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Reportaje:

12 caras para recordar un año

Una madre luchadora, un candidato rebelde, un alcalde 'malabarista', un sindicalista "de sangre caliente" y un guardameta épico conforman la memoria madrileña de 2010

Un año de crisis y de huelgas salvajes. De ciudadanos hartos que han luchado con sus escasos medios contra su injusticia, desde lo alto de una grúa o acampados en una plaza con su hijo en coma, ganando en unos casos, perdiendo en otros. Un año de Ayuntamientos endeudados, calles centenarias y plazas abarrotadas para celebrar triunfos deportivos. Un año no electoral pero con candidatos. Doce meses que, en Madrid, podrían tener estas doce caras:

ENERO: Pedro Rollán Inmigrantes de Torrejón

La ola mediática provocada por el Ayuntamiento de Vic (Barcelona) cuando anunció que no inscribiría a inmigrantes irregulares en su padrón acabó arrastrando consigo al municipio madrileño de Torrejón de Ardoz, de 120.000 habitantes, al epicentro del ciclón mediático.

El hueco de primera fila en la actualidad nacional se lo ganó el alcalde, Pedro Rollán (PP), por aplicar una política contraria a la ley vigente en materia de empadronamiento. En 2008, un año después de llegar a la alcaldía, a Rollán se le ocurrió que la tasa de inmigración que inquietaba a muchos vecinos de Torrejón (cercana al 20%) podía maquillarse a base de negar el registro a los inmigrantes que no dispusieran de al menos 20 metros cuadrados por persona en sus domicilios, o a los que tuvieran visado de turista. Para el alcalde, la medida solo buscaba "apoyar la dignidad de las personas y evitar los pisos patera".

El tema encrespó debates en el Congreso de los Diputados, provocó la condena del presidente del Gobierno, impulsó un informe negativo de la Abogacía del Estado y hasta levantó revuelo entre los pesos pesados de su partido, que se dividían entre "los inmigrantes deben estar empadronados", de Alberto Ruiz-Gallardón, y el "aquí no cabemos todos", de la portavoz popular catalana Alicia Sánchez Camacho y la presidenta regional, Esperanza Aguirre.

Rollán cedió. Acompañado de su equipo, el 24 de enero acató -"sin compartirlo"- el dictamen del Gobierno de España y abandonó su irregular normativa para dejar que el huracán de medios se diluyera.

FEBRERO: Doney Ramírez En la atalaya de la crisis

La desesperación llevó en febrero a un grupo de trabajadores a realizar lo que en principio podría parecer solo una protesta pintoresca. Pero un obrero lo convirtió en una gesta digna de récord. Doney Ramírez, 35 años, encofrador, casado, con tres hijos pequeños, estuvo subido a una grúa de 40 metros de alto desde el 3 de marzo de 2010 hasta el 2 de diciembre, sin bajar una sola vez durante un invierno, un verano y un otoño con sus días y sus noches, sus nevadas, heladas, vientos y golpes de sol castellanos, cobijado en una tienda de campaña.

Durante nueve meses simbolizó el hundimiento de la construcción. Si miraba abajo veía la evolución de una obra promovida en 2007 por el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón, en una plaza justo detrás de su sede, para hacer una casa de la cultura y un aparcamiento subterráneo. Se encargó que ejecutase el proyecto a la constructora Ploder Uicesa, que constituía al 100% la unión temporal de empresas (UTE) a la que se adjudicó la obra, llamada Pozuelo Infraestructuras. Ploder subcontrató a la empresa de Doney, Jigar SL, para hacer las estructuras, pero a mitad de camino, en octubre de 2009, hizo crac y dejó de pagar. Ploder se declaró insolvente, con una deuda de 315 millones de euros. Jigar perdió 150.000 euros y su encofrador colombiano trepó a la grúa para denunciarlo.

Doney no fue el primero en subir (otros dos compañeros pasaron por la grúa en las primeras semanas), fue el primero en aguantar más allá de lo razonable: 281 días en los que su patrón le seguía pagando el sueldo y una vecina cubana de la zona le llevaba la comida para que la izase con una cuerda. Quería que se entendiese lo que decía la pancarta que colgó en lo alto: "Ruina consentida", dedicada al Ayuntamiento, del PP, que inició la obra con un informe en contra de la interventora municipal e inyectó cuatro millones no presupuestados a Ploder seis meses antes de que colapsara.

La presencia del obrero en la grúa no hizo que Ploder ofreciese a Jigar una alternativa futura al impago actual ni que el Ayuntamiento de Pozuelo asumiese responsabilidad alguna. En diciembre Doney vio cómo se inauguraba el aparcamiento, que explotará una sociedad dirigida por los accionistas de Ploder durante los próximos 37 años, y dio por imposible su propósito.

El robinsón de la grúa es de nuevo un obrero con una vida normal, incluso privilegiada, según dice, porque al menos tiene trabajo. Doney Ramírez ha estado nueve meses en la atalaya de la crisis, y ha visto negro el horizonte: "Lo hemos pasado mal, pero creo que lo peor está por llegar".

MARZO: Esther Rincón Madre coraje de la M-607

Su objetivo era acabar con la curva de la muerte y Esther Rincón no paró hasta que millones de personas se dieron cuenta de que el punto kilométrico 28,800 de la M-607 (Madrid-Navacerrada) estaba mal diseñado, mal peraltado y mal señalizado. Justo un año y medio antes, su hijo, Juan Calleja, de 22 años, perdió la vida al salirse el vehículo que conducía.

Rincón iba con su novio en el coche grabando la circulación de la M-607 cuando un coche se salió de la vía justo en el mismo lugar que se mató su hijo. "No pienso parar hasta que alguien arregle esa carretera y dejen de morir personas. Se lo debo a mi hijo", dijo la mujer, profesora en un colegio privado. Las imágenes, difundidas el 8 de marzo, dieron la vuelta al mundo, lo que obligó al Gobierno regional a tomar cartas en el asunto. Su denuncia fue tan fuerte que la Fiscalía de Madrid abrió diligencias de investigación para saber si hubo negligencia penal por parte del Ejecutivo de Aguirre. El caso está todavía en fase de estudio tras un complicado peritaje de los expertos.

La palabra que más repetía entonces Esther Rincón era impotencia, al ver que nadie tomaba medidas para acabar con la curva de la muerte. Meses después, a finales de julio, la Comunidad de Madrid anunciaba a bombo y platillo que había arreglado la carretera y, en especial, el peligroso tramo. Detrás quedaron las nueve personas que habían muerto en la M-607 desde enero de 2008, entre ellos Juan Calleja.

ABRIL: Antonio López Pintor en la Gran Vía

A lo largo de un lustro, en los años setenta, Antonio López se instaló muchos amaneceres con sus bártulos de pintor en la isleta peatonal que marca la bifurcación de Alcalá y Gran Vía. Así nació uno de los lienzos más emblemáticos del artista de Tomelloso: La Gran Vía. El pasado abril, López volvía a recorrer la calle que lo sedujo cuando llegó a la capital a los 13 años para pintarla de nuevo. Esta vez para su proyecto Vuelo sobre Gran Vía, seis cuadros realizados desde seis puntos de vista a distintas horas del día. Era el mejor homenaje a una calle que el 4 de abril cumplió 100 años.

En agosto, el mejor retratista de las calles madrileñas creaba corrillo en la Puerta de Sol. Sentado en una silla de playa, tocado con una gorra roja, López se instaló cada atardecer, a la misma hora y en el mismo lugar, marcadas las huellas de sus zapatos con tizas, para captar la luz exacta que él busca. La obra, que reproduce el punto en que las calles del Arenal y Mayor desembocan en la Puerta del Sol, será compañera de otra que López tiene pensado realizar, la del arranque de la Carrera de San Jerónimo y la calle de Alcalá, en la parte opuesta, para que, cuando se junten, se vea el perímetro de toda la plaza.

La impronta del artista se ha dejado ver en muchos otros lugares este año. El pasado 15 de octubre la escultura obra del artista titulada La mujer de Coslada, estrenaba ubicación en la Rambla que divide esta localidad madrileña. La pieza, un gigantesco busto de mujer de 5,6 metros de altura y 3.000 kilogramos de peso se realizó en una fundición de Arganda del Rey. Es una de las pocas esculturas gigantes de López que se pueden ver en Madrid y se vincula, por sus dimensiones, con las dos cabezas de gran tamaño, Día y noche, que forman parte del complejo de la estación de Atocha. A finales del pasado noviembre, y como consecuencia de la reciente ampliación de la estación, el conjunto escultórico, dos retratos de una de las nietas de López cuando era un bebé de pocos meses, fue traslado al exterior, a una plaza próxima al nuevo vestíbulo de llegadas. Desde que llegaron a Atocha en julio de 2008, las piezas, de tres metros de altura y un peso de más de 2.000 kilogramos cada una, habían permanecido en la planta baja del recinto, junto a los andenes.

MAYO: Danays Bautista Y la música volvió

Mujer, cubana, ciega, guitarrista y cantante. La vida de Danays Bautista dio un giro a sus 37 años el pasado 17 de mayo. La mujer esperaba el metro en la estación de Nueva Numancia, la de al lado de casa, la que se sabía de memoria. El tren paró y se acercó con su bastón, pero no fue hacia la puerta. Se coló por accidente en el hueco que separa los vagones. El metro en marcha le segó el brazo izquierdo a la altura del hombro. Luego siguieron las horas interminables de quirófano. Fue sometida a dos intervenciones en el Gregorio Marañón que no consiguieron salvar su extremidad. Mientras ella revivía en la cama del hospital, sus amigos recolectaron fondos con un concierto para traer de Cuba a su madre y a su hermana. "Danays, la cosa no termina aquí. Tu música se hará más fuerte", le escribió un amigo en el muro de mensajes de la sala. Reapareció dos meses después, con una camisa llena de mariposas, en la Casa de América. "Tengo ganas de andar, de saltar, de vivir a contracorriente y poner patas arriba la tristeza", decía la estrofa de su primera canción.

JUNIO: Vicente Rodríguez La huelga que paró Madrid

Amigos y enemigos lo definen como "un hombre de sangre caliente". Él lo admite. Sindicalista y conductor de metro desde hace más de dos décadas, Vicente Rodríguez fue la cara, hoy a su pesar, de un conflicto correoso. Los trabajadores de Metro pararon dos días el suburbano y con él la ciudad a finales de junio. Madrid mutó en ratonera: autobuses atestados, taxis repletos, calles a reventar... Imposible moverse. 2.200 conductores y parte del resto de la plantilla, con 6.700 empleados, echaron un pulso a la Comunidad de Madrid, que les incluyó (también hoy a su pesar) entre las empresas públicas en las que había que recortar sueldos. Vicente Rodríguez, responsable del Sindicato de Conductores y uno de los cabecillas, copó portadas al grito de: "Vamos a reventar Madrid". Su frase, uno de los excesos verbales oídos en las asambleas de trabajadores de Metro, le llevó a la Fiscalía, que acaba de solicitar el archivo del asunto. La Comunidad amenazó con mano dura y demandas millonarias a los responsables del caos. La paz social se hizo añicos. Seis meses más tarde, los casi 650 expedientes a los trabajadores se han cerrado sin sanciones. No hay petición económica por parte del Gobierno regional. Sobre tres miembros del comité de huelga -Rodríguez, Teodoro Piñuelas (UGT) e Ignacio Arribas (CC OO)- planea la sombra del despido. Ahora toca ser prudente, reflexiona Rodríguez. Y no dice ni una palabra más.

JULIO: Iker Casillas La cara de la victoria

A Iker Casillas, natural de Móstoles, le gustan los huevos fritos con patatas. Capitán de la selección española campeona del mundo en Sudáfrica el pasado 12 de julio, Casillas es un chico "normal" de 29 años. Un muchacho cercano que rompió a llorar cuando concluyó la final del campeonato reflejando la incredulidad de millones de españoles. España no solo había pasado de cuartos de final. Se había impuesto a Holanda con un gol de otro chico "normal", el albaceteño Andrés Iniesta, y Casillas prologaba con sus lágrimas las fiestas que se sucedieron esa noche por todo el país. Incluida la plaza de Colón, donde centenares de miles de madrileños festejaron el éxito. Casi todos con mucha corrección. Con la excepción de aquellos que se entretuvieron en arrancar un brazo de uno de los personajes que componen desde el basamento la columna escultórica del descubridor.

Dos días después, todos los jugadores recorrieron en autobús descubierto la Castellana hasta llegar a un escenario en la misma plaza de Colón. Aquella fiesta congregó a cerca de un millón de personas. Los homenajes no habían hecho nada más que empezar. Pero para Casillas, el primer reconocimiento llegó de la periodista de Tele 5 Sara Carbonero. La reportera, encargada de seguir a la selección en Sudáfrica, le hizo la primera entrevista tras ganar el campeonato. Casillas apenas le contestó a las preguntas. Se limitó a darle un largo beso televisado que se vio en todo el mundo. Sara Carbonero es su novia.

Después se sucedieron los festejos. Incluido un multitudinario acto en su ciudad natal, Móstoles, de la que fue nombrado Hijo Predilecto el 16 de septiembre. "Yo no soy galáctico, yo soy de Móstoles", es una de las citas más célebres del portero del Real Madrid, que rememoró su infancia y a sus amigos de la población del sur de la Comunidad. El alcalde de Móstoles, el popular Esteban Parro, recordó las virtudes que adornan al guardameta y recalcó que "es un ejemplo para toda la juventud".

Madrid se paralizó tras la consecución de la Copa del Mundo. El estallido de Casillas sintonizó desde África con el de millones de madrileños. Julio fue fútbol, asombro, victoria, celebración. Y una de las caras fundamentales fue la de Iker Casillas, el héroe de Móstoles.

AGOSTO: Tomás Gómez El hombre que ganó a las encuestas

Tomás Gómez, secretario general de los socialistas madrileños, sabe sobreponerse a las situaciones críticas. El pasado verano se situó en el epicentro de la información política tras lanzar un órdago a la dirección federal de su partido. Desde Ferraz, intentaron en balde que renunciara a la candidatura socialista para la presidencia de Madrid. Gómez (Enschede, Holanda, 1968) consideraba que merecía una oportunidad. Durante tres años al frente del convulso Partido Socialista de Madrid (PSM) no había conseguido remontar en las encuestas. Su labor de oposición al Gobierno regional del PP apenas había trascendido y los ciudadanos casi no lo conocían. El aparato federal dudaba de que fuera el candidato idóneo para arrebatar la presidencia de Madrid a Esperanza Aguirre.

Las hostilidades se desataron a principios de verano, cuando el ex alcalde de Parla criticó abiertamente al vicesecretario general del PSOE, José Blanco, por obstaculizar su candidatura. Pocas semanas después se desvelaron las intenciones de Ferraz de colocar a Trinidad Jiménez, actual ministra de Asuntos Exteriores, como candidata a la presidencia de Madrid y a Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, como aspirante a la alcaldía de la capital. El aparato federal manejaba unas encuestas que revelaban que con Jiménez de cabeza de lista tendrían una oportunidad de vencer. Gómez nunca confió en los sondeos. Se opuso a ser sustituido y se mantuvo firme cuando el propio Rodríguez Zapatero lo convocó a Moncloa para pedirle que dejara paso a la ministra. De esa reunión salió la conocida frase: "Ante la duda, en todo caso democracia", pronunciada por el presidente.

El enfrentamiento entre los partidarios de Gómez y los de Jiménez fue muy duro y crispó la federación madrileña. Gómez aparecía como el candidato de las bases. Había trabajado a nivel orgánico y había tejido una red de apoyos en las agrupaciones locales que resultó definitiva. El ex alcalde de Parla se impuso por un estrecho margen, el suficiente para refrendar su autoridad. Desde entonces su impulso se ha diluido. A Gómez le funcionó la táctica de oponerse a Zapatero y la sigue practicando de vez en cuando. Las primarias han dejado una profunda cicatriz en el seno del PSM. En las próximas semanas, el líder madrileño tiene que elaborar las listas electorales. Muchos creen que entonces la herida volverá a sangrar. Aunque las encuestas le dibujan un futuro sombrío, él confía volver a doblegarlas.

SEPTIEMBRE: Jesús Neira El ocaso de un héroe

Borracho, agresivo y causando un grave peligro para los conductores que circulaban por la M-40 el 1 de septiembre. Así fue detenido el profesor Jesús Neira, de 57 años, por un inspector de policía fuera de servicio, tras haber colisionado ligeramente con camión. Iba dando bandazos de un carril a otro.

Cuando la Guardia Civil le hizo la prueba de alcoholemia, Neira triplicaba la tasa legal: dio 0,87 mililitros de alcohol por aire espirado cuando el límite permitido es de 0,25. El profesor fue imputado por un delito contra la seguridad vial, lo que precipitó su salida como presidente del consejo asesor del Observatorio Regional contra la Violencia de Género. La presidenta regional, en lugar de destituirle ante la gravedad de su acción, tiró por la calle de en medio y disolvió el Observatorio. El polémico profesor se negó a dimitir en todo momento, pese a que más de un responsable regional se lo pidió públicamente. Argumentó que su alcoholemia se debía a haber ingerido durante una cena con amigos una sola copa de licor que hizo reacción con los medicamentos que toma. Los expertos negaron este extremo.

Un juzgado condenó días después al profesor a la retirada del carné de conducir durante 10 meses y al pago de una multa de 1.800 euros, además de trabajos en beneficio de la Comunidad. Rodeado de periodistas, Neira se negó a hacer declaraciones a la salida del juicio rápido. Un mes después, volvía a los medios de comunicación por la muerte de su supuesto agresor Antonio Puerta tras una sobredosis. Y, justo a los dos días, Neira ingresó en el hospital Puerta de Hierro, donde permaneció en coma hasta que se recuperó a mediados de este mes.

OCTUBRE: Alberto Ruiz-Gallardón El alcalde y la deuda

Apenas cinco meses antes había anunciado un ahorro de 1.041 millones, un recorte del 15% en los contratos municipales y un próximo presupuesto de guerra para paliar la grave falta de liquidez. Salió a la luz que el Ayuntamiento debe más de 900 millones a sus proveedores, que en algunos casos llevan más de nueves meses sin cobrar y las empresas de limpieza que prestan servicio al Consistorio llegaron a amenazar con dejar de pagar las nóminas si no se empezaban a liquidar facturas.

El alcalde de la capital siempre culpó al Gobierno de sus problemas económicos, y el 12 de octubre no perdió la oportunidad de enfrentarse personalmente al presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Días antes le había llamado "mentiroso" y "envidioso", pero esta vez bajó el tono: "Tengo que hablar contigo, estoy muy preocupado y necesito resolver el problema de la refinanciación de la deuda de Madrid", le dijo. Zapatero le abroncó, pero le dio la oportunidad de presentarle un plan que le convenciese para autorizar la refinanciación de la deuda de la capital, que ya asciende a 7.134 millones de euros. El informe de Gallardón llegó en diciembre y, cuando parecía que podría abrirse una puerta para resolver la difícil situación financiera de los Ayuntamientos -que carecen de una nueva ley de financiación local y que según el alcalde sufren una situación de agravio frente al Estado y las Comunidades Autónomas a la hora de endeudarse-, Zapatero dio un portazo. El alcalde salió de la Moncloa cabizbajo, disgustado y enfadado. Le espera un año con el presupuesto más ajustado de su historia como alcalde, cientos de millones que pagar a sus proveedores y poco que prometer a los madrileños.

NOVIEMBRE: Juana Ortega Los focos sobre Meño

Juana Ortega vivió desde el 3 de julio de 1989 un sufrimiento que solo se estampaba en sentencias judiciales, pero que dentro le aumentaba como la levadura, en su casa de Móstoles, junto a la cama de su hijo Antonio Meño, en coma vigil por la operación estética que le cortó la juventud ese día y lo dejó para siempre clavado a una cama, sin capacidad de hablar, quién sabe si de sentir o pensar, en un limbo vegetal sin fecha de caducidad.

El 18 de noviembre de 2010, 21 años más tarde, como la edad que tenía su hijo cuando quedó defenestrado en el quirófano de la clínica Nuestra Señora de América de Madrid, el Tribunal Supremo anuló todas las resoluciones anteriores del caso Meño y ordenó que volviese a los juzgados de primera instancia.

Los medios de comunicación convirtieron en un bombazo mediático a la familia: la madre, el padre y el hijo, que a los dos días abandonaron la chabola de la plaza de Jacinto Benavente, en el centro de la capital, donde reclamaban justicia desde hace 522 días. La Audiencia Provincial había absuelto al hospital y al anestesista en 1998, el Supremo había confirmado esta sentencia en 2008 y condenado a los Meño a pagar 400.000 euros a los demandados por todos sus gastos judiciales, y después de todo eso, a partir de una demanda de revisión del abogado de la familia, fundamentada en la aparición de un testigo que la clínica ocultó desde el inicio del caso, el propio Supremo rectificó.

La tesis que había convencido a todos los jueces, que el paciente se ahogó en su vómito después de que le retirasen la respiración asistida correctamente, versión del hospital, quedó en entredicho. El nuevo testigo, un doctor que estuvo en la operación como aprendiz, asegura que no fue así, que el tubo de oxígeno se desconectó por accidente durante la intervención, con el anestesista operando a la vez en otro quirófano. El Supremo únicamente concluyó que se escondió una pieza del rompecabezas y que había que recomponerlo.

Un fogonazo informativo. La madre coraje que venga a su hijo. La justicia abriendo los ojos ante un drama humano. Pasado el tiempo, apagados los focos, Juana Ortega, de 65 años, explica su situación por teléfono: "Estoy un poco regular después de tantas cosas que han pasado. Nos han dado la razón, se sabe que nos engañaron desde el principio... Pero estamos otra vez en la casilla de salida".

[En 2011 piensa volver a los tribunales, o pactar una indemnización con el hospital]. De fondo solo se oye la voz de un magacín de televisión sonando en la sobremesa de su sala de estar; en el auricular, algo parecido a un sollozo.

DICIEMBRE: Sonia y Enrique Noche de bodas en Barajas

A Enrique Anza, de 32 años, todavía le da "no sé qué" cuando piensa en subirse a un avión. Él, su prometida Sonia González, de 34, y la tropa familiar (padres, suegros, hermanos, sobrinos, su hijo Unax...) se quedaron atrapados en el aeropuerto de Barajas más de dos días. En sus maletas, trajes blancos de verano para la boda tropical en Punta Cana planeada con mimo durante meses y a la que nunca llegaron.

La huelga de los controladores aéreos del Puente de la Constitución dejó en tierra a más de 600.000 pasajeros. Barajas se convirtió, a ratos, en cárcel, refugio, laberinto y última esperanza de la familia, que invirtió más de 20.000 euros en el viaje. Los Anza y los González volvieron a casa en Pamplona y en Valencia sin pisar el avión. "Sonia estaba hecha polvo y yo le dije: 'Me da igual casarme en vaqueros o como sea, pero habrá boda", rememora Enrique. Y así fue. Mantuvieron la fecha: 8 de diciembre. Cambió el paraje. Del Caribe al bosque encantado del pueblo de Beruete, en Navarra. Lo prepararon todo en día y medio. Se vistieron con sus trajes blancos a pesar del frío. La boda se les llenó de periodistas. "Se casan los de Punta Cana', decían. Fue muy emocionante, lloraron hasta los cámaras", según el novio. Ya están casados. ¿Intentarán algún día viajar a Punta Cana? Enrique duda: "Hombre, la ilusión sigue ahí, quizá el año que viene... Mi cuñada aún no ha deshecho las maletas por lo que pueda pasar".

Información elaborada por Jaled Abdelrahim, Pablo de Llano, F. Javier Barroso, Isabel Lafont, Pilar Álvarez, Daniel Borasteros, J. Sérvulo González y María Martín.

El artista Antonio López posa en el lugar donde pintó su famoso cuadro de la Gran Vía.
El artista Antonio López posa en el lugar donde pintó su famoso cuadro de la Gran Vía.CLAUDIO ÁLVAREZ

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