Cuestión de arroces
Qué tienen en común el dramón neorrealista Riso amaro y el documental hip-hopero Rize? No, no es el arroz. La respuesta es que ambas se editan en DVD esta semana. Pero no sólo. Hay un camino que las conecta siguiendo la teoría de los seis grados de separación, pero en tres. Riso amaro está producida por Dino di Laurentiis, que produjo Ragtime, de Milos Forman, en la que hace un cameo Norman Mailer, que sale en When we were kings, donde aparece una canción de Lauryn Hill que también canta en Rize. Como si cruzásemos un río saltando sobre piedras. Así llegamos de la reedición de un clásico italiano de 1949 al debú de un fotógrafo de moda en 2005. Un estreno en DVD en cada orilla; entremedias, otras dos buenas películas.
- Riso amaro (Arroz amargo, Italia, 1949) llevó los ideales marxistas de su director, Giuseppe de Santis, hasta la meca del cine, optando al Oscar al mejor guión. Lo merecía por su mezcla de ficción y documental, por permitirse tintes épicos de western y porque habla de la penuria en los arrozales del Po sin negar al espectador una acalorada trama de robos y amoríos. Poco importan todas esas virtudes cuando aparece Silvana Mangano en pantalones cortos; los pies en el agua, las tetas en el horizonte. La Mangano, que habría sido mucho más grande de no coexistir con la Loren y la Lollobrigida, lleva el alma de la película en sus medias raídas. Tenía 19 años, conquistó al mundo y al productor, su futuro marido, Dino di Laurentiis.
- Ragtime (EE UU, 1981) fue uno de esos aciertos geniales del hombre que todo lo ha producido (la última de Di Laurentiis es Hannibal, el origen del mal). Milos Forman, emigrante checo, retratista de la sociedad estadounidense, dirige con maestría la historia de un pianista negro en busca de justicia tras ser humillado por su color. Hay de todo, política, jazz, Nueva York y 1900. Incluso contiene la última aparición de James Cagney. La novela de E. L. Doctorow es un caleidoscopio de historias, siendo la del pianista sólo una más de ellas. Al principio iba a dirigir Robert Altman, que habría hecho otra película (y un casting más largo), pero Forman prefirió concentrarse en una sola trama. Sólo salvó a algún personaje secundario, como el arquitecto que coloca en la plaza la escultura de la mujer equivocada y paga por ello. Lo interpreta el mismísimo Norman Mailer.
- When we were kings (Cuando éramos reyes, EE UU, 1996) no sería lo mismo sin los comentarios del autor de Los desnudos y los muertos. La voz en Mailer desgrana los entresijos de uno de los combates más emocionantes de la historia. Kinshasha, 1974. Muhammad Ali, de 32 años, tiene que arrebatarle el título a Foreman, una bestia 10 años más joven. El documental, que Leo Gast tardó 22 años en estrenar por problemas financieros, es el emocionante retrato de la belleza de la lucha, de la aberrante situación del Zaire ("Mobutu es un sádico dentro del armario", dice Mailer), del black power y del genial Ali. El evento incluyó semanas de conciertos de James Brown a B.B. King. Se llamó Rumble in the jungle, título de la canción compuesta para el filme por Los Fugees, donde Lauryn Hill canta: "Ali aparece en Zaire para conectar 400 años, los negros pero iguales amamos al hombre que nos hizo recordar cuando éramos reyes".
- Rize (EE UU, 2005) también contiene un tema de Lauryn Hill. De hecho, la película del fotógrafo posmoderno David LaChapelle es como un videoclip largo y alucinado. Documenta la evolución de un baile urbano en Los Ángeles como respuesta no violenta a los disturbios tras el asesinato de Rodney King. En el fondo, el filme dice que el krumping es una vía de escape positiva a la agresividad de las bandas callejeras. Pero en la superficie vemos un baile arrebatado que actualiza con ritmos de hip hop las danzas tribales africanas, mezclando sexo, artes marciales y breakdance. Totalmente poseídos por el ritmo (la película aclara que el metraje no ha sido acelerado), los chicos del gueto se retuercen violentos, hermosos e inverosímiles.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.