Batasuna evita condenar el atentado y sostiene que el proceso "no está roto"

Cuatro dirigentes de la ilegalizada Batasuna arroparon con su presencia al portavoz, Arnaldo Otegi, en su comparecencia en un hotel de San Sebastián para aclarar que consideran que el proceso "no está roto y es necesario estabilizarlo". En el tono derrotista que han mantenido los portavoces abertzales estos meses, Otegi no mostró sorpresa por la acción violenta y la enmarcó en el contexto del bloqueo del proceso, cuya responsabilidad atribuyó al Gobierno, que "no ha hecho un solo gesto en los nueve meses de tregua". Para compensar, pidió serenidad y expresó la solidaridad "humana" con los afectados.

Batasuna fue una vez más coherente con su discurso ortodoxo según el cual la persistencia de ETA y su recurso a la utilización de la violencia no deben interferir en la marcha del proceso de diálogo que se inició tras la tregua declarada en marzo. Arnaldo Otegi insistió en varias ocasiones durante su breve discurso tras el atentado que el proceso "no está roto", y se esforzó en transmitir que la izquierda abertzale sigue manteniendo todos los canales de comunicación abiertos y está empeñada en "estabilizarlo". De acuerdo con esta dinámica, prometió que Batasuna en los próximos días y semanas tomará iniciativas destinadas a "reconstruir las condiciones que permitan estabilizar de manera definitiva el proceso". Como si el atentado de ETA fuera una consecuencia que formara parte de la agenda del proceso.

Lejos de mostrar sorpresa por este retorno a la violencia etarra tras largos meses de inactividad de la banda, los dirigentes de Batasuna reiteraron, cual si de una explicación se tratara, que ya venían insistiendo públicamente, y lo habían advertido, en que "el conflicto atravesaba momentos de graves bloqueos estructurales".

Por supuesto, la situación de gran bloqueo la enmarcaron directamente en el hecho de que "no ha habido un gesto del Gobierno español" ni en materia política ni penitenciaria. Otegi quiso incluso ser más ilustrativo y añadió que, a día de hoy, lo que mejor puede definir la situación "es una cama de hospital a la que está esposado un preso político vasco alimentándose forzosamente, situación que puede derivar en muerte un día de estos", en alusión al preso De Juana Chaos.

En cualquier caso, el dirigente abertzale puso todo el énfasis en concluir que no debía tirarse por la borda lo dialogado en estos meses e insistió en que desde el punto de vista de Batasuna, "queremos decir más: no sólo no está roto el proceso, sino que es más necesario que nunca".

Fuentes abertzales consultadas destacaron a este periódico que el propio hecho de que ETA provocara una acción sin haber avisado previamente de que rompía la tregua, se puede interpretar como un aviso de la banda al Gobierno dentro de la dinámica del proceso, pero sin que signifique una voluntad de ruptura de la tregua anunciada en marzo que abrió las puertas al inicio del proceso.

El propio Otegi declaró durante su comparecencia que "para Batasuna, lo ocurrido en Madrid, si se confirmara la autoría de ETA, no nos retrotrae a un escenario anterior al 24 de marzo. No nos hemos retrotraído totalmente a esa situación".

En consecuencia, la dirección de Batasuna -ayer le acompañaban en San Sebastián Pernando Barrena, Joseba Permach, Xabier Larralde y Jone Goiricelaia- se mostró hasta impaciente por demostrar la necesidad de "reconstruir las condiciones que permitan estabilizar el proceso", en un alarde que reflejaba preocupación por las consecuencias que pudieran derivarse de la gravedad del atentado cometido por ETA.

En esa línea, Otegi expresó la necesidad de que ambas partes implicadas "recuperen la confianza" y sean capaces de poner "bases sólidas" al proceso de diálogo multilateral. Pero acto seguido volvió a cargar la responsabilidad de ello sobre el Gobierno al recordar que las dos partes deben "mostrar su compromiso con palabras y hechos" entre los que, evidentemente, incluyó que la obligación de implantar un "clima de no agresión".

Finalmente, Otegi reconoció que Batasuna también pretende que el Gobierno acepte y reconozca con claridad que el actual es un proceso "con contenidos políticos", el tema más polémico y el que, según fuentes abertzales consultadas, también se abordó en la reciente reunión que mantuvieron los enviados del Gobierno y ETA, al poner esta última sobre la mesa que la territorialidad y la autodeterminación son exigencias a las que no renuncian.