Los arsenales ocultos causan la muerte de decenas de saqueadores
Dos explosiones en arsenales ocultos al norte de Tikrit han causado la muerte de 27 saqueadores iraquíes en las últimas tres semanas, según fuentes militares estadounidenses. "Todo el país es un vertedero de armas y munición", afirma el teniente Phil Thompson, cuya unidad vigila un área de búnkers de almacenamiento que abarca 26 kilómetros cuadrados al norte de Tikrit, ciudad natal de Sadam.
Túmulos de tierra y arena ocultan enormes sótanos de hormigón llenos de armas en la zona. Balas y cabezas de misil aparecen desperdigadas por el desierto y múltiples cráteres señalan las explosiones, algunas controladas y otras accidentales.
El Ejército de EE UU cree que las últimas explosiones ocurrieron cuando los saqueadores tiraron cigarrillos o golpearon mililes con martillos para llevárselos. "Son avariciosos. Trocean las carcasas para fundir los metales y venderlos", afirma el teniente Marty Bishop, quien acaba de finalizar una misión de vigilancia en la zona. Los saqueadores "son descuidados, fuman mientras trabajan, lo que es extremadamente peligroso", añade Bishop.
Los coches confiscados a los saqueadores son incendiados o aplastados por los tanques y sus chatarras se dejan como señales disuasorias en lo que los estadounidenses llaman "el aparcamiento de la muerte".
Los militares estadounidenses están preocupados por la posibilidad de que, además de saquear los vertederos de armas y munición por el beneficio económico, algunos iraquíes puedan estar utilizandolos para proveer al movimiento de resistencia. "A veces se llevan objetos intactos, por lo tanto puede que estén utilizando la munición contra nosotros", afirmó el capitán norteamericano John Cecalupo.
Aunque ha habido numerosos intentos de desactivar y destruir parte de las existencias de armas y munición, una buena parte podría ser entregada al Ejército iraquí tras la reforma de éste.
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