A propósito de los ERE
Sólo quería agradecer el artículo de Rafael Argullol publicado este domingo en su diario a propósito de los ERE que están adornando este país y con referencia concreta al de RTVE y sus consecuencias para la nueva corporación. Quienes empezamos a trabajar en la casa con poco más de veinte años aprendimos mucho de los compañeros que ya estaban allí. Lo bueno, para incorporarlo a nuestra forma de hacer. Y lo malo, para olvidarlo. Formar un profesional en estos medios es muy caro. En dinero y en años. Y que alguien decida que al pasar los 50 se te olvida de repente todo lo que has aprendido en los años que llevas trabajando es una soberana estupidez además de un desprecio manifiesto hacia esos profesionales y hacia la sociedad que ha estado financiando con sus impuestos todos esos años de formación.
Y nadie quiere cerrar el camino a los más jóvenes. A nosotros no nos los cerraron y por eso pudimos trabajar. Pero quienes empiezan necesitan tener referencias vivas en esta profesión. En fin, un ERE grandioso muy aplaudido por los cerebros económicos del ente, perdón, de la corporación, que con esa alegría por las cuentas de resultados (pero ¿qué resultados?) demuestran que tampoco saben de economía.
Claro que cuando se recuerda que el único acuerdo alcanzado durante la pasada legislatura de crispación y gritos entre los dos grandes partidos fue el nombramiento de Luis Fernández como presidente de la Cosa, se empieza a entender algo. Y cuando se recuerda también que lo único que ha dicho en público el mismo señor Fernández sobre el futuro de la nueva RTVE es que se iban a vender todos los inmuebles de RTVE, para construir una sede, que será un edificio "emblemático", a dos kilómetros de Prado del Rey, ya se empiezan a entender más cosas, aunque la pregunta sigue siendo la misma: ¿para esto era el ERE.
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