_
_
_
_

Por qué hay que tener en cuenta Eslovaquia como destino

La gran renovación de Bratislava, rutas de senderismo por los Montes Tatras, castillos que son patrimonio de la Unesco o la región vinícola de Tokay son algunos de los motivos para visitar el país centroeuropeo

Bratislava Eslovaquia
Vista aérea de Bratislava, capital de Eslovaquia.ShaoChen Yang (Getty Images)

Hasta hace unos años eran pocos quienes habían escuchado hablar de los Montes Tatras. Hoy son un destino para aficionados al senderismo de todo el mundo: con 25 picos de más de 2.500 metros, son las cumbres más altas de la cordillera de los Cárpatos. Además, son un paraíso todavía poco visitado y perfecto para combinar el deporte moderado, buenas vistas y unas cervezas para hacer un alto. Pero, sobre todo, son el gran reclamo turístico de Eslovaquia, un país por descubrir en el mismísimo corazón de Europa Central.

Con unos vecinos tan famosos como Austria o la República Checa, este pequeño país pasa desapercibido. Eslovaquia no tiene salida al mar, pero compensa con conexiones ferroviarias con toda Europa y frontera con cinco países. Y resulta toda una sorpresa descubrir sus monumentos históricos renovados, su apuesta por el ecoturismo, sus impresionantes cuevas y el renacimiento de su zona más oriental. Además, ofrece unas montañas magníficas, una naturaleza bien protegida y una mezcla arquitectónica interesante en sus ciudades, que va del estilo brutalista heredado de los soviéticos a castillos góticos de cuento o elegantes edificios de corte centroeuropeo.

Como paradas imprescindibles en una visita al país, destacan el espléndido casco antiguo de su capital, Bratislava; las rutas de senderismo del Alto Tatra que serpentean por paisajes de ensueño, con lagos entre picos de 2.000 metros; y, casi en otra dimensión, la zona oriental salpicada de iglesias y con Košice como encantadora capital. También, en torno a ella, la región vinícola, apenas poblada, de Tokay y su campiña.

Información en la guía Este de Europa de Lonely Planet y www.lonelyplanet.es

La gran renovación de Bratislava

En Bratislava se vive un aire inconfundiblemente centroeuropeo que remonta a la historia del gran imperio austrohúngaro. Se muestra, sobre todo, en su casco antiguo gótico y medieval, en sus palacios barrocos encargados por la nobleza húngara y en el castillo, reconstruido en el esplendor renacentista de la capital. Pero la ciudad también está salpicada por angulosos bloques de la época comunista y por un puente futurista que son el contrapunto a lo clásico.

El centro histórico de Bratislava, y, al fondo, la Puerta de Miguel.
El centro histórico de Bratislava, y, al fondo, la Puerta de Miguel.Alamy Stock Photo

Además, en los últimos años se han añadido una serie de excéntricas estatuas, boutiques y cafés de moda, muy solicitados por visitantes que llegan a pasar el día desde Viena (Austria). Muchos llegan solo para disfrutar de los cafés y la animada vida nocturna de Bratislava, que incluye cervecerías y escondidos locales nocturnos. Sin embargo, pese a la modernización, la ciudad sigue teniendo la naturaleza a sus puertas. Además de estar a orillas del Danubio, tiene a pocos kilómetros la frontera austríaca y los Pequeños Cárpatos se extienden hacia el norte, con sus tierras bajas cubiertas de viñedos.

De cara a 2025, se han terminado de renovar varios de sus edificios más emblemáticos. Entre otros, la Galería Nacional de Eslovaquia o el puente Dedeček, una controvertida reliquia de la década de 1970 que ahora es un elegante espacio contemporáneo lleno de luz. En el casco antiguo, se ha restaurado la Puerta de Miguel, la única de las cuatro puertas medievales que se conserva. Y en la antaño destartalada Námestie Slobody (plaza de la libertad, en español) su fuente se ha convertido en un popular lugar de encuentro. También hay novedades arquitectónicas, como la próxima ampliación del proyecto residencial Sky Park de Zaha Hadid y la torre de observación Devínska Kobyla. Esta última, situada a 11 kilómetros al noroeste de la ciudad, es un mirador que se eleva 20 metros y que permite contemplar los campos y bosques de Eslovaquia, además de las vecinas Austria y la República Checa.

Pero los cuatro hitos turísticos de la ciudad siguen siendo los mismos de siempre: el castillo, la plaza Mayor, la iglesia Azul y la catedral. El primero está rodeado por unos cuidados jardines barrocos y parece sacado de un cuento. La Hlavné Námestie (plaza Mayor) es el centro de la historia y de la sofisticada cultura de café de Bratislava, al estar rodeada por el Ayuntamiento, edificios góticos y el antiguo palacio neobarroco, el Palugyayov Palác. La iglesia de Santa Isabel, conocida popularmente como la iglesia Azul, es una maravilla modernista desde sus ondulantes arcos y tejas cerámicas hasta la punta del campanario. Y, por último, la preciosa catedral gótica, que ha acogido 19 coronaciones reales.

La iglesia de Santa Isabel de Bratislava, conocida popularmente como la iglesia Azul.
La iglesia de Santa Isabel de Bratislava, conocida popularmente como la iglesia Azul.Alamy Stock Photo

Castillos y pueblos con encanto

Los castillos son una de las señas de identidad de Eslovaquia y, en los alrededores de Bratislava, hay varios para visitar. Destaca el agrestre castillo de Devín, justo en la frontera con Austria, que es una de las excursiones de día más populares desde la capital. El lugar ofrece unas estupendas vistas todo el año y, en verano, juegos medievales y puestos de recuerdos.

El castillo de Devín, en Eslovaquia.
El castillo de Devín, en Eslovaquia.Alamy Stock Photo

El castillo más visitado del país es el de Bojnice, con sus torres y torrecillas almenadas de piedra rosada. A principios del siglo XX la familia Pálffy lo reconstruyó inspirándose en los franceses castillos del Loira, elevando al eslovaco a su esplendor neobarroco actual.

Visitantes recorriendo el castillo de Bojnice.
Visitantes recorriendo el castillo de Bojnice.Alamy Stock Photo

Y entre castillo y castillo, hay también pueblos con encanto, como de otro tiempo. Destacan las achaparradas casas de colores de Vlkolínec, que evocan la Europa medieval con un toque hobbit. Declarada patrimonio mundial de la Unesco en 1993, esta aldea de montaña, que se remonta al siglo XIV, conserva 45 construcciones tradicionales de troncos. Entre ellas, un campanario de madera del siglo XVIII, una capilla católica barroca y casitas pintadas de color melocotón y celeste.

La ldea medieal Vlkolínec, patrimonio mundial de la Unesco.
La ldea medieal Vlkolínec, patrimonio mundial de la Unesco.Alamy Stock Photo

Ecoturismo en los Montes Tatras

Eslovaquia ha ido ganando posiciones en la clasificación de destinos de ecoturismo y de viajes sostenibles. Buena parte se debe a sus nueve parques nacionales, con sus lagos, hayedos y prados de flores silvestres que cubren las laderas de los Cárpatos. La naturaleza dormita seis meses durante los cierres invernales de las rutas de senderismo en los Montes Tatra, la cordillera que separa Eslovaquia de Polonia, pero, durante la temporada de senderismo, se puede viajar en el ferrocarril eléctrico Tatra, que va desde la ciudad balneario de Štrbské Pleso, junto a un lago, hasta la localidad de montaña de Tatranská Lomnica.

Un espacio verde a visitar es la reserva natural del Vydrica, cubierta de bosques y arroyos. Y en la región norte de Pieniny existe el proyecto de crear una ruta turística ecológica que pasará por 12 manantiales de aguas minerales. Para los que prefieran las rutas vinícolas, en el sureste del país existe la opción de alojarse en las copas de los árboles en Malá Bara y visitar las bodegas del vino dulce Tokaj de la zona.

Dos senderistas recorriendo el Alto Tatra, o Vysoké Tatry (Eslovaquia).
Dos senderistas recorriendo el Alto Tatra, o Vysoké Tatry (Eslovaquia).Saro17 (Getty Images)

Pero la meta son siempre los Montes Tatras, majestuosos y coronando los Cárpatos centrales. Junto con el parque nacional polaco del mismo nombre, el eslovaco parque nacional de los Tatra está protegido como Reserva de la Biosfera de la Unesco desde 1993. Una de las puertas de entrada al Alto Tatra es Poprad, una excelente base para excursiones de senderismo o esquí. En este lugar muchos sitios donde caminar por lagos y gargantas o esquiar en localidades de deportes de invierno. Poprad tiene, además, sus propios atractivos, como el barrio de Spišská Sobota, con unos edificios renacentistas muy bien conservados y llenos de encanto, o la Galería de los Tatra, instalada en una antigua central térmica.

El Alto Tatra, o Vysoké Tatry, es la sierra más alta de los Cárpatos y, como tal, ocupa un lugar casi mítico en el corazón de los eslovacos. El inconfundible pico torcido del monte Kriváň (2.495 metros de altura) se ha convertido en un símbolo nacional en la cultura popular y la literatura —incluso algunos juran que su deber patriótico es escalarlo—. A pesar de que en los Montes Tatra hay 25 cimas de más de 2.500 metros, son los montes más altos, como el Gerlachovský štít (2.654 metros), los que atraen a más excursionistas. Y otra de las estampas más bellas del Alto Tatra es el lago glaciar de Štrbské Pleso, uno de los sitios más visitados del país.

El renacimiento cultural del este de Eslovaquia, la tierra de Andy Warhol

Casi en otra dimensión, el este de Eslovaquia ofrece muchas atracciones curiosas y un renacimiento cultural importante. En esta zona hay 18 lugares protegidos por la Unesco, desde el colosal castillo de Spiš hasta las minúsculas iglesias de madera del siglo XVIII, que quedan a menos de dos horas en coche de Košice, la segunda ciudad más oriental del país y en plena renovación.

Vista de la catedral de la ciudad eslovaca de Košice.
Vista de la catedral de la ciudad eslovaca de Košice.benedek (Getty Images)

Košice es una localidad animada, con un casco antiguo que es un tesoro de torres góticas, bastiones medievales y escultura barroca. Pero tiene también una boyante vida cultural: bares originales, circuitos soviéticos por la ciudad y restaurantes vegetarianos comparten la atención del visitante con monumentos tan impresionantes como la catedral gótica. La ciudad cuenta, además, con el Tabačka Kulturfabrik, un centro con bares, salas de conciertos, galerías y espacios de coworking. Y ahora, gracias al proyecto OMG (Open Mural Gallery), acoge 30 obras de arte callejero que la embellecen. Y a 110 kilómetros al noreste de Košice, en Medzilaborce, pueblo natal de los padres de Andy Warhol y donde está el Museo de Arte Moderno Andy Warhol, cerrado desde marzo de 2023 para una renovación completa.

Además de Košice hay otras ciudades y castillos que representan el este del país. Primero está Levoča, una antigua ciudad real, de ambiente medieval, con un casco antiguo protegido por la Unesco. La plaza principal, Majstra Pavla nám, es un tesoro arquitectónico con casonas burguesas con gabletes y un Ayuntamiento reconstruido.

En la zona oriental está el castillo Spiš, el más espectacular de Eslovaquia y que ha lanzado al estrellato turístico a la localidad de Spišské Podhradie. Antiguamente poblado por guerreros medievales y nobles renacentistas, el castillo, declarado patrimonio mundial de la Unesco también en 1993, es uno de los complejos más grandes de Centroeuropa.

Cascadas, cuevas, cañones y mucho hielo en el parque nacional Slovenský Raj

El gran parque nacional del país es Slovenský Raj. Conocido como el “paraíso Eslovaco”, aquí los senderistas se encaraman por escaleras sobre cascadas, van a monasterios en ruinas y tiritan en una cueva de hielo. Además, en los 328 kilómetros cuadrados de este dinámico territorio, hay heladas estalagmitas que se alzan del suelo, cuevas con colgantes zarcillos de escarcha, cañones y cascadas, se trepa, se gatea y se acaba empapado.

Un punto práctico de partida para caminatas y escaladas en roca es Čingov. Y, para finalizar la visita, cerca del borde sur del parque nacional destaca la cueva de hielo de Dobšinská, con un deslumbrante interior helado donde el hielo llega a tener 25 metros de espesor.

Visitantes en el interior de la cueva de hielo de Dobšinská.
Visitantes en el interior de la cueva de hielo de Dobšinská.Alamy Stock Photo

Para terminar, una copa en la tierra del vino

Y todavía nos quedaría por visitar, a una hora al sudeste de Košice por carretera, Tokay. Un lugar que, con el mismo nombre, se extiende al otro lado de la frontera con Hungría y que es la región vinícola más famosa de Eslovaquia. En los alrededores, en pueblos como Čerhov, Malá Tŕňa y Viničky, se producen grandes cantidades del vino de postre Tokay. Uno de los mejores sitios para degustar este dorado néctar es Tokaj Macik.


Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_