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Entrevista:LUIS DORESTE | Director deportivo y estratega del Desafío Español

"Al principio nos asustamos un poco"

Juan Morenilla

Entre tanto confeti y triunfalismo, Luis Doreste (Las Palmas de Gran Canaria, 1961) es la voz más realista del Desafío Español. Después del brillante puesto de semifinalista en la Copa del América, el estratega y director deportivo del equipo español, doble oro olímpico en 1984 y 1992, admite los motivos "para el triunfalismo", pero recuerda la falta de escuelas municipales como base para el futuro de la vela. Y asegura que será "complicado" que siga en un proyecto español en el que le ha costado ser un líder.

Pregunta. ¿Qué balance hace de la participación española?

Respuesta. Muy positivo. Partimos de cero contra equipos que tenían experiencia, una gran infraestructura y una gran tripulación. Y en dos años y medio lo hemos montado todo. Al principio nos asustamos un poco. Era un reto muy complicado. Al final conseguimos un barco competitivo y una tripulación a la altura. Estábamos en trayectoria ascendente, cada vez más cerca de los mejores, pero nos ha parado el New Zealand, el más fuerte.

"Ganamos Juegos Olímpicos y Mundiales y al mes se queda en nada. Faltan escuelas municipales. La vela no ha de ser un deporte de dinero"
"Es complicado que siga. Por el equipo, he tomado decisiones en contra de lo que pienso, y no estoy acostumbrado. Quizás falte alguien más autoritario"

P. ¿La clave del éxito?

R. El conjunto. Hemos sido la tripulación con más horas en el agua. La presión popular nos obligaba a dar todavía más. Hemos hecho una piña.

P. ¿Y personalmente?

R. Un poco chafado por la última derrota. Nos pasaron por encima y debimos plantar más cara. Pero tampoco el Liverpool estará hoy contento pese a que ha jugado una gran Champions.

P. ¿Se podía haber hecho más?

R. Es difícil. El New Zealand ha venido a recuperar la Copa. Tienen a los mejores especialistas. A una regata podemos aguantar, pero al mejor de nueve, cuando nunca les habíamos ganado, era algo titánico.

P. Oracle ha despedido a su patrón, Chris Dickson. ¿Qué previsiones tiene sobre el ganador?

R. Alinghi estuvo muy fuerte en las regatas de flota. Y Spithill [patrón del Luna Rossa] es muy bueno en las salidas. Salir primero es muy importante. Las dos veces que ganamos al New Zealand fue por salir primero.

P. El Desafío sólo ha salido primero el 27% de las regatas.

R. No es fácil pelear contra gente tan experimentada.

P. ¿Ha servido la Copa para crear una cultura de vela?

R. Espero que para impulsarla. Tenemos mar, viento y costas, pero en este país se han ganado medallas de oro en Juegos Olímpicos y Mundiales y al mes se queda en nada, se diluye. La televisión ha acercado la vela a la gente pero lo importante son las escuelas municipales, que los aficionados no tengan que tener su propio barco para navegar, que puedan alquilarlo. El futuro de la vela pasa por ahí. En Nueva Zelanda hay un barco por cada ocho personas, en España cada 3.000. Y tenemos mejor clima y mejor costa. La vela no ha de ser un deporte de dinero. Puede ser más asequible si los ayuntamientos quieren. Faltan escuelas municipales, que son el punto de conexión entre la sociedad y el mar.

P. ¿Qué planes tiene?

R. Descansar con la familia. Mis hijos están acabando el colegio en Valencia. El año que viene disputaré el circuito de cruceros. La preparación olímpica ya la he dejado y es complicado que pueda seguir en la Copa del América. He cumplido una etapa. Además, soy partidario de una estructura de equipo como la de New Zealand, con más gente del país en el núcleo.

P. ¿Qué hubiera cambiado en el Desafío?

R. Hubiera hecho más rotaciones, para que todo el mundo estuviera a un nivel alto y al final poder elegir entre los mejores.

P. ¿Fue un problema que el proyecto arrancara tan tarde?

R. Sí. Eso nos obligó a trabajar a corto plazo y contratar a gente que tuviera ya experiencia, que eran sobre todo extranjeros. Y de ese modo no pudimos hacer las rotaciones necesarias para que la gente pudiera aprender. Ésa era la idea inicial, la de rotar más, pero no se ha hecho.

P. ¿Ha tenido usted el liderazgo que quería?

R. Ha sido complicado tenerlo. A veces he tenido que tomar decisiones con las que personalmente no estaba de acuerdo, pero que eran buenas para el equipo, los patrocinadores... Y no estoy acostumbrado a tomar decisiones en contra de lo que pienso. Me ha costado el paso de trabajar en la vela olímpica, en la que estás más solo y tus decisiones repercuten sobre ti mismo, a hacerlo en un grupo de 120 personas. Quizás para este puesto hace falta una persona más autoritaria, que se imponga más para dar las normas a todo el mundo. Yo no soy así.

P. Antes de aceptar el cargo en el Desafío probó con el Luna Rossa. ¿Por qué no se quedó?

R. Me entrené con ellos un mes, hasta que salió el equipo español. Me llamaron y era un compromiso de la vela española. No podía dejar de tirar de este proyecto.

P. ¿Ha habido problemas culturales dentro del equipo?

R. Cada uno es de su padre y de su madre y es muy difícil unir a culturas tan diferentes. El patrón ha de elegir a la mejor tripulación para sus gustos, aunque quizá no es la mejor en general.

P. ¿Jablonski decidía quién debía navegar?

R. Una parte sí la elegía él, otra no. Un líder ha de ser un líder porque lo lleva dentro, no por el idioma. Él se sentía mejor con una tripulación y el núcleo del equipo se ha montado con los que él estaba más a gusto.

P. ¿Le ha sorprendido algún navegante?

R. Spithill, desde que estuve en Luna Rossa. En el barco español todos han tenido un nivel muy alto. La tripulación B estaba igual que la tripulación A.

P. ¿Ha aprendido algo?

R. Sí, a navegar en match race [barco contra barco], no estaba acostumbrado. Aunque me gusta más la regata de flota. El match race es como una partida de ajedrez, los movimientos se repiten mucho. En la flota interviene más el ingenio de los navegantes.

P. ¿Lo mejor y lo peor?

R. Me emocionaban las salidas del puerto, salir con la gente aplaudiéndote. Ha sido fantástico ver a un público tan involucrado. Lo peor ha sido trabajar de ocho de la mañana a ocho de la tarde. Son demasiadas horas de sacrificio y pocos días libres. Al principio podía ir a Las Palmas a ver a mis hijos. Luego ni eso. Tuvieron que cambiar de ciudad.

P. ¿Se le ha hecho pesado?

R. Sí. Las reuniones todos los días, el gimnasio... es todo muy monótono.

P. ¿Y se ha divertido?

R. Navegando sí, en tierra no tanto. Hemos tenido un grupo humano muy bueno, excelente. Nos podíamos ir de copas sin ningún problema.

P. Ante sectores más triunfalistas, usted se ha mantenido siempre más escéptico.

R. La Copa del América es también un negocio. Algunos se encargan de vender el producto y han de ser triunfalistas. Yo no soy de vender el producto, soy del deporte. Hemos avanzado y estamos más cerca de los mejores de lo que esperábamos. Mientras, el producto se ha de seguir vendiendo. Hay motivos para ser triunfalistas.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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