El viaje a la rentabilidad de Uber alcanza su destino
La empresa fundada en 2009 se convierte en un gigante muy rentable tras años de pérdidas y batallas regulatorias. Ahora quiere integrar a todos los taxis del mundo
Los accionistas de Uber han tenido con frecuencia la misma sensación que los usuarios de su servicio cuando ven que el conductor se desvía de la ruta y parece dar un rodeo. Tras 15 años y decenas de miles de millones en pérdidas, el viaje a la rentabilidad ha terminado. La empresa fundada en 2009 por Travis Kalanick y Garrett Camp no solo es un gigante global, sino también una máquina de hacer dinero. Además, Uber tiene el depósito lleno de combustible para seguir avanzando a toda velocidad durante los próximos años.
“Al principio, estábamos expandiéndonos rápidamente por todo el mundo mientras hacíamos inversiones masivas para construir nuestra posición en la categoría. Dadas esas enormes pérdidas, mucha gente se preguntaba si Uber podría llegar a ganar dinero. Ahora Uber es más fuerte que nunca, con un crecimiento y una rentabilidad excepcionales”, explicaba esta semana en una conferencia con inversores el consejero delegado, Dara Khosrowshahi.
Uber acumuló pérdidas de 31.675 millones de dólares (unos 29.500 millones de euros al tipo de cambio actual) entre 2014 y 2022. Los números rojos fueron la constante, salvo el espejismo de una ganancia anual de 997 millones en 2018 por plusvalías extraordinarias. Los beneficios de 2023 son de verdad. La compañía logró por primera vez un resultado operativo favorable y eso le permitió cerrar el ejercicio con un resultado neto de 1.887 millones de dólares, tras aumentar los ingresos un 17%, hasta 37.281 millones de dólares. El dinero que mueve Uber es muy superior: las reservas brutas crecieron un 19%, hasta 137.865 millones de dólares. “2023 fue un punto de inflexión para Uber, demostrando que podemos seguir generando un crecimiento fuerte y rentable a escala”, afirmó Khosrowshahi al presentar los resultados.
“Después de un periodo difícil durante la pandemia y años de gastos agresivos para ganar cuota de mercado, Uber finalmente ha encontrado su equilibrio y está demostrando una madurez en sus finanzas”, señala Josh Gilbert, analista de eToro. “El cambio de rumbo a largo plazo de la empresa tras la pandemia está empezando por fin a dar sus frutos”, indica Thomas Monteiro, analista senior de Investing.com. “La movilidad y la entrega vuelven a crecer con fuerza, la cuota de mercado aumenta y el ebitda continúa su inflexión”, resumía en un informe para clientes Nikhil Devnaniy, analista de Berstein.
Ha sido un largo camino. El servicio inicial, lanzado dos años después de llegar el iPhone al mercado, se llamaba inicialmente UberCab y se dirigía a clientes con alto poder adquisitivo. Su crecimiento y popularización fue imparable a pesar de las constantes trabas regulatorias y a los enfrentamientos con el sector del taxi tradicional, que frenó su implantación en numerosos mercados y que ha terminado por rendirse al gigante. Ahora, Uber cuenta con 235.000 taxistas en su plataforma en 33 países de todo el mundo.
“Llevo casi 10 años en Uber y es cierto que la relación con el taxi no siempre ha sido amistosa, pero esa relación está cambiando”, decía este miércoles Jill Hazelbaker, responsable de Comunicaciones, Políticas Públicas y Marketing del grupo. “Hemos dado la bienvenida a la plataforma a taxis emblemáticos de Hong Kong, Tokio y Nueva York. Y estamos descubriendo que los taxistas que aceptan viajes con Uber están más ocupados y ganan más que los que no lo hacen”, añadía, antes de soltar un órdago: “Tenemos grandes ambiciones de llevar todos los taxis del mundo a la plataforma Uber, por eso estoy tan emocionado de dar la bienvenida al icónico taxi negro de Londres a finales de 2024″.
Uber se ha desviado muchas veces del camino en sus 15 años de historia. Kalanick se saltó las regulaciones de los taxis y del alquiler de coches para abrirse paso a la fuerza tirando los precios. Con él, Uber espió a los competidores y utilizó software secreto para engañar a los reguladores. Al final, una sucesión de escándalos por prácticas sexistas, acoso laboral y sexual, malas condiciones de trabajo de los conductores, batallas legales y otros problemas provocaron su dimisión en 2017.
Tras un verano sin nadie al volante, la empresa fichó a Khosrowshahi, el jefe de Xpedia. El nuevo conductor puso rumbo a la Bolsa, donde Uber se estrenó en mayo de 2019 con una caída del 7,6% en la primera sesión. Las dudas se mantuvieron durante meses. Cuando empezaba a ganarse el favor del mercado, llegó la pandemia. Las acciones cayeron en marzo de 2020 a la mitad de los 45 dólares con que se colocaron.
La pandemia lo cambió todo. La movilidad se redujo en picado, pero la empresa se refugió en el servicio de reparto, Uber Eats, que despegó con una enorme fuerza. Al tiempo, acometió despidos y recortó otros costes. También aparcó los ambiciosos (y ruinosos) planes de desarrollar sus taxis autónomos. Paradójicamente, esa crisis ayudó a que Uber se pusiese en forma, diversificase su negocio y apostase de lleno por el modelo de plataforma multiservicio.
“La estrategia es sencilla: crear los mejores productos de su clase y amplificarlos con la potencia de la plataforma”, explicaba Khosrowshahi esta semana. “A medida que hemos ido creciendo, ese poder se ha hecho aún más evidente. Ahora, nuestra plataforma nos da una ventaja simple, pero significativa. Podemos captar clientes a un coste inferior y, al mismo tiempo, generar un mayor valor de por vida que nuestros competidores”, añadía.
La idea es que el cliente que un día coge un taxi de Uber, otro día pide comida. Y cuando pide comida en un restaurante, Uber le puede ofrecer también llevarle una bebida o un postre comprado del supermercado, o medicinas de la farmacia... Con Uber Direct distribuye compras de todo tipo y con Uber Connect es también una empresa de paquetería entre particulares. A eso se añaden ofertas publicitarias a medida, otro negocio en auge. “Cuantos más productos y servicios añadamos a la plataforma, más datos tendremos y más oportunidades se nos presentarán”, explica Khosrowshahi.
Uber, que ha anunciado un plan de recompra de acciones de 7.000 millones de dólares, vale más de 150.000 millones de dólares y cotiza en máximos. Espera en los próximos tres años un crecimiento anual de la facturación bruta del 15% al 20% y del ebitda, del 30% al 40% de media. “La pregunta de si Uber podría algún día ganar dinero, ya tiene respuesta”, sentencia Khosrowshahi.
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