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Los soldados que rastrean los contagios El Regimiento de Transmisiones 21, acuartelado en la población valenciana de Marines, se dedica a llamar a aquellas personas que han entrado en contacto directo con un positivo de coronavirus El Regimiento de Transmisiones 21, acuartelado en la población valenciana de Marines, ha cumplido misiones en los desiertos de Afganistán e Irak y en las montañas de Kosovo. Ahora, no deja de establecer transmisiones y comunicaciones pero sus interlocutores son muy diferentes: ancianos solitarios, madres temerosas, jóvenes que les hierve la sangre, todas aquellas personas que han sido contactos directos de un caso positivo de coronavirus. MÒNICA TORRES Durante este tiempo, en la base, los soldados que se ocupan de rastrear han cambiado los fusiles por portátiles y teléfonos para ayudar en una misión de apoyo a Salud Pública: rastrear brotes y aislar contagiados en casa para aliviar la presión en hospitales y centros de salud MÒNICA TORRES Hasta 150 soldados de la antigua Brigada Telegráfica, que en 2022 cumplirá 150 años, y de otros regimientos como el de Artillería se han incorporado a las tareas de rastreo para evitar la propagación de la pandemia bajo las órdenes del departamento de Salud Pública de la Generalitat valenciana. En total, el contingente ofrecido por el ejército a las autonomías se eleva a 2.000 efectivos. MÒNICA TORRES Una gran pizarra, dividida en cuadrantes que corresponden a las 10 mesas de los soldados que hacen dos turnos al día, con números de SIP (tarjeta sanitaria individual) anotados y signos de diverso tipo domina la sala. MÒNICA TORRES El trabajo está totalmente organizado y distribuido. Continuamente se realizan supervisiones con el fin de realizar un buen trabajo conjunto. MÒNICA TORRES El rastreador tiene la misión de recoger información sobre los movimientos realizados en los últimos días por una persona que ha sido diagnosticada con covid-19: por dónde se ha movido, con quién ha estado y quiénes son sus contactos más estrechos. La finalidad es evitar que el virus siga infectando a más gente.
“La gente cumple y colabora. Llamamos, le comunicamos que es contacto directo de un positivo por si no lo sabe, le preguntamos cómo está, si presenta síntomas, y le pedimos todos los datos: el número de SIP, si se ha hecho PCR… Lo notamos todo en una aplicación de la Consejerías de Sanidad. También a veces nos cuentan su vida, sus problemas, nos hablan de otras cosas. Hay gente que está aislada, no sale de casa y no habla con nadie y tienes que hacer un poco de psicólogo” MÒNICA TORRES La misión es cortar la cadena de contagio, buscar a los contactos y tranquilizar al enfermo. Es una de las situaciones más tensas: cuando el positivo se pone nervioso porque tiene que quedarse en casa guardando una cuarentena o porque no sabe si ha contagiado a sus hijos, sus padres o familiares. MÒNICA TORRES Una vez se disponen de los datos se procede a la distribución de las localizaciones. Se han tenido en cuenta los aspectos relacionados con la protección de datos y principios de la comunicación para conseguir un intercambio de información eficaz. MÒNICA TORRES Una vez dispone de toda la información se efectúa una llamada telefónica a cada una de las personas para comunicarles que han estado en contacto estrecho con un positivo en coronavirus. Los datos que recopilan los rastreadores quedan anotados en una aplicación de la Consejería de Sanidad. MÒNICA TORRES Algunas veces no se consigue contactar a la primera, es entonces cuando el reemplazo tendrá que insistir. MÒNICA TORRES El día es muy intenso, se requiere una gran paciencia y saber escuchar, reconducir las conversaciones..., por eso los rastreadores han de hacer recesos, paradas para refrescar la mente y poder estar al 100%. MÒNICA TORRES Se ha primado en la selección de la tropa contar con conocimientos de psicología, capacidad verbal y de empatía, don de gentes, un carácter sereno y “si se tienen conocimientos médicos, mejor”. MÒNICA TORRES Todos ellos recibieron un curso de aprendizaje basado en el que imparte la universidad estadounidense Johns Hopkins, referente en el recuento de la pandemia en el mundo. Los rastreadores han estudiado la enfermedad tanto desde la perspectiva científica como sociológica, cuadros clínicos, períodos de incubación e infectiva factores de riesgo, medidas de prevención, transmisión y procedimiento para el rastreo de contactos y principios de actuación, entre otros aspectos. MÒNICA TORRES En la formación les han explicado desde lo más básico, qué es la covid, los síntomas o los tipos de test, hasta cuestiones sobre cómo tratar la confidencialidad de los datos. Una de las claves del trabajo de estos rastreadores pasa por conseguir que el contacto, en caso de ser positivo, colabore con él. Han de empatizar con él, tranquilizarle y explicarle los pasos que debería seguir. Es casi una labor psicológica. MÒNICA TORRES Los militares trabajan en una nueva sala que se empleará para el rastreo. MÒNICA TORRES La intención es contactar a diario con el mayor número de personas. Las llamadas no puede ser muy cortas ni tampoco excesivamente largas y que acaben saturando a la persona. También han de ser concretas. Los rastreadores han de estar muy concentrados durante las tareas. MÒNICA TORRES "Nosotros ni sancionamos, ni multamos”, recuerda el teniente coronel Manuel Pino, encargado de la misión de los rastreadores en Valencia. MÒNICA TORRES El contingente valenciano estuvo trabajando hasta el 25 de septiembre codo con codo con sus compañeros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y luego estos se marcharon a otros territorios. La gran proyección mediática que ha adquirido la UME con el tiempo no parece molestar a los integrantes de la 21. “Son compañeros y cada uno cumplimos con nuestra misión”, apunta sonriendo el brigada Francisco Mendoza, rastreador y coordinador de los trabajos. MÒNICA TORRES