Pionera en crear imagen

Tranquilla y apasionada, racional y fantasiosa, Pati Núñez oculta un cerebro explosivo tras su abundante melena oscura. Acaban de comunicarle que es la primera mujer, en 17 años de historia, que gana el Premio Nacional de Diseño, otorgado por la Fundación BCD y el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, que también ha reconocido el trabajo de la empresa valenciana de diseño industrial Andreu World.

"Cuando empecé era una profesión nueva, había pocas mujeres y me convertí en un ejemplo pionero de diseñadora-emprendedora", comenta Núñez. "Ser mujer me benefició. Quizá somos menos ambiciosas y lanzadas como empresarias, pero el diseño gráfico se adapta muy bien a nuestra mentalidad, porque requiere una mirada radial y no lineal".

Se la ve contenta y también consciente de que es un reconocimiento merecido. "Los premios desempeñan casi una labor docente de cara a la sociedad", afirma. Núñez ha ideado toda clase de campañas y también ha creado la imagen de espectáculos, exposiciones y eventos culturales. Entre otros, la del mítico club Otto Zutz, en Barcelona, el logotipo de Antonio Miró y la identidad corporativa de Vinçon o System Action.

Admira la sobriedad, pero no define así su estilo. "Sobrio suena a solemne y simple tiene una acepción negativa. Es un estilo despojado de retórica. Hay que diseñar de modo racional y encontrar imágenes potentes, como la Cruz Roja, que desde 1864 sigue perfectamente vigente".

Tiene un profundo sentido del tiempo y le preocupa la caducidad, incluso ha realizado una suerte de investigación para demostrar que "diseñar de forma racional, sin el influjo de la moda, otorga longevidad a las marcas". "Todo lo que está de moda, pasa de moda. Una imagen corporativa no es un evento efímero: hay que encontrar algo sólido, que aspire a ser eterno. Hay demasiadas marcas, todos los colores y los recursos están gastados, la gráfica se tiene que despojar de ornamentos e ir directa a su objetivo: la comunicación", asegura con vehemencia. Algunos de sus diseños ya son clásicos, como la bolsa que en 1991 creó para la modista Lydia Delgado. "Para la cenefa hice unos agujeros en una cartulina, pasé una cinta y la escaneé. Hace unos años, Pronovias la copió descaradamente, pero Lydia no estaba dispuesta a perder su bolsa, a la que va renovando sabiamente el color, y les obligó a retirarla", recuerda, más divertida que molesta.

"El logotipo, la web, el packaging: todo es comunicación. Se puede comunicar incluso con el silencio. Es algo que no atañe sólo el aspecto formal, sino que debe transmitir un mensaje -sean valores o eventos- que llegue al mayor numero de personas, de la forma más directa y eficaz", apunta y se desespera pensando en los clientes insensibles, que les piden "chapuzas". "El proyecto surge de la relación con el cliente. A veces es muy frustrante y otras enriquecedora".