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La comedia 'Share 38' recrea en unos servicios el mundo de la televisión

El País

Los servicios de caballeros de una cadena de televisión son el marco donde se encuentran en la comedia Share 38 el realizador de una serie de éxito y su guionista para solucionar sus diferencias personales, sus conflictos de trabajo y, de paso, su estreñimiento. El autor y director de la obra, Roberto Santiago, asegura que así se demuestra lo difícil que es "combinar la televisión con el buen gusto". Share 38 se representa hoy en el Teatro Barakaldo (20.30), protagonizada por los actores Santiago Ramos y Pepón Nieto.

Roberto Santiago (Madrid, 1968) obtuvo en 1999 con Share 38, su primera obra teatral, el premio Enrique Llovet de Málaga. El montaje que él mismo dirigió fue estrenado en esa capital andaluza el pasado 2 de marzo. El autor eligió contar a través del humor una historia del mundillo de la televisión y la lucha de audiencias. En Share 38 Alan (Santiago Ramos), el realizador de la serie de televisión Familia Hortaleza, que consigue una audiencia de 38 puntos de share, y el guionista (Pepón Nieto), encerrados en la intimidad de los servicios, hablan de los obstáculos que encuentran para hacer compatible "el éxito con la amistad, las mujeres propias con las de otros y, sobre todo, la televisión con el buen gusto", según advierte Santiago.

"Share 38 se centra en contar una historia, y a través de ella contar una singular visión del mundo", explica su autor. Su intención no ha sido que las situaciones de enredo, los chistes y los juegos de palabras provoquen la carcajada. Santiago ha buscado que el humor -"entendido como un aliento, como una forma de evitar el mensaje y la autocomplacencia", advierte- no sea el protagonista del montaje, sino un vehículo de narración. El resultado es una comedia ácida, llena de mal genio y de situaciones límite, de personajes que sufren y tratan de huir de la soledad.

Ramos aparece ante el público sentado en la taza del váter y Nieto, a su lado, da vueltas nervioso. "Share 38 es, básicamente, una obra de actores. No de grandes nombres, sino de grandes actores", asegura el autor y director, que no escatima elogios para el trabajo de Ramos y Nieto. "Ante estos dos intérpretes sólo cabe recordar los que dijo una vez Ingmar Bergman: a partir de cierto nivel, no hay malos actores, sólo malos directores".

El autor del texto ha querido que el lenguaje teatral de Share 38 se base en la interpretación de los actores, por encima del uso de la luz, la música o la escenografía. Conseguir este objetivo requiere "un trabajo mucho mayor", explica Santiago. "Todo está pensado para ponerse al servicio de la historia y no hay alardes de virtuosismo técnico gratuito. El valor de la contención frente al histrionismo, de la concisión frente al todo vale y , en definitiva, el valor del pensamiento teatral frente al estilizamiento", añade.

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