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Tentaciones

La 'it girl' de Murcia que conquistó a Rihanna

Muchos la conocieron por salir en un vídeo de la cantante, pero Sita Abellán también es musa de diseñadores como Jeremy Scott, DJ, actriz y toda una estrella de Instagram

Sita Abellán.
Sita Abellán.Chus Antón

Sita está dentro y fuera. Su cuerpo está en la habitación, pero la cabeza apoyada en la puerta del balcón fuma y apunta al exterior. Estamos en una planta muy alta de un hotel muy tocho en una habitación muy llena de ropa. Lleva una camiseta de Marilyn Manson, unos pantalones con cebras de colores —"es de mi madre, esto igual tiene treinta años. Le mola mucho la moda, a veces se pone mi ropa", dice—, un colgante de la marca de skate Thrasher y un imperdible enorme en la oreja izquierda. Va descalza. Ni gota de maquillaje. Tiene la cara menuda, graciosa, y no para en todo el rato.

Ese estar dentro y fuera ha sido su vida los últimos años. Vive con su chico (y representante) desde hace casi tres años en Milán pero tiene la cabeza en Murcia. Sigue viendo a sus amigos de la infancia pero conoce a todo Los Ángeles. Sita explota ese contraste. El látex y la huertica, las plataformas y la murciana plaza de Santo Domingo, Pharrell Williams y su querida yaya.

Sita Abellán (Murcia, 1993) estudió Publicidad, pero no ha tenido tiempo de ejercer —aunque se sabe vender como nadie, echad un ojo a su psicotrópica web, sitabellan.com—; empezó como modelo en su ciudad, luego en Madrid, llegaron los trabajos internacionales, la aparición en Bitch better have my money, de Rihanna (93 millones de visitas en YouTube), las pinchadas en festivales como el Hard Summer y residencias como la del muy exclusivo Provocateur, en Manhattan.

"Cuando empecé, mi familia estaba un poco asustada. Una foto sin nada arriba cuando aún eres menor… es heavy"

Sita es Clark Kent: cuando quiere pasar desapercibida solo debe vestir normal. "El caso es que ropa normal, como dices tú, ya no tengo. Antes con el pelo largo aún; ahora es imposible pasar desapercibida. Mira, tengo una abuela. ¡Pues mi abuela nunca me ha dicho nada! Bueno, una vez que fui a comer a su casa me dijo así, muy inocente: 'Tienes el pantalón roto ahí, dámelo que te lo coso', y me puso un parche [se ríe]. Cuando empecé, mi familia estaba un poco asustada. Una foto sin nada arriba cuando aún eres menor… es heavy". ¿Cómo, menor? "Claro, todo esto empezó cuando yo tenía 13 años y me hacía fotos con la ropa de mi madre y las subía al Fotolog. Isa [llama a su hermana, también en la habitación], ¿tú te acuerdas de que en Murcia me decían que yo era muy atrevida, que vaya fotos me hacía? Me decían, 'mira qué loca".

Chus Antón

¿Has tenido suerte? "He trabajado mucho. La gente a veces está esperando sentada en casa a que le venga la oportunidad, y la oportunidad no viene. Yo empecé cuando todo esto estaba muy parao. Suerte, entendida como que me lo han regalado, no es. Es algo muy bueno, por ponerte el ejemplo más claro, que Rihanna mire mi perfil de Instagram y le mole y me llame. Pero lo que yo había colgado ahí era decisión mía, y lo hice sin perseguir nada. O sea que cuando me dicen 'qué suerte', yo les pregunto: '¿Pero tú qué quieres hacer? ¡Hazlo!".

Ya que hablamos de las redes sociales —inevitable con alguien que tiene 217.000 followers en Instagram—, aprovecho para preguntarle cómo se lleva el follón de seguidores, comentarios, stalkers, patrocinios… "Yo no soy una modelo convencional. No mido dos metros, no llevo melenón; partiendo de ahí, he podido ganar más haciendo otras cosas —como pinchar— que de modelo. Muchos clientes van a tiro hecho, le preguntan a tu agencia cuántos seguidores tienes, tal. Hay tantas modelos que como no tengas un plus… ser un modelo y ya está ya no sirve. Yo necesitaba expresarme, y de ahí las fotos. No fue por nada más. Blogger no soy, no sé lo que soy [más risas]. Cuelgo lo que me da la gana. Soy muy fiel a mí misma, paso de marcas que no me pondría fuera. Me da igual el dinero, lo tengo clarísimo, ya he dicho que no muchas veces".

"Perseguidores por la calle, no tengo. Pesaos digitales, los que quieras. Recibo fotos…"

Hablemos de acosadores. "Perseguidores por la calle, no tengo. Pesaos digitales, los que quieras. Recibo fotos…". ¿Fotos de qué? Nos partimos de risa antes de que lo diga, porque la veo venir. "De hombres… de su pene". No puede seguir, nos reímos como adolescentes. "Otros me dicen: 'Vamos a quedar". ¿Eres muy de bloquear? "No bloqueo nunca. Que manden lo que quieran. Paso. No bloqueo ni a la gente que hace muy malos comentarios. Lo que sí hago, de tanto en tanto, es responder. La opinión de la gente no me fastidia. Se refieren a mi look, y eso es algo superficial. Mira, el otro día subí una foto en casa, estábamos moviendo muebles y arreglando cosas. Le digo a mi novio, 'hazme una foto'. Llevaba bañador blanco y unas botas New Rock. Va y me comenta uno: 'Cuánta coca se ha metido esta mujer para estar en casa con esas botas de snowboard'. Le dije: 'Cuánta te metes tú para confundir botas góticas con botas de snow". Es que hay mucho lerdo. "Me reí un montón. Ya no dijo nada más; se rayó, pobre". ¿Snapchat usas también? "No tanto. Es más para cuando estoy de viaje o en algún sitio, sí, pero Instagram me gusta más. Lo uso para hacer research, buscar artistas de mi edad y, cuando viajo, les conozco en persona. Les sigues hace dos años y estás con ellos cada día. El uso que le dan y lo que cuelgan me sirve para conocerles y saber si nos vamos a entender o no".

Chus Antón

No pasa dos meses sin ir a visitar a su familia a Murcia. No conduce. En las paredes de su habitación tenía a Valentino Rossi, las Spice Girls o Josh Harnett. Aunque es a ella a quien miran, no ha perdido el placer de mirar. "Mirar mola mucho. Yo también ficho, pienso 'ay, mira qué chulo eso que lleva". La habéis visto en el ínclito video viral de Loewe (sí, aquella campaña en la que it girls patrias se ponían los bolsos en la cabeza), en la foto robada de la expo de Richard Prince, con Jeremy Scott o en la pasarela de Maria Ke Fisherman. Casi no sale de noche. "No me gusta ya. Cada fin de semana, desde luego, no". ¿Qué has aprendido en estos años? "En Japón aprendí a ser extremadamente puntual. He aprendido que todo es posible, que todo puede ser. Que hay que ser bueno con todo el mundo. Yo nunca hubiera esperado todo lo que me ha pasado. Da igual de dónde vengas".

"Influencer no es una cosa que aprendas o te puedas autoproclamar. Te lo dan los demás, es un regalo"

Con las redes sociales es más evidente, pero siempre ha habido gente con gracia y gente sin gracia. "Vas por la calle y ves tías con un rollo… Y no es gastarte pasta, ¿eh? Esto no va de marcas". Lo curioso es que también hay mucha gente sin ninguna gracia que tiene muchísimos seguidores. Eso sí es un auténtico misterio. Chafardeamos unos cuantos perfiles. Bicheo un poco con su hermana, pero Sita es muy respetuosa. "Lo único que te puedo decir es que es interesante saber quién te sigue. De dónde son, qué hacen y qué criterio tienen. Influencer no es una cosa que aprendas o te puedas autoproclamar. Te lo dan los demás, es un regalo. Llegas a ello por tu forma de ser. Forzarlo es empezar la casa por la ventana".

Me despido sin pasar el peaje de lo que siempre le preguntan, aunque haya hecho muchas más cosas. Sí, su amistad con Rihanna. "Fue el empujonazo, desde luego. Te lo agradezco, eres la primera persona que no saca el tema". A la cantante le tiene devoción y admiración, pero no le gusta compartir momentos personales, usarla como arma ni presumir de ella. La protege, como imagino debe proteger a sus amigas de siempre del barrio.

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