Faltan pruebas contra la célula española de Al Qaeda, según el juez
La mayoría de los sospechosos mencionados por Aznar podrían ser puestos en libertad
La reciente detención en Barcelona y Girona de 16 argelinos y marroquíes por su presunta relación con Al Qaeda, a los que Colin Powell, secretario de Estado de EE UU, incluyó en su exposición ante el Consejo de Seguridad de la ONU, ha provocado roces y reproches entre la fiscalía de la Audiencia Nacional y la policía. El juez Guillermo Ruiz Polanco, que instruye el caso, y los fiscales consideran "insuficientes" las pruebas presentadas contra la mayoría de los detenidos, que presumiblemente quedarán en libertad. Además, los análisis de las sustancias intervenidas no arrojan resultados.
El análisis de las sustancias intervenidas a los 16 detenidos no arroja ningún resultado
La petición de más evidencias por el fiscal y el juez causa roces con mandos de Interior
Colin Powell presentó un organigrama (ver gráfico) sobre la red de armas químicas y biológicas que supuestamente dirige el hombre de Osama Bin Laden en Irak: Abu Musab al-Zarqawi, un palestino de 36 años que perdió una pierna en la guerra de Afganistán y se refugió en Bagdad en mayo de 2002 con un grupo de sus hombres. Desde entonces dirige un campo de entrenamiento terrorista en la zona kurda del norte de Irak -no controlada por el régimen iraquí- y se mueve libremente por el país.
En el gráfico que exhibió el secretario de Estado norteamericano aparecían los tentáculos europeos de Abu Musab, que incluyen células en Francia, Reino Unido y España, todas ellas recientemente desarticuladas. Pero la mayoría de los presuntos miembros de esta última, detenidos en Barcelona y Girona el pasado 24 de enero, previsiblemente quedarán en libertad en los próximos días si la policía no logra aportar más pruebas contra ellos, según señalan fuentes judiciales. Todos se encuentran en situación en prisión preventiva.
La petición de más evidencias a la policía por parte de la fiscalía de la Audiencia Nacional, que dirige Eduardo Fungairiño, y por el juez Guillermo Ruiz Polanco, titular del Juzgado número 1, provocó esta semana roces con la Comisaría General de Información de la Policía, al frente de la cual está Jesús de la Morena.
Fuentes judiciales y policiales reconocen la existencia de "fricciones", "quejas" y "desacuerdos" en la valoración de las pruebas sobre esta presunta red de salafistas, escisión del Grupo Islámico Armado (GIA) argelino, a los que también citó como un peligro para España el presidente del Gobierno, José María Aznar, durante su intervención del pasado miércoles en el Congreso de los Diputados.
El material electrónico "susceptible de ser empleado en la fabricación de explosivos" se considera "insuficiente", y aunque el análisis final de los bidones con hidrocarburos alifáticos, resinas y gomas sintéticas no se ha concluido, fuentes judiciales muestran escepticismo sobre su peligrosidad. Estas sustancias se analizan en un laboratorio militar, en una localidad de Madrid, y fuentes próximas al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), antiguo Cesid, que dirige Jorge Dezcallar, aseguran que no sirven para la fabricación de venenos.
"Detergente, señoría"
Cuando el juez Ruiz Polanco interrogó a uno de los detenidos sobre la sustancia que guardaba en una maleta contestó: "Detergente, señoría. Sólo era detergente". La falsificación de tarjetas de crédito y pasaportes, habituales en las células de salafistas detenidas en Europa, son las pruebas más evidentes contra algunos miembros de este grupo, al que se le han intervenido vídeos sobre atentados en Chechenia y Bosnia, así como discursos de Abu Kutada, el líder espiritual de 42 años de Al Qaeda, detenido el pasado mes de octubre en Londres y considerado el embajador de Bin Laden en Europa.
La detención de los argelinos y marroquíes, a los que vigilaba la policía desde hacía meses, la precipitó una petición de ayuda judicial de un juez francés tras el desmantelamiento el pasado mes de diciembre en la región de París de un grupo de muyahidin que preparaban un atentado contra la embajada rusa en la capital francesa. Sus líderes, los argelinos de 29 años Merouane Benhmed -experto en explosivos y armas químicas, según lo describieron el resto de los detenidos- y Menad Benchellali -que reconoció su formación como químico- eran los hombres en Francia de Abu Musab al-Zarqawi, el palestino protegido por Sadam Husein, según Powell.
Un informe del contraespionaje francés (DST), que dirige Pierre de Bousquet, fechado el pasado 28 de diciembre, al que ha tenido acceso EL PAÍS, describe las actividades del grupo al que se le incautó un uniforme militar de protección NBC (contra gases), máscaras, componentes químicos "para confeccionar una potente sustancia explosiva y gas tóxico tipo cianuro", así como bombonas de gas para preparar bombas. El informe sobre el grupo químico de muyahidin desarticulado en París y relacionado con la célula española revela su peligrosidad.
Nourredine Merabet, 28 años, fue detenido el pasado 21 de diciembre cerca de Perpignan cuando regresaba de entrevistarse con la célula española. La policía lo grabó en vídeo ese mismo día junto a varios de los detenidos cerca del número 203 de la calle Bañolas, en Girona.
Atentado en París
Merabet, al igual que el resto de los detenidos en Francia, reconoció su apoyo a la yihad chechena en un grupo muyahidin que tiene su base en el conflictivo valle de Pankissi (Georgia); Benchellali admitió que preparaba explosivos y gas tóxico; Belmehel Beddaidj, otro detenido, dijo que iban a atentar contra la Embajada de Rusia en París y precisó que el grupo había adquirido una máscara antigás "destinada protegerse de vapores peligrosos"; todos reconocieron que habían decidido atacar objetivos en Francia "para vengar la muerte de uno de sus cómplices" durante un combate con los rusos en Chechenia y para vengar también la ejecución del comando que asaltó un teatro de Moscú.
El citado informe elaborado por la DST señala la peligrosidad de este grupo y destaca: "Es la primera vez que en Francia se preparaba un atentado con artefacto explosivo cuya puesta en marcha sería un teléfono móvil, sistema que se utilizó en el atentado de Bali, en el que murieron 200 personas; es también la primera vez que se ha establecido en Francia la realidad material de un proyecto de atentados terroristas que iban a ser cometidos con productos químicos, cuyo adiestramiento figuraba en el programa de campos afganos, en particular en la estructura de Derunta, dirigida por el químico egipcio Abu Khabbab".
La DST asegura que se les impartió un segundo curso "de formación en venenos" en el campo Herat, dirigido por Abu Musa al-Zarkawi, el palestino que citó Colin Powell. El documento señala que los detenidos "formaban parte de la red chechena que había recibido de Al Qaeda la misión de enviar al Cáucaso productos tóxicos y luego viajar a Francia. Desde allí contactaron con otra célula en Londres, a la que se incautó cianuro".
La policía española reconoce que los detenidos en Girona y Barcelona, casi todos de la región argelina de Chlef, al igual que sus hermanos franceses, no preparaban atentados en España y dice que se trata de un grupo de apoyo logístico a la peligrosa célula química parisina. Pero el material incautado es menos relevante y el juez francés que investiga el caso medita pedir la extradición de sólo cuatro de los detenidos, según fuentes judiciales.
Un cuestionario sin responder por EE UU
Desde el 11-S la policía española ha volcado parte de sus efectivos en investigar las redes islámicas de Al Qaeda y ha detenido a más de 40 personas presuntamente relacionadas con la organización de Osama Bin Laden. La cumbre celebrada en julio de 2001 en Tarragona por Mohamed Atta, de 33 años, que dirigió el ataque contra las Torres Gemelas y el Pentágono, avivó el interés de los servicios de inteligencia españoles, que consiguieron reconstruir una parte de los pasos de los terroristas que se entrevistaron con el egipcio y luego facilitaron al FBI toda la información obtenida.
Un agente de este servicio destinado en la Embajada en Madrid asistió y participó en el interrogatorio de todos los testigos, más de 20 personas. Cuando el pasado mes de septiembre se detuvo en Karachi (Pakistán) a Ramzi Binalshibh, de 30 años, el yemení que viajó al aeropuerto de Reus (Tarragona) para entrevistarse con Atta y otros miembros del comando, y que volvió a Madrid el 5 de septiembre, seis días antes del ataque, la policía española confió en que la CIA y el FBI le facilitarían detalles sobre su interrogatorio. Pero el paradero y la declaración de Binalshibh son un misterio para la policía española, que remitió hace meses un cuestionario a sus colegas norteamericanos y no ha recibido respuesta, según señalan fuentes policiales. La Comisaría General de Información tenía interés en conocer más detalles sobre las misteriosas visitas del yemení a España y sus posibles colaboradores en Tarragona, pero sus preguntas siguen sin respuesta todavía. El testimonio de Binalshibh es clave, ya que fue el coordinador y cerebro del atentado, según declaró él mismo a un periodista de Al Yazira, la cadena de televisión árabe, días antes de su detención.
La policía española ignora dónde durmieron Atta y Binalshibh del 9 al 13 de julio de 2001. Tampoco sabe dónde se reunieron y quienes acudieron al último encuentro del grupo antes de protagonizar el atentado más grave de la historia de EE UU desde Pearl Harbour (1941). Un ataque que conmocionó al mundo y causó más de 3.000 muertos en un país cuyos ciudadanos se consideraban los más protegidos y seguros del planeta.
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