Joaquín Cortés y Laetitia Casta interpretan el primer guión de Pérez-Reverte
Como muchas cosas, todo empezó frente a unas copas. Medio en broma, se habló de rodar una película y Arturo Pérez-Reverte se comprometió allí mismo a escribir el guión. Guardado en uno de los cajones de su domicilio madrileño tenía una historia, desarrollada en unos 20 folios, sobre unos personajes que tratan de escapar de su destino y que podría servir como base del filme. Han pasado dos años desde aquella reunión de colegas, pero José Manuel Lorenzo, ahora Director General de Canal +, sabía bien que la amistad es uno de los valores que mueven al escritor cartagenero y esa misma noche empezó a buscar a los actores, reservándose para él mismo el de un policía fuera de la ley. Gitano, la primera película del realizador de Canal + Manuel Palacios, protagonizada por Joaquín Cortés y Laetitia Casta, se estrena el 1 de septiembre. Atrás quedan dos meses de rodaje en Madrid y Granada y un presupuesto de cerca de 600 millones de pesetas.Joaquín Cortés (Córdoba, 1969) y Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) se funden en un abrazo al encontrarse en una sala de proyecciones de Madrid Film, donde se va a realizar un pase privado de Gitano. Es una de esas cálidas tardes del agosto madrileño y el bailarín no ha visto todavía la película en la que comparte cartel con la espectacular modelo francesa y con un puñado de actores españoles de primera fila, como Marta Belaustegui, Ginés García Millán, Manuel de Blas o José Luis Gómez, entre otros. Como buen gitano, Cortés se muestra un poco supersticioso. "No quería venir, que conste", grita nada más entrar con sus gafas de cristales azules puestas y el pelo recogido, al estilo samurai, antes de que se apaguen las luces de la sala.
Joaquín Cortés se ofreció para interpretar a Andrés Heredia en cuanto le contaron el argumento: un gitano de hoy, percusionista de profesión, sale de la cárcel tras cumplir una condena de dos años por un delito que no cometió. Su familia, encabezada por el patriarca del clan, le espera a la puerta de la prisión, para ajustar las cuentas pendientes con los Junco. En el haber de los Heredia se cuenta la muerte de uno de sus miembros a manos del clan rival. "El protagonista es un pringao, un antihéroe que sólo quiere ser libre para dedicarse a su música", explica Pérez-Reverte, que define la película como una historia de lealtades en la que todos los protagonistas tratan de huir de una sociedad en la que se ven obligados a vivir.
Tras verse las caras día a día durante el rodaje, el bailarín y el escritor mantienen una relación cordial. "Han sido dos meses intensos, pero Joaquín, todo un divo, supo comportarse con gran humildad y se metió a todo el mundo en el bolsillo", cuenta Pérez-Reverte. Juntos se sientan a ver la proyección de Gitano. El escritor fuma cigarrillos rubios y el bailarín se sobrecoge un poco al verse tan protagonista en la pantalla, escuchando frases lapidarias del tipo "algunos ya nacen con la cara de cabrón" o "te vas a comer un marrón como el sombrero de un picador".
Como en las novelas de Pérez-Reverte, el argumento está medido hasta la última coma. "Quería diálogos que resumieran cosas. No hay frases de esas gratuitas del tipo 'pásame la sal'. Todo lo que dicen los personajes está estudiado", apunta el escritor. Cada palabra está pensada expresamente para ser pronunciada por cada actor. De esta forma, Andrés Heredia, el personaje de Joaquín Cortés, un novato de la interpretación, pese a que ha participado con Carlos Saura en Flamenco y con Pedro Almodóvar en La flor de mi secreto, se mueve por las calles estrechas de Granada y los despachos de ejecutivos sin escrúpulos, en medio de grandes silencios que sólo rompe con frases cortas.
Junto al bailarín estuvo mientras duró el rodaje una profesora de interpretación que le ayudó en todo momento a convertirse en Andrés Heredia. Parte del trabajo de interpretación pasaba por aprender a fumar, dado que son pocas las escenas en las que el percusionista que interpreta no tiene un pitillo entre los labios.
A la bella modelo Laetitia Casta (Pont Au de Mer, 1978) no hizo falta ponerle un profesor de interpretación al lado, pero se movía con un traductor pegado a sus talones. La joven, que fue descubierta en una playa por un fotógrafo de moda, comenzó su carrera como actriz en la película francesa Asterix y Obelix, con Gerard Depardieu. Su papel en Gitano se rodó en tres días y es la única miembro del equipo que ha sido doblada. "Para ella debió ser más duro que para el resto", recuerda Cortés, "porque todo el equipo hablaba español y ella francés, pero en general la química ha funcionado". Cortés, que llamaba Leti a la modelo durante el rodaje, cree que ella también acabó contagiada del buen ambiente del rodaje y se identificó con su personaje.
Al concluir el pase ambos se muestran satisfechos. En Gitano hay acción y mucha música. Ha sido una apuesta clara por el nuevo flamenco. Para la banda sonora, el escritor se dejó guiar totalmente por los gustos del director del filme, buen conocedor de los ritmos que han popularizado los hermanos Carmona, Tomatito y los Habichuela. "No soy un pirao del flamenco, aunque me gusta mucho la copla y eso te lleva a otras historias. Gitano podría ser la versión flamenca de La bien pagá", añade el escritor, quien reconoce su influencia en la elección del director de la película. Manuel Palacios (Madrid, 1961) trabaja en Canal + como realizador y ha desarrollado una amplia carrera como autor y director teatral. Gitano es su primer largometraje.
En lo que respecta a la acción que rodea al filme, el autor de El maestro de esgrima se pronuncia rotundo: "Es la típica violencia española, sucia, oscura y de mala leche, que nada tiene que ver con lo que habitualmente vemos en las calles de Manhattan". Como ejemplo de violencia nacional, el autor cita una escena de la película en la que el protagonista se bate cuerpo a cuerpo en una pelea con uno de sus perseguidores, armado de una navaja.
Pérez-Reverte lleva vendidos más de 300.000 ejemplares de La carta esférica, su nueva novela. Hasta ahora, casi todas las obras de este escritor cartagenero, que ha sido traducido a 16 idiomas, habían sido adaptadas al cine, pero en esta ocasión el autor debuta con un guión escrito expresamente para el cine.
Como en sus mejores tiempos de periodista, Pérez-Reverte utilizó la técnica del reportaje, aprendida durante más de veinte años cubriendo conflictos internacionales. Con el esqueleto del argumento resumido en 20 folios viajó hasta Granada en busca de documentación en los barrios gitanos de la ciudad. En el viaje le acompañó Manuel Palacios, el director del filme, y entre ambos prepararon la versión definitiva de la película, marcada por las leyes gitanas, tan rígidas como las de la Cosa Nostra. De hecho, el escritor sostiene que los gitanos son "nuestra mafia particular".
La escritura del guión no supuso para el autor de Territorio comanche un trabajo muy diferente del que desempeña cuando escribe sus novelas, sólo que en esta ocasión el resultado final del trabajo no depende tanto del escritor como de los actores. "En esto del cine entra mucha gente", argumenta Pérez-Reverte. "Pero la película que acabo de ver es la historia que yo he escrito y eso es lo importante. Es difícil estar de acuerdo con todo lo que sucede en una hora y cuarenta y cinco minutos, pero ver reproducido todo lo escrito sin morcillas es un gusto". El escritor cuyas novelas han acabado convertidas en best-seller, reconoce sin problema que ha sido cortado en algunas escenas.
Pese al buen rollo que parecer rodear a todo lo relacionado con el rodaje -"Éste es el único guión del que soy responsable desde el principio hasta el final"-, Pérez-Reverte asegura que su vocación es escribir novelas y no cree que vuelva a hacer más guiones. Apenas unas horas antes de presentarse en la proyección de la película, el escritor se encontraba embebido en pleno siglo XVII dando los últimos toques en el ordenador a la tercera parte de las aventuras del capitán Alatriste, cuya publicación está prevista para el próximo octubre.
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