
Viaje a los edificios más inteligentes del mundo en 25 imágenes
El arquitecto Derik Eckhardt viajó por todo el mundo para conocer algunos de los edificios más avanzados del mundo

Datos, nuevos materiales, investigación... Una nueva generación de herramientas está cambiando la forma de construir, enfocada cada vez más a crear estructuras sostenibles, más capaces de aprovechar el entorno y de adaptarse a él. En Seattle (Estados Unidos), el Instituto Americano de Arquitectura eligió a Derik Eckhardt como ganador de su beca de viaje para profesionales emergentes de 2016, y él escogió para su proyecto los diez edificios más inteligentes del mundo, como The Edge (en la imagen), en Ámsterdam, considerado el primero de esa lista.
Dirk Verwoerd (Courtesy of PLP Architecture)
El arquitecto viajó a Abu Dhabi, Ámsterdam, Boston, Copenhague, Dubai, Londres, Portland y Stuttgart para investigar seis edificios y cuatro centros de investigación que cubren una amplia gama de tecnologías y en los que ahora ahonda una exposición, Los edificios más inteligentes. En la intersección de la arquitectura y el diseño.
La elección tuvo que ver con la tecnología que encierran, pero también porque fueron diseñados con una intención: "Convertida en éxito cuando edificio y tecnología forman un todo. Además son parte de nuestras ciudades, aportan riqueza a nuestras vidas, y no son solo proyectos en una página".
Eckhardt, que trabaja para la firma de arquitectos The Miller Hull Partnership, eligió el Puerto de Portland, el edificio Leadenhall (Londres), The Crystal (Londres), el Siemens Middle East HQ (Abu Dhabi), las Torres Al Bahar (Abu Dhabi), el Instituto de Tecnología de Massachusetts (Boston), el GXN (como parte del 3XN, en Copenhague), el Centro para la Información, la Tecnología y la Arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes (Copenhague), el Instituto de Diseño Computacional y Construcción de la Universidad de Stuttgart y el edificio The Edge (Ámsterdam), en la imagen, diseñado por Ron Bakker, uno de los fundadores de PLP Architecture.
Dirk Verwoerd (Courtesy of PLP Architecture)
La actividad de The Edge, terminado en 2015 y considerado el más inteligente y el más ecológico del mundo, es monitorizada a tiempo completo, después analizada, y en función de ello, se organiza la actividad que se da entre sus paredes.
El atrio (el pulmón del edificio) está cubierto de placas solares que producen más energía de la que consumen, 15 pisos orientados hacia el norte que permiten que la luz natural llegue a la mayoría de rincones, y aprovecha las zonas más pequeñas y orientadas hacia el sur para dar sombra y masa térmica. Además, The Edge almacena el agua de lluvia en cisternas para utilizarla en los inodoros y en el riego de plantas y jardines.
Derik Eckhardt

Los trabajadores, desde esa interfaz, regulan la temperatura, la altura de la silla o la iluminación, datos que la aplicación guarda para ir modificando el espacio por el que el empleado se va moviendo de acuerdo a sus preferencias.
Esas son solo algunas de las características por las que este gigante arquitectónico consiguió la mejor marca de la historia del BREEAM, el certificado de sostenibilidad líder en el mundo, un 98,4.
En esos detalles se adentra la exposición que estará hasta el próximo 15 de abril en el Centro para la Arquitectura y el Diseño de Seattle y que le recuerda a Eckhardt el periplo para conocer esos diez edificios: "A veces, cuando miro hacia atrás, hacia los lugares que he visitado y la gente que conocí, creo que algunos de estos proyectos fueron mal llamados "inteligentes". Creo que aspiraban a ser más que eso, son extemporáneos en su uso de las tecnologías digitales y son verdaderamente innovadores dentro de cualquiera de las muchas aristas que se superponen".
Raimond Wouda (Courtesy of PLP Architecture)
La fascinación de Eckhardt por los materiales, los avances tecnológicos en la producción, y un oficio entendido desde un espacio con sentido, derivó en un enfoque especial en el diseño, centrado en el potencial innato de la construcción y sus cualidades físicas.
En la imagen, el edificio londinense The Crystal, también considerado uno de los más inteligentes del mundo, construido por iniciativa de Siemens como sede de su centro dedicado al estudio y la creación de ciudades sostenibles.
The Crystal


La beca del Instituto Americano de Arquitectura fue una oportunidad para investigar: "Y luego fue más que eso, pude compartir mi interés con arquitectos y diseñadores. La idea de integrar tecnologías digitales emergentes, no sólo en los edificios sino en nuestra rutina, es fascinante. Y pude explorar cómo en todo el mundo se están utilizando nuevas herramientas digitales en la arquitectura".
En la imagen, un boceto de Sheppard Robson, el diseñador del edificio Siemens Middle East HQ en la ciudad de Masdar, en Abu Dhabi, finalizado en agosto de 2014.
Sheppard Robson (Siemens)
"Construir edificios más inteligentes es vital". apunta el arquitecto. "Crean eficiencias en el material y la energía, y en el tiempo para los usuarios". Por ejemplo, la sede central de Siemens en Masdar, la que pretende ser la primera gran ciudad sostenible y autosuficiente del mundo, ubicada en el desierto de Abu Dhabi y en construcción desde 2006 (espera abrir del todo sus puertas en 2020).
En medio del desierto, logra un 63% de ahorro de consumo de energía y un 52% de consumo de agua en comparación con un inmueble de oficinas estándar de Abu Dhabi.
Fue concebido como una caja dentro de una caja. La parte interior es una fachada completamente hermética, diseñada para reducir la conductividad térmica; y alrededor, un revestimiento de aluminio ligero que minimiza el sol mientras maximiza la luz y unas aletas, también de aluminio, que se mueven para adaptarse como mejor les conviene según la orientación solar.
Hufton + Crow (Siemens)
Este edificio, la sede de Siemens en Abu Dhabi, es uno de esos ejemplos que Eckhardt pone cuando habla no solo de la inteligencia que se usa en ellos, sino de cómo se aprovecha: "Un espacio verdaderamente inteligente percibe la tecnología como la mejor herramienta para llevar a cabo su función, no es solo qué se usa, sino cómo se usa".
Aquí, la flexibilidad y la forma de sus placas permiten una eficiencia de más del 90%, y su sistema estructural redujo el material que se usó en la construcción alrededor de un 60% (y permite, además, una remodelación futura del edificio sin grandes obras).
Paul McMullen (Siemens)
La nueva sede de los empleados del Puerto de Portland (Oregon, EE UU), en la imagen, se abrió en mayo de 2010 tras ser rediseñada por ZGF Architects, tanto en la parte de oficinas como en el garaje, para ser sostenible.
La iluminación de esta construcción también elegida por Eckhardt, nace de fuentes de energía eficientes, los materiales que se usaron fueron reciclados y pueden volver a serlo, tiene sistemas de calefacción y enfriamiento a través de una fuente terrestre conectada a través de un circuito cerrado a 300 pies bajo la superficie y puso en marcha un sistema para el reciclaje de aguas residuales y su uso en los baños y las torres de refrigeración.
Derik Eckhardt
Para el arquitecto, una de las grandes herramientas que van a llegar a corto plazo serán los datos: "Ya tenemos una gran cantidad generados por nuestros edificios, pero el éxito será el aprovechamiento de esas cifras hasta el punto en el que se conviertan en una herramienta útil, esa es la clave. Espero ver más empresas que manejen el análisis de esos datos y procesen la información de manera más significativa para los arquitectos y diseñadores".
Por el momento, la mayoría de edificios, como el Leadenhall de Londres (en la imagen), se enfocan a la sostenibilidad y la inteligencia factible hoy en día. Al Leadenhall lo recubre una triple capa de vidrio con persianas internas cuyos movimientos responden a la temperatura y la dirección del sol, y en su interior alberga 293 medidores de energía, un sistema de agua de bajo caudal, ascensores inteligentes y una ventilación cada siete pisos para que el aire circule libremente.
La sostenibilidad es una de las características más frecuentes en la selección de Eckhardt: "Hay un claro avance en la medición de la eficiencia. Los datos se pueden recoger automáticamente y en tiempo real a través de tecnologías alojadas en la nube, que registran con precisión el uso de energía, el uso del agua, el carbono gastado, el carbono embebido, el carbón utilizado durante la construcción y los residuos creados durante la construcción. Los edificios más inteligentes no se refieren sólo a la eficiencia energética".
Derik Eckhardt
"Muchos de los proyectos de la exposición son los primeros de su tipo en un aspecto u otro. Por ejemplo, las Torres Al Bahar (en la imagen) implementaron una fachada controlada por ordenador a una escala sin precedentes. Responde a la trayectoria de los rayos del sol abriéndose y cerrándose para mitigar la luz y el calor ásperos del desierto. Más allá de los desafíos técnicos, la fachada es una representación moderna de un mashrabiya (celosía) tradicional. Creo que este tipo de interpretación es bastante inventiva", explica Eckhardt.
Derik Eckhardt
Intrigante es el nombre que el arquitecto da a algunos diseños, como el de las Torres Al Bahar (en la imagen, parte de la celosía), después de viajar para conocer los lugares seleccionados durante el otoño del pasado año. "Me reuní con arquitectos e ingenieros de cada edificio antes de visitar el proyecto, algo que me hizo adentrarme en la complejidad de muchos de ellos. Y en cuanto a las universidades y los grupos de investigación, los visité para ver qué se está haciendo en este campo, cómo es el impacto de las tecnologías en nuestro entorno construido. Hay una serie de investigadores empujando los límites de la tecnología".
Derik Eckhardt


Algunos de esos edificios que el MIT ha creado en los últimos años son el Complejo de las Ciencias Cognitivas y del Cerebro (el centro de investigación en esta disciplina más grande del mundo) o el Stata Center, de Frank Gehry, construido en 2004.
También el edificio Sloan (en la imagen), que se inauguró en 2010 y tiene uno de los niveles más altos en certificados sostenibles (el Oro del LEED): utiliza un 45% menos de energía que un edificio similar.
Está cubierto por ventanas que cambian de posición según el sol, zonas de techo verde, iluminación de bajo consumo, sistemas de ventilación bajo demanda, sensores de ocupación, y calefacción y sistema de refrigeración a partir de corrientes de agua, entre otras medidas.
MIT


Otro de los centros que Eckhardt escogió fue el Instituto de Diseño y Construcción Computacional de la Universidad de Stuttgart. "En el ICD me mostraron su laboratorio de robótica (en la imagen) y me explicaron cómo piensan usar robots junto con drones para generar estructuras".
Esas nuevas formas de construcción son otro de los rasgos propios de estos edificios: "Los métodos de fabricación y producción se han vuelto tan avanzados que la prueba-error de un diseñador se puede realizar ahora con mayor velocidad, eficiencia y precisión. A medida que las tecnologías maduran, estas herramientas se vuelven más accesibles y fáciles de implementar".
Eckhardt también habla de los cambios en el diseño y de sus nuevas herramientas, desarrollos paramétricos que aportan eficiencia al proceso. "Las redes alojadas en la nube permiten mayor colaboración y las nuevas realidades virtuales y aumentadas cambian nuestras percepciones del espacio mientras que permiten un proceso de diseño completo e inmersivo".
El ICD, entre otros, investiga procesos de construcción biomimética, edificaciones parecidas a elementos vivos. En 2016 completaron el desarrollo del Pabellón de Investigación 2015-16 (junto al ITKE, el Instituto de Estructuras de la Edificación y Diseño Estructural de la misma universidad), el primero en coser finas capas de madera contrachapada basándose en la morfología de un erizo de arena.
Derik Eckhardt
Las interfaz de usuario son otra de las grandes características que da Eckhardt de los avances en la arquitectura actual: "Las nuevas tecnologías de la información nos permiten usar los edificios de maneras nuevas, ahorrando tiempo y optimizando la producción de trabajo. Este es un nuevo paradigma en el que los edificios pueden adaptarse para permitir el un mejor y más eficiente uso para sus habitantes".
En la imagen, el Centro de Información, Tecnología y Arquitectura de la Real Academia Danesa de Bellas Artes (CITA), otro de los lujares elegidos por el arquitecto.
Susan Gregers
De ese edificio de paredes de piedra y aparente tranquilidad rural en Stuttgart, surgió CITA, un lugar de investigación e innovación que se adentra en las intersecciones entre la arquitectura y la digitalización, ahondando en cómo la formación actual de una cultura digital afecta al pensamiento arquitectónico y, obviamente, a su puesta en práctica; creando también un entorno de trabajo colaborativo con otras disciplinas como la computación gráfica, la robótica, la inteligencia artificial...
En la imagen, un boceto de uno de los proyectos nacidos allí, el de Johan Steenberg, el desarrollo de una simbiosis entre procesos naturales y el espacio público diseñado para convertirse en una terminal de autobuses públicos y con un conservatorio de biodiversidad en Manaus (Brasil).
Johan Steenberg
Uno de los objetivos de Eckhardt fue definir edificio inteligente. "Parecía haber varias interpretaciones, y se convirtió en un desafío. En gran parte porque todos los lugares abarcan una amplia gama de tecnologías, sin embargo, había una serie de patrones y temas que aparecían, se superponían, se entrelazaban...".
En la imagen, el GXN, un centro de investigación en Copenhague que forma parte de 3XN (una firma danesa nacida en 1986) y que también se encuentra entre la selección del arquitecto. "La investigación de este grupo contribuye al futuro de nuestro entorno construido y permite, al menos en cierta medida, una libertad de pensamiento que puede no ser posible cuando es comisionado por un cliente". La libertad para imaginar, buscar, investigar. La libertad para crear.
3XN