'Siempre quise ser anarquista y en el deseo me voy quedando en el camino'
P. ¿Estaría dispuesta a empuñar las armas?R. Si me viera en una situación en la que realmente hay que dar un paso adelante, sí
Rosana Pastor es sal de la tierra y libertad. De Alboraia al mundo, ha rodado ya diecisiete películas.
Pregunta. He encontrado 2.120 sitios de Internet en que se nombraba a Rosana Pastor y de ellos, por lo menos 400, hacían referencia a usted y a sus películas.
Respuesta. ¿Y el resto quiénes eran?
P. No lo sé, sólo he dado un vistazo a los primeros centenares de referencias, pero entre ellas he visto una página que no parecía ser usted. Se trata de una Rosana Pastor de 25 años, soltera, que vive en León y que busca trabajo como técnico de laboratorio.
R. Qué fuerte.
P. ¿Vidas paralelas, el éxito y el paro, la fama y el anonimato?
R. Eso es un argumento que se está inventando para un guión.
P. ¿Pero usted se imagina no siendo actriz?
R. No. Aunque desde que soy madre, trabajo a un ritmo más tranquilo y últimamente me lo he preguntado ¿qué sería? Pero no, necesito este trabajo es un estímulo muy fuerte.
P. ¿Qué es el vaciamiento del actor?
R. Cuando uno consigue involucrarse mucho en el trabajo, meterse en otro y ves que la vida se modifica aunque sigues siendo tú, pero eres tú habitado por otro, que vives las cosas de una forma distinta y que te permite explorar como viviría ese otro, entonces llegas a una identificación grande con el personaje. Crear el personaje y darle vida pasa a ser tu actividad diaria y a veces llegas a una ósmosis, como la que se produce cuando estás criando un hijo dentro de ti: hay un fluido que va pasando del personaje a ti y de ti al personaje. Entonces, cuando eso se acaba, sientes como un vacío interior grande porque ese personaje que has creado deja de tener un espacio en el que manifestarse. Y luego, cuando ruedas fuera, estás lejos de tu realidad inmediata y estás sólo a lo que estás, lejos de los tuyos y puedes volar y ser más fácilmente el otro y cuando llegas a casa te encuentras sin personaje, sin el equipo que te ha estado rodeando durante dos o tres meses, y teniendo que abrir las facturas, poniendo la lavadora y con un shock muy grande y ahí está el vacío.
P. ¿Para conseguir algo en su profesión hay que irse fuera de Valencia?
R. Admiro mucho a los actores, a los autores, a los directores que viven en Valencia. No creo que haya que irse, pero desde luego irse es una opción y quedarse te ofrece una vida muy coartada de posibilidades. Hay gente muy valiente como mis compañeros del Micalet, pero es muy difícil. Yo admiro mucho a personas que se han quedado, como a Vicente Tamarit que además de director de cine, es un excelente guionista, un documentalista fantástico, una persona con grandes ideas sobre todo tipo de proyectos y sin embargo, le está costando abrirse camino cada día.
P. ¿El siglo XXI va a ser el siglo de las mujeres?
R. Es el siglo de las mujeres, porque ya en el XX dieron un paso de gigante. Todo el asunto de las mujeres maltratadas es un embrión de algo que está bullendo: la mujer esta ya decidida a no callar más, a no aguantar palos y vejaciones. La mujer está empezando a tomar otra posición para vivir para expresarse y quiero creer que sí, que será el siglo en el que, como mínimo, conseguirá una equiparación como ser humano.
P. Usted tiene fama de mujer de armas tomar, ¿estaría dispuesta a empuñarlas de verdad?
R. Sí. En frío es difícil imaginarlo, pero si me viera en una situación en la que realmente hay que dar un paso adelante, sí. Ahora me dices 'coges una pistola y te vas a pegar un tiro no sé dónde a defender cualquier cosa', pues no. Pero en una situación realmente comprometida sí, soy el tipo de persona que lo haría, o al menos quiero creer que lo sigo siendo. Y eso depende mucho de la capacidad de apasionarse que uno tenga. Esa capacidad te mete en muchos líos, porque se traduce en una vehemencia grande a la hora de expresar y comunicar el deseo. La capacidad de ponerse en pie ante algo injusto tiene mucho que ver con la capacidad de apasionarse por algo, con la capacidad de poner pasión en defender un ideal.
P. ¿Es usted una roja?
R. No, yo lo que siempre quise ser es una anarquista y en el deseo, en el querer, me voy quedando por el camino. El autogobierno es lo que realmente tiene que ver con lo que el hombre es. Pero eso es muy difícil de llevar a cabo y siempre me he creído demasiado pequeño burguesa como para ser una buena anarquista, que es lo que quiero ser cuando sea mayor y voy intentando comprometerme.
P. ¿Y eso cómo se hace hoy?
R. No lo sé porque cada día es más difícil, somos más individualistas y yo la primera. Hay que empezar por uno mismo, en casa, con los amigos, porque cuando uno puede estar en una situación de poder, lo usa en lo más simple. Y ahí está la pequeña lucha de cada día.
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