Steve Jobs transforma su fábrica de ordenadores en una de ocio multimedia

El inventor del ordenador doméstico ha tenido el mejor trimestre de su historia gracias a un aparatito musical. Mientras que su presencia en el parque de ordenadores no llega al 3%, Apple posee casi el 70% del mercado de reproductores musicales portátiles.

Steve Jobs montó su espectáculo anual en la MacWorld de San Francisco, más contento que nunca. Le sobraban los motivos: en el último trimestre se cuadriplican los beneficios y en un año se ha triplicado el valor de la acción. Después de años en los que rozó la bancarrota, Apple, por segunda vez desde que en 1976 fue creada por Jobs, Ron Wayne y Steve Wozniak, ha vuelto a dar el golpe. Por segunda vez, Jobs ha introducido en la gente la necesidad de que se compre un objeto de culto. Crearon los primeros ordenadores personales (1977), pero a partir de la huida de Wozniak y Jobs, en la década de 1980, hubo más lágrimas que otra cosa. Ni siquiera el regreso de Jobs, la ayuda financiera de Microsoft o los coquetos iMac de colores (1998) devolvieron a Apple a los días gloriosos. Ha sido con un reproductor musical que puede llegar a costar más que un ordenador (el Photo vale más que el Mac Mini).

El iPod es un icono, un símbolo generacional, pero esta vez el fenómeno no se ha quedado en la frontera norteamericana. Se ha extendido por todo el mundo y por eso el iPod ha roto todas las cifras históricas de la compañía.

El iPod ha vendido ya 10 millones de unidades, 4,58 millones sólo en la última campaña navideñas. Casi la mitad de todos los iPod vendidos desde el año 2001. De este aparatito le llega ya a la empresa el 35% de sus ingresos, cuando hace un año era del 13%.

Hasta hace poco la política era vender poco, pero con un gran margen de beneficio en cada aparato. A partir de ahora, Apple arriesga su margen (en los casos de Mac Mini y el Shuffle) a costa de ser un producto de masas, algo que hasta hace poco les parecía una vulgaridad. Apple prefería ser Ferrari antes que Megane. Todo eso se está quedando atrás. Por ejemplo, su otro éxito popular, la tienda musical iTunes, con millones y millones de descargas, apenas le produce beneficios. Sólo 177 millones de dólares en ingresos, frente a 3.500 del total (1.200 proceden del iPod y 1.600 de los Mac); sin embargo Jobs ha apostado -o así ha salido la jugada- para que el público que por primera vez se atreve a comprar un producto Apple (bien una canción en iTunes, bien un iPod) luego se anime a comprar ordenadores. Y así ha pasado.Han vendido en un trimestre 271.000 portátiles, el 26% más y, por primera vez desde la noche de los tiempos, Apple aumenta cuota de mercado de ordenadores, pese a lo cual sigue por debajo del 3%. Pese a los sucesivos lanzamientos de ordenadores muy estéticos y caros, ni el iMac de colores, ni fenecido Mc Cubo, o el Mac que todo lo tiene en la esfera, o el Mac que todo lo lleva en la pantalla... ninguno había conseguido elevar su mercado de ordenadores.

Ahora todo llega tras el cascabel del iPod, incluso su último ordenador (Mac Mini) se ha pensado para que el aficionado del iPod se enchufe al miniordenador.

La vieja fábrica de computadoras baila al ritmo de un aparatito musical. Gracias al iPod, Apple vuelve a ser, en jerga americana, una empresa ganadora.

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