Un Inem más humano

Luisa Torres y Joaquín Morales estaban ya aburridos de esperar un empleo que nunca llegaba. La primera se encontraba con el obstáculo de que nunca antes había trabajado y a su compañero le achacaban casi siempre tener una edad -25 años- excesiva para afrontar un contrato de aprendiz. El panorama no era muy alentador para los habitantes de un barrio marginal jiennense, el de las faldas del Castillo, no precisamente sobrado de expectativas sociales y laborales.

Todo empezó a cambiar el año pasado, cuando, muy cerca de sus casas, se abrió la sede de la asociación Jaén Objetivo Vida, convertida con el paso del tiempo en un referente de esperanza e ilusión para una población de 16.000 habitantes caracterizada por los altos índices de desempleo, la baja formación, las peligrosas amistades con las drogas y, en definitiva, un nebuloso estado de exclusión social.

Los responsables de Objetivo Vida, una asociación que nació inicialmente para atender a los enfermos del sida, se dieron cuenta muy pronto de que no podían permanecer impasibles ante el drama social que tenían ante sus ojos. Y ahí fue cuando, de la mano de la Consejería de Asuntos Sociales, empezaron a gestionar en Jaén el programa Surge destinado a la promoción socioeconómica de zonas deprimidas. El proyecto Surge, que la Junta ha renovado hasta octubre de 2002 con un presupuesto de 25 millones de pesetas, lo coordinan tres técnicos contratados por la asociación Objetivo Vida, que acometen acciones de orientación, formación e inserción.

'Queremos activar todos los mecanismos para que el barrio se transforme y salga de su estado de postración', asegura Rafael Latorre, presidente de Jaén Objetivo Vida (JOV). En su opinión, más allá de las actuaciones programadas, es preciso 'abandonar el discurso negativo y marginal' con el que se identifica a estas zonas del casco antiguo jiennense. Latorre apela a la autoestima como elemento clave para 'remover las voluntades de la gente del barrio y para que tome conciencia de sus propias posibilidades'.

Un año y medio después de que el programa Surge empezara a andar en Jaén, los resultados no pueden ser más esperanzadores. Se ha intervenido en unas 900 personas, de las que 170 han logrado encontrar el empleo que antes sólo contemplaban como un sueño. La mayoría son trabajos por cuenta ajena, pero también ha habido iniciativas de autoempleo y dos empresas de inserción creadas en el seno de la asociación jiennense Servisur, dedicada a la limpieza de edificios, y Ecosur, de diseño gráfico. En la primera de ellas trabajan ahora Joaquín y Luisa. Ésta última, casada, con tres hijos y con un marido pensionista, ha visto la luz después de un largo túnel. 'Ya había perdido la esperanza y ahora tengo ilusión de nuevo', asegura.