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El parmesano se derrite frente a Donald Trump

Los productores italianos de lácteos temen que el nuevo presidente de Estados Unidos imponga aranceles que lastren sus exportaciones

Queso de la denominación de origen italiana Parmigiano Reggiano.
Queso de la denominación de origen italiana Parmigiano Reggiano.MARCO BERTORELLO (AFP / Getty Images)

Los productores italianos de lácteos y quesos tan reconocidos como el Parmigiano Reggiano o el Grana Padano temen el efecto que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca pueda tener sobre sus productos. Recelan de una posible nueva ola de aranceles para las importaciones de alimentos a Estados Unidos, que es uno de los mercados que más ha crecido en los últimos años.

Durante su primera presidencia, Trump introdujo aranceles sobre muchos bienes producidos en la Unión Europea, entre ellos el queso, que fueron un mazazo para muchos productores de elaboraciones como el parmesano y el pecorino, embutidos como el prosciutto, o mariscos, cítricos, zumos y licores. En Estados Unidos, el precio de los quesos italianos aumentó hasta el punto de desanimar a los importadores, y el negocio se redujo drásticamente. En 2020, las exportaciones de quesos italianos a Estados Unidos perdieron más de 6.000 toneladas, por valor de más de 65 millones de euros. Teniendo en cuenta que la facturación italiana en el sector ronda los 440 millones de euros, la caída fue de más del 20%.

El relevo de Joe Biden y la tregua en la guerra comercial con la Unión Europea en 2021 trajo consigo la suspensión de estos impuestos, lo que mejoró la situación y los productores italianos del sector agroalimentario lograron recuperar el mercado estadounidense tras años difíciles. Pero ahora eso puede peligrar, con la nueva presidencia de Trump, que tomará posesión a finales de mes.

El director general del consorcio para la protección de Grana Padano, Stefano Berni, ha explicado que cualquier limitación al comercio —tanto china como estadounidense— es un hecho negativo que condiciona y dirige los mercados de forma artificial. En 2023, las exportaciones de Grana Padano alcanzaron un total de 2.482.891 ruedas de queso, lo que supone un aumento del 6,55% respecto al año anterior: casi la mitad de la producción total se dirigió a mercados extranjeros. Estados Unidos es uno de los principales destinos de Grana Padano fuera de Europa.

El presidente del Consorcio del Parmigiano Reggiano, Nicola Bertinelli, con el apoyo de otros productores del sector, ha pedido una alianza de países europeos para evitar los aranceles y ha reclamado la protección de la Unión Europea para los productos alimentarios artesanales dentro de sus fronteras. También quiere que se establezca un sistema de etiquetados claro que permita diferenciar los originales de las imitaciones.

“Imponer aranceles a un producto como el nuestro sólo aumentaría el precio para los consumidores estadounidenses, sin proteger realmente a los productores locales. Es una opción que perjudica a todos”, ha protestado Bertinelli.

Animar a imitadores

En el sector alarma también que la caída del comercio de los quesos italianos en Estados Unidos pueda alentar el mercado de los imitadores, que tienen costes de producción muy inferiores, en detrimento de la calidad y la autenticidad, y que venden sus elaboraciones por mucho menos. Los productores han advertido de un posible efecto dominó en el sector, que contribuiría a crear un excedente de productos que quedarían sin vender.

Aunque en menor medida, inquieta también la posible introducción de aranceles por parte de China. En 2023, se exportaron más de 28.000 toneladas de parmesano, de las cuales sólo 35 se enviaron a China. En 2024, se estima que se exportaron al gigante asiático unas 45 toneladas, frente a unas exportaciones totales de unas 30.000 toneladas.

La gastronomía tiene un gran peso en la imagen y en la economía de Italia. Los italianos la consideran uno de los tesoros más preciados de su cultura y han sabido explotar las reglas de la mercadotecnia para hacer que sus recetas sean famosas en todo el mundo. La pasta, la pizza, el queso y el vino son algunos de los productos clave de la fuerte tradición culinaria del país transalpino. En 2023, la gastronomía del Bel Paese movió más de 240.000 millones de euros, un 5% más que el año anterior, según el último informe de Foodservice Market Monitor de la consultora Deloitte.

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