
Por otra parte, miles de trabajadores iraníes aprovecharon ayer una manifestación con motivo del Primero de Mayo para expresar su oposición a las últimas decisiones políticas y judiciales en contra de las reformas.
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