EB se descalabra y se queda sin grupo propio en el Parlamento
Ni en sus peores pronósticos, los dirigentes de Ezker Batua (EB) podían imaginar unos resultados tan malos. La esperanza era, al menos, mantenerse como estaba. Es decir, con tres parlamentarios, lo que en la próxima legislatura les hubiera permitido formar grupo parlamentario propio (la reforma del Reglamento de la Cámara bajo la exigencia de cinco a tres). Pero ni por esas. Se ha quedado con un parlamentario. Ni siquiera su líder y candidato a lehendakari, Javier Madrazo, logró salvar su escaño por Vizcaya, lo que da idea del desastre.
EB no ha podido rentabilizar en las urnas su gestión al frente de la cartera de Vivienda y Asuntos Sociales en las dos últimas legislaturas, en la que ha puesto en marcha medidas innovadoras e incluso ha logrado sacar adelante la ley más trascendental de las aprobadas en el último mandato: la ley de Suelo. Las tensiones internas, con divisiones y acusaciones a Madrazo de afán de poder le han ido minando el terreno. Eso junto con el firme alineamiento a las iniciativas soberanistas del lehendakari Ibarretxe le han terminado por pasar factura.
Madrazo, sin escaño
A pesar de su esfuerzo por vender gestión y empeñarse durante la campaña en que el debate de la independencia debe quedar en un segundo plano, el mensaje no ha calado a tiempo. La alianza con EB le ha permitido al nacionalismo gobernante presentar un Gobierno vasco de claro perfil soberanista bajo una óptica de pluralidad.
Parece que la "nueva izquierda" vasca a la que ha tratado de convencer Madrazo, "esa con un sentimiento de país, abierta solidaria, internacionalista, no etnicista", con un componente social de izquierda más que nacionalista no se ha dejado seducir por el mensaje del líder.
El futuro de Madrazo sin su propio escaño y de su partido queda completamente abierto, a la espera de la llamada de teléfono de los candidatos que decidan presentarse a la investidura para lehendakari. El coordinador de EB "sólo" se guiará, si es que se produce ese contacto, por la confrontación de programas, advirtió en campaña electoral. Los peligros que se ciernen sobre EB se centran ahora en la tentación de reabrir las pugnas internas y de perder la estabilidad lograda con la presencia en el Ejecutivo.
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