Ryanair niega que se haya inventado un cargo nuevo para los tardones y explica cómo funciona su tasa de los 100 euros si pierdes un vuelo
La aerolínea rechaza que haya lanzado un cargo nuevo por llegar con poco tiempo al aeropuerto y señala que lo que ofrece es abonar una tarifa especial para ser recolocado en otro avión si has perdido el que tenías


Los equipos comerciales y de comunicación de Ryanair están dando vueltas a cada una de las notas, ruedas de prensa e intervenciones de sus portavoces en actos públicos. No saben de dónde han salido las informaciones que varios medios han difundido en la última semana sobre un supuesto nuevo recargo a los viajeros, en este caso de 100 euros, por llegar al aeropuerto con menos de 40 minutos de antelación sobre la hora de apertura de la puerta de embarque. Fuentes de la aerolínea explican que creen que se ha malinterpretado uno de los puntos de su política comercial, que, efectivamente, está relacionado con el problema de perder un avión de la low cost. Pero niegan que haya un recargo nuevo que vaya a entrar en vigor para los que apuran los tiempos, siempre que los viajeros cumplan con los horarios establecidos.
Entre las recomendaciones que ofrece Ryanair a los viajeros en su página web, la aerolínea indica: “Debes estar en la puerta de embarque como mínimo 30 minutos antes de la hora de salida de tu vuelo”. La compañía, además, aconseja alargar ese tiempo si se va a facturar maleta en su mostrador. “Recomendamos a todos los pasajeros que lleguen al mostrador de facturación o de entrega de equipaje como mínimo 2 horas antes de la hora de salida programada del vuelo”. Sin embargo, la semana pasada varios medios recogían un supuesto nuevo cobro de entre 100 y 120 euros para quien llegue con menos de 40 minutos con respecto al horario marcado como apertura de la puerta de embarque. Y niegan que sea así.
La compañía cree que la confusión puede llegar de otra tarifa que cobran a quienes no puedan subir al avión porque llegan ya con la puerta de embarque cerrada y quieren subir al siguiente vuelo. Aquí sí que incluye en su tarifario un cobro extra de 100 euros: cuando el viajero llega al aeropuerto con menos de 40 minutos de margen respecto al horario de salida del vuelo y se encuentra con la puerta de embarque ya cerrada. Hasta una hora después de la partida del avión, la empresa ofrece al viajero la opción de pagar un cargo de 100 euros y subirse al siguiente vuelo con el mismo destino, si quedan plazas. Se trata de una gestión que solo se realiza de forma presencial, en el mostrador de venta de billetes, y que el cliente es libre de reclamar. Ryanair insiste en que la tarifa se aplica solo una vez cerrada la puerta de embarque en el avión en que se había reservado y es un servicio extra.
Recargos crecientes
La empresa líder por tráfico aéreo en Europa defiende que no se trata de una penalización y que esta política es similar a la de otras compañías aéreas. Pero el revuelo ha sido considerable en los últimos días. Y en España coincide con el pulso que esta y otras compañías (Vueling, Easyjet, Norwegian y Volotea) mantienen con el Ministerio de Consumo por el cobro de la maleta que se sube a la cabina de viajeros y no es considerado como equipaje de mano.
Los viajeros de Ryanair llevan años avisados de todo tipo de recargos sobre unas tarifas que, de partida, son consideradas las más bajas del sector. La compañía cobra cantidades extra, estipuladas en la página web, por la elección de asientos con espacio extra para las piernas; por ocupar plazas delanteras; tiene tarificada la selección de asientos contiguos para poder viajar junto a menores; está la famosa factura de 20 euros por imprimir la tarjeta de embarque en el aeropuerto; hay un cargo por el equipamiento de los bebés (sillas, tronas, cunas de viaje, etcétera); por el cambio del titular de la reserva o por el cambio de vuelo; también hay una tarifa estipulada para la bolsa de palos de golf, el equipamiento de esquí o los instrumentos musicales.
Desde el Ministerio de Consumo, que impuso el pasado mes de noviembre una sanción de 108 millones a la aerolínea por sus prácticas comerciales, se ha subrayado en distintas ocasiones que los precios ofertados para captar la atención distan en muchas ocasiones de lo que realmente paga el usuario.
En Ryanair aseguran que el denominado cargo por pérdida de vuelo no es nuevo, aunque aflora en los medios junto a la decisión de la aerolínea de implantar las tarjetas de embarque electrónicas a partir del 3 de noviembre (pretendía hacerlo esta misma temporada de verano). El embarque 100% electrónico evita que los viajeros tengan que descargar e imprimir sus billetes, pero hará obligatorio el uso de la tarjeta de embarque desde la aplicación myRyanair durante el proceso de facturación.
Billete electrónico
La irlandesa argumenta que casi el 80% de sus clientes utiliza ya la tarjeta de embarque digital. El paso que se dará en noviembre supone, en principio, acabar con “casi todas las tasas de facturación en los aeropuertos”. Pero el hecho de que exista un “casi” hace temer recargos para quien no acuda al aeropuerto con la citada tarjeta digital. Ryanair afirma que el traslado de todos los viajeros a la aplicación móvil permitirá una mejor gestión de los asientos, una comunicación directa sobre el estado de cada vuelo antes de la partida, o la disposición en un mismo sitio de todos los documentos necesarios para viajar.
El director de Marketing de Ryanair, Dara Brady, explicó la semana pasada que “la aplicación myRyanair será especialmente útil para los pasajeros durante las incidencias, ya que facilitará actualizaciones en tiempo real desde nuestro centro de operaciones directamente a los móviles de los pasajeros, y también les proporcionará opciones de vuelos alternativos, e incluso traslados y opciones de alojamiento en hoteles cuando sea necesario”.
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