Las familias alemanas pagarán 480 euros anuales más en la factura del gas por un nuevo recargo
El Gobierno aplicará una tasa a partir de octubre para distribuir el mayor coste energético entre los consumidores
Miles de hogares alemanes afrontarán un considerable aumento del precio de gas a causa de una nueva tasa que el Gobierno aplicará a partir de octubre a los precios del gas para distribuir entre hogares y empresas el aumento de los costes del combustible. Ese recargo se ha fijado en 2,419 céntimos de euros por kilovatio hora, según anunció este lunes Trading Hub Europe, empresa conjunta de los operadores de sistemas de transporte de gas en Alemania. El sobrecoste en la factura del gas para una familia de cuatro miembros en una vivienda unifamiliar rondará los 480 euros al año, según los cálculos de la prensa alemana.
Los costes aumentan a 576 euros si se tiene en cuenta que hay que pagar el IVA, algo que el Gobierno federal quiere evitar y negociar con Bruselas. Para ello ha pedido una exención a las normas que rigen en la UE. Cuando se aprobó la nueva tasa, el Ministerio de Economía anunció que calculaba una horquilla de 1,5 a 5 céntimos por kilovatio hora y el propio ministro de Economía y Clima, Robert Habeck (Verdes), no descartó un sobreprecio de hasta 1.000 euros al año.
Los beneficiarios de este nuevo recargo serán las empresas proveedoras de gas afectadas por los costes adicionales que acarrea la sustancial reducción de las importaciones de gas ruso, que tienen que compensar con la compra de gas alternativo a precios más elevados que en los contratos de suministro vigentes entre Alemania y Rusia, y que ahora se están incumpliendo. Berlín tuvo que acudir en julio al rescate de Uniper, el mayor importador alemán de gas ruso, y compró un 30% en la empresa a cambio de inyectar más de 7.000 millones de euros. La compañía aseguraba que era incapaz de hacer frente a los elevados costes del hidrocarburo en los mercados globales después de que la gasista estatal Gazprom redujera los envíos.
La tasa se aplicará a partir de principios de octubre y se prevé que su aplicación se extienda por un tiempo limitado, establecido inicialmente hasta el 30 de septiembre de 2024. Según el ministerio, el incremento en la factura no se trasladará de forma inmediata, ya que la Ley de la Industria Energética establece plazos de preaviso de cuatro a seis semanas a los consumidores. Por lo tanto, la tasa será efectiva probablemente en las facturas de noviembre.
Robert Habeck subrayó que la tasa no es ni mucho menos una medida fácil, pero que es necesaria para mantener el suministro de energía en los hogares y la economía: “De lo contrario, la seguridad del suministro estaría en peligro”. El ministro ha justificado ahora el recargo como “específico” y “limitado en el tiempo”. “La tasa es una medicina amarga, pero es al mismo tiempo la forma más justa de compartir y asumir los costes adicionales que se derivan para la población. La alternativa habría sido el colapso del mercado energético alemán”, dijo Habeck.
Según el ministro, un total de 12 importadores de gas han registrado sus costes de adquisición de sustitución del recorte del gas desde Rusia en Trading Hub Europe. La tasa irá acompañada de otro paquete de ayudas que ya fueron anunciados por el canciller Olaf Scholz el jueves pasado cuando prometió a los ciudadanos una ayuda adicional. “Nadie se quedara solo”, sentenció.
“El impuesto es una consecuencia de la guerra ilegal de Putin en Ucrania y de la escasez artificial de energía provocada por Rusia”, dijo Habeck en un comunicado. “Los precios de la energía han subido enormemente en general debido a la guerra de agresión rusa. Especialmente para los que no tienen mucho, esto es una carga pesada que es imposible o difícil de soportar”.
Desde mediados de junio, Rusia ha reducido sus importaciones de gas a Alemania de forma imprevisible, lo que ha provocado una escasez artificial de energía y un aumento en los precios. Este situación afectó especialmente a Alemania, que ha dependido en gran medida del gas barato de Rusia. Muchos de los suministros rusos, que hasta ahora estaban garantizados por contrato, ya no están disponibles.
Según el ministerio, se liquidará mensualmente y podrá ajustarse cada tres meses. El ajuste de precios se pondrá a cero si Rusia vuelve a cumplir plenamente las cantidades garantizadas por contrato.
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