El abogado del 'yihadista' que escapó de Leganés afirma que éste nunca estuvo allí
La defensa de Carmen Toro intenta presentarla como alguien que no se enteraba de nada
Las pruebas acaban estorbando cuando hay que defender a los clientes. Juan Jesús Yeves, abogado de Abdelmajid Bouchar, El Gamo, que escapó a la carrera del piso de Leganés poco antes de que se suicidasen siete de los presuntos integrantes de la célula que perpetró los atentados del 11-M, sorprendió ayer a propios y extraños al asegurar que su cliente "nunca ha estado en el citado lugar". El letrado sabe que en el piso se encontró la documentación de Bouchar, el bonometro, el pasaporte y huellas suyas en un ejemplar del Corán, pero no le importa.
También conoce que su ADN fue encontrado en dos huesos, uno de aceituna y otro de dátil, que estaban en el interior de la bolsa de basura que Bouchar iba a depositar en un contenedor cuando se dio cuenta de la presencia policial y tras avisar a gritos a sus compañeros, huyó con facilidad de dos policías que le persiguieron, porque el marroquí era atleta de medio fondo. Igualmente, sabe que su ADN apareció en una maquinilla de afeitar en la casucha de Chinchón, donde se ensamblaron las bombas, y donde también se encontraron sus huellas.
Pero Yeves, en la mejor defensa que puede ofrecer, dice que "se ve con claridad que no ha quedado acreditado fehacientemente la participación de Bouchar en los atentados de Madrid", y agrega que no entiende que el fiscal y las acusaciones sigan sosteniendo que su defendido es autor material de los atentados del 11-M.
Enfrentado, con las pruebas existentes, el letrado dedicó su informe a criticarlas e incluso a sugerir que habían sido puestas tanto en Leganés como en Chinchón por los investigadores de la policía y Guardia Civil. Yeves se preguntó por qué no se realizaron las pruebas de ADN hasta agosto y septiembre de 2005 y por qué la bolsa de basura que supuestamente llevaba su cliente sólo contenía ADN de su cliente y no de otros de los ocupantes del piso de Leganés.
No deja de ser curioso que el abogado sostuviera que Bouchar no había estado en el piso de Leganés, cuando más adelante matizó: "Mi defendido se marchó del lugar mucho antes de que ocurrieran las inmolaciones", con la finalidad de argumentar que no pudo participar en la decisión de los suicidas de hacer volar el edificio. Pero ese reconocimiento de que Bouchar escapó del piso de Leganés deja sin efecto las críticas del letrado acerca de que el policía que persiguió a su cliente no le identificó sin lugar a dudas desde el primer momento.
Sin pruebas
El letrado basó la inocencia de Bouchar en que no fue reconocido en los trenes, que no han aparecido sus huellas o ADN en la Renault Kangoo ni en las ropas abandonadas en la estación de Vicálvaro, ni existen llamadas con los suicidas de Leganés o con los restantes procesados, ni hay pruebas de que estuviera en el piso de la Calle Virgen del Coro, ni en Albolote, ni en las reuniones de los McDonald's. Sobre los testigos que le imputan, el letrado alegó que en el juicio éstos alegaron que habían sido golpeados y amenazados.
Finalmente, sobre la pertenencia a banda armada, Yeves llegó a decir que "si sacaba la basura de Leganés, también sacaría la basura en Morata", por lo que de ser así, ironizó, su grado de participación sería la de "limpieza" y que se supone que sacar la basura en España no constituye delito.
La letrada Mónica Maeso, con el propósito de exculpar a Carmen Toro, la presentó como una persona inmadura y estúpida que a pesar de estar en reuniones y lugares clave no se enteró de nada. "Carmen Toro está imputada exclusivamente por ser la mujer de Suárez Trashorras", dijo la abogada.
Explicó que las llamadas realizadas desde el teléfono de Carmen al jefe operativo de la célula de Leganés, Jamal Ahmidan, El Chino, fueron realizadas por Trashorras, y que su presencia en las reuniones en el McDonald's de Carabanchel, donde se pactó el trueque de los explosivos por droga, fue accidental, porque Carmen Toro había viajado a Madrid a acompañar a su marido para entregar un regalo a unos amigos. Respecto a la estancia en la casa de Chinchón, la letrada dijo que Carmen Toro no estaba de acuerdo con las ideas radicales islamistas de El Chino.
Mónica Maeso afirmó que se había sacado de contexto la frase "Cari, di lo que sea, pero a mí no me metas", que Carmen Toro pronunció en la comisaría de Avilés poco antes de que éste fuera detenido. Todas las acusaciones habían interpretado que Carmen Toro pedía a Trashorras que la exculpase, pero la abogada puntualizó que su cliente simplemente quería decir a su marido que dijera lo que quisiera de lo que estuviera haciendo, pero que ella no tenía nada que ver con el asunto. La explicación resultó poco convincente.
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