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Crónica:TENIS | Open de Estados Unidos | VUELTA 2006 | Quinta etapa
Crónica
Texto informativo con interpretación

Nadal deja sin defensas a Philippoussis

Un día más tarde de lo previsto por culpa de la lluvia, Rafael Nadal comenzó el Open de Estados Unidos y dejó sin armas a su primer rival, el australiano Mark Philippoussis. No era un fácil debut, pero cuando el manacorí vio el cuadro por primera vez, había exclamado: "No está mal". Y ayer confirmó sus previsiones al vencerle por 6-4, 6-4 y 6-4 en dos horas y tres minutos.

No se trataba de despreciar a nadie. Pero Nadal sigue el circuito con detalle y sabía que el Philippoussis actual distaba mucho de aquel que había alcanzado la final del Open de EEUU en 1998, y del que en 2003 había logrado entrar en una final de Wimbledon en la que ya nadie le esperaba. De aquel gigante australiano sólo quedan destellos. Rozando ya los 30 años, su cuerpo ha sido demasiado baqueteado, tanto por las lesiones como por una vida muy disipada para un deportista de élite. Su rodilla izquierda le maltrató toda su carrera, le tuvo sentado varios meses en una silla de ruedas y pareció incluso que no podría seguir jugando al tenis a principios del 2000. Hasta cuatro veces fue intervenido y durante muchos años debieron inyectarle cartílago sintético cada seis meses para regenerar su rodilla.

En 1999 llegó a ser el 8º mundial. Ahora, Philippoussis juega torneos challengers y su ranking había caído hasta el 214º el pasado mes de julio, antes de que ganara sorprendentemente el torneo de Newport. Fue un espejismo, o un último esfuerzo para conseguir una invitación en Nueva York para poder salvar su maltrecha economía, según explican algunos amigos australianos que aseguran que vive instalado en el despilfarro.

Todo eso lo sabía Nadal cuando saltó a la pista para enfrentarse a él. Sin embargo, no quería confiarse, porque conocía el poder del saque de Philippoussis. Ésa fue su principal arma y ahora se ha convertido en la única. Por tanto, el principal problema de Nadal no era otro que conseguir restarle. Y, sobre todo, mantenerse siempre muy firme con su saque para no conceder opciones y poder arriesgar mucho más en el resto.

Con esa mentalidad entró en la pista. Y con la convicción de que si jugaba tranquilo, pero motivado y agresivo no debería tener problemas. Nadal rompió tres veces -una en cada manga- el saque de Philippoussis -que sólo concedió cuatro bolas de break- y sólo sufrió una vez con su saque: en el cuarto juego del tercer set, cuando afrontó cuatro bolas de rotura. Fueron las únicas. Y cuando las salvó sabía ya que el australiano se había quedado sin defensas. Ahora el cuadro se le abre. Su próximo rival será el peruano Luis Horna (61º), que eliminió a Guillermo García-López. Amelie Mauresmo, Marat Safin y Fernando González avanzaron. Guillermo Coria se lesionó.

Nadal celebra un punto ganado.
Nadal celebra un punto ganado.EFE

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