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Pedro Sánchez se volcará en las elecciones de Madrid porque cree que “hay partido” para la izquierda

El presidente del Gobierno cuestiona los datos de contagios de Madrid y Ayuso le acusa de tener doble moral

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda a unos niños durante su visita al Colegio Salesiano Don Bosco, en Luanda (Angola), este jueves.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda a unos niños durante su visita al Colegio Salesiano Don Bosco, en Luanda (Angola), este jueves.AMPE ROGERIO (EFE)
Carlos E. Cué

A su alrededor, los problemas se multiplican, sobre todo por las dudas con AstraZeneca. Pero Pedro Sánchez se muestra, en público y en privado, más tranquilo que nunca. En una conversación informal con periodistas a bordo del avión presidencial en medio de su primera gran gira africana, Sánchez ha desgranado los asuntos centrales de la actualidad y parece muy decidido: en cuanto regrese de la gira, que termina esta tarde en Dakar, está dispuesto a volcarse por completo en la campaña madrileña porque cree que “hay partido”, ya que los bloques están empatados. El presidente, con los datos que maneja, que parecen similares a los que publicó el CIS este lunes, confía en que haya una gran movilización de los madrileños a pesar de ser unas elecciones atípicas. Y no ve, como algunos, más movilizada a la derecha que a la izquierda, sino a los dos bloques con muchas ganas de votar. Algunos datos indican que la derecha tiene menos indecisión, admite, pero con un empujón final la izquierda puede dar la sorpresa.

Sánchez defiende su elección de Ángel Gabilondo como candidato y cree que su presencia con su perfil moderado ha centrado al bloque de izquierda y permite pensar que hay una posibilidad de que los electores de centro, huérfanos ahora que Ciudadanos está en horas bajas, puedan decidir la partida si apuestan en alguna medida por el PSOE. Con todo, Sánchez no descarta que finalmente Ciudadanos sí entre en la Asamblea, mientras ve al PP y a Vox en una carrera por ser los más extremistas en la derecha.

El ambiente preelectoral flota durante el viaje institucional de Sánchez. El presidente del Ejecutivo ha cuestionado en una conversación informal con periodistas los datos de contagios por coronavirus que comunica la Comunidad de Madrid y sus palabras no han tardado mucho en obtener una respuesta en Madrid. “Se piensa el ladrón que todos son de su condición”, ha respondido la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en una entrevista en Antena 3. Sánchez cree que hay que esperar a ver la evolución de la pandemia después de Semana Santa y pone en cuestión los datos de Madrid, porque no le acaba de cuadrar el nivel de contagios declarado con los ingresos hospitalarios que se registran. La sensación que traslada el presidente es que los datos en algunas comunidades, y especialmente en Madrid por su decisión de limitar mucho las restricciones, pueden empeorar en los próximos días. Ayuso ha acusado a Sánchez de tener “una doble moral” con Madrid y de “dudar solo de sus cifras”.

El presidente, un madrileño que hizo parte de su carrera en la política de esta comunidad y de la capital, recuerda que las cosas en esta región siempre se resuelven por muy pocos escaños ―uno en 2015 y cuatro en 2019― y por tanto él y su equipo se volcarán ―Iván Redondo y Francisco Salazar, que ya controlaron la campaña de Salvador Illa, están al frente de la de Gabilondo― para intentar algo que supondría un golpe definitivo para el PP: perder Madrid.

Aun así, Sánchez no cree que una victoria clara de la derecha en Madrid, con los populares recuperando en masa votos de Ciudadanos, pueda suponer el principio de la recomposición de la derecha y la posibilidad de que el PP se vuelva un rival con posibilidades reales de sacar al PSOE y Unidas Podemos de La Moncloa en las próximas elecciones generales, que en cualquier caso, según su visión, están muy lejanas.

Sánchez tiene muy clara su hoja de ruta. Primero, mantener el plan de vacunación. El presidente está muy encima y ofrece todo tipo de datos para convencer a los periodistas de que los problemas con AstraZeneca no alterarán en absoluto su plan. Van a llegar 78 millones de vacunas a España entre abril y septiembre, de varias compañías diferentes, explica, con lo que el compromiso de vacunar a 33 millones de personas, el 70% de la población, a finales de agosto, no solo se puede lograr sino que es “muy conservador”.

El otro elemento clave de esa hoja de ruta es levantar el estado de alarma el 9 de mayo. Eso implicará el fin del toque de queda, que ha limitado mucho la actividad de los ciudadanos, aunque no de las restricciones. Serán las comunidades las que fijen cuáles se mantendrán. Sánchez no descarta que haya que mantener la alarma si los datos se vuelven a complicar, y cree que habrá que esperar un poco para ver los efectos de la Semana Santa, pero con la aceleración del plan de vacunación ―este jueves se batió el récord de inyectados en un día― el presidente y su equipo apuestan por levantar la alarma y empezar poco a poco la reactivación económica.

Algunas autonomías del PP han mostrado dudas y piden prorrogar la alarma un tiempo, y Pablo Casado reclama una nueva legislación que permita mantener los toques de queda sin estado de alarma, pero Sánchez tiene otra visión: para él España y toda Europa, que van mucho más retrasadas en la vacunación que EE UU o el Reino Unido, están tomando velocidad de crucero y hay que prepararse ya para la recuperación.

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Ahí llega el otro eje de su hoja de ruta: el plan de recuperación que el Gobierno tiene listo para enviar definitivamente a Bruselas, después de una primera versión que ha sido corregida con las aportaciones de la Comisión Europea, se aprobará el martes y se presentará el miércoles en el Congreso, durante una comparecencia del presidente prevista para explicar el desarrollo del plan de vacunación y hablar del estado de alarma.

Y es precisamente este plan de largo alcance, y la necesidad de volcarse en la recuperación económica, además de la ejecución de los Presupuestos, lo que lleva a Sánchez a explicar que él no ve de ninguna manera el escenario de adelanto electoral que se maneja periódicamente en círculos políticos. El PNV, por ejemplo, siempre bien informado, maneja como escenario más probable unas elecciones en 2022, ya con el plan de recuperación encarrilado. Sánchez descarta por completo esa idea e insiste en que su hoja de ruta incluye agotar la legislatura en 2023 y terminarla con la presidencia española de la UE, que llega en el segundo semestre.

El presidente está convencido de que la coalición resistirá sin problemas estos meses y habla de forma muy positiva tanto de Yolanda Díaz, nueva vicepresidenta y líder de Unidas Podemos en el Gobierno, como de Pablo Iglesias. Asegura que con el líder de Podemos en Madrid han mantenido y mantienen una relación muy buena pese a algunas diferencias, y que haber pasado una pandemia juntos en el Gobierno les ha unido mucho. Sánchez insiste en que no tiene ningún sentido ir a elecciones cuando hay apoyo político, el Gobierno es estable, están aprobados los Presupuestos y aún hay que trabajar para lograr la recuperación económica. El horizonte que plantea el presidente, que por unos días ha salido de la batalla política española para concentrarse en una gira africana que le lleva a Angola y Senegal, es pues de estabilidad absoluta y de confianza total en la vacunación. Lo que está menos claro son las posibilidades de éxito de la izquierda en Madrid, pero él, que se volcará en la campaña, parece convencido de que pase lo que pase, eso no alterará la estabilidad del Gobierno y de la coalición, que según la visión de Sánchez tiene un largo periodo de vida por delante.

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