Toda una vida para el cante
Carmen Linares resume su carrera en 'Remembranzas', un disco en directo
¿Caben 40 años de cante en una noche? La cantaora Carmen Linares los comprimió, aunque le dolió dejar atrás partes importantes de su historia, en un concierto memorable que ofreció el pasado 5 de febrero en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. El recital, poblado por sus poetas más queridos como García Lorca, Juan Ramón Jiménez o Miguel Hernández, se ha convertido en un disco que se grabó en directo aquella noche: Remembranzas (Salobre).
"Una letra dura un minuto y puedes contar toda una vida. Es filosofía pura, años de filosofía condensada", decía ayer en Sevilla la cantaora, una de las voces más sólidas del flamenco que el mes pasado recibió el premio a su trayectoria de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música, lamentando no poder haber sintetizado así su carrera.
"El flamenco es filosofía pura, años de filosofía condensada"
A Carmen Pacheco (Linares, Jaén, 1951) le costó mucho seleccionar lo mejor de sus cantes, de su vida. De una carrera que comenzó cuando tenía 11 años y fue un día a cantar a la radio -como muestra una de las fotografías incluidas en el álbum-, aunque no arrancó profesionalmente hasta los 17 años. "Cogí mi maletita y me fui a cantar atrás (para el baile) a un tablao a Biarriz (Francia). Mi padre tuvo que firmarme una autorización para salir de España, estuvimos 40 días y a la guitarra venía Manolo el Sevillano. De ahí me salió otro contrato con la compañía del bailaor Paco Romero. Mi padre era ferroviario y lo trasladaron a Madrid en 1965. Eso para mí fue muy importante porque vivíamos cerca de la plaza de Santa Ana y pude conocer a grandes artistas, actuar en tablaos, peñas y festivales", recuerda la artista, quien recibió el Premio Nacional de Música en 2001.
Su primer disco lo grabó en 1970 acompañada a la guitarra por Juan Habichuela, en una serie dedicada a jóvenes cantaores. "Yo cantaba entonces mucho por Fosforito. Él escuchó el disco y le gustó, así que me organizó una pequeña gira por Francia. Pero no empecé a cantar alante hasta 1974 en el festival de La Unión", recuerda la artista, siempre dispuesta a dar un paso más en el mundo del flamenco con espectáculos como Apocalipsis, voz de mujer, que protagonizó junto a la actriz griega Irene Papas, o Poeta en Nueva York, con la coreógrafa y bailarina Blanca Li. "Siempre he tenido un gran compromiso con el flamenco, desde que era muy joven lo he intentado llevar lo más alto posible, con la mayor honestidad y dignidad", afirma la cantaora.
"En Remembranzas -título de uno de los poemas de Juan Ramón Jiménez que da nombre al disco- me hubiera gustado meter también algo de El amor brujo, un tema de San Juan de la Cruz que no está grabado o de La Parrala... hay tantas cosas", dice esta mujer a quien no le asustan los retos. "Las cosas no las buscas, te las vas encontrando. Ahora estoy muy ilusionada con un espectáculo sobre Las lamentaciones de Jeremías que estoy haciendo con el pianista Uri Caine y con la guitarra flamenca de Salvador Gutiérrez. El texto del libro del Antiguo Testamento lo ha elegido Uri Caine porque él es judío y lo ha traducido el poeta gaditano José Ramón Ripoll. Hicimos un ensayo general en Suiza con un cuarteto de cuerda y funcionó muy bien. De momento, lo presentaremos en Segovia y en Madrid".
Carmen Linares parece no tenerle miedo a nada, ni siquiera al dificil momento que atraviesa la industria discográfica. "La cultura no es gratis y aquí todavía no hay conciencia de ello. Es una vergüenza que un creador no pueda vivir de su trabajo. En España no se está haciendo lo que se debe. Por ejemplo, en Francia si una persona se baja contenidos que tienen derechos de autor le avisan la primera vez y cuando lo hace por tercera vez, le cortan la conexión a Internet. La gente tiene que entender que los creadores vivimos de esto. Yo me salvo con mis conciertos, pero hay otros artistas, como los compositores, que tienen que vivir de los derechos de autor", concluye la cantaora.
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