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La madeja infinita del tiroteo a Vidal-Quadras

A la reciente detención en Colombia de un presunto implicado en el atentado se suma la identificación de un nuevo sospechoso huido a Marruecos

Agentes de la Policía Nacional recogen indicios, el pasado 9 de noviembre, en la calle de Madrid donde fue tiroteado Vidal-Quadras.
Agentes de la Policía Nacional recogen indicios, el pasado 9 de noviembre, en la calle de Madrid donde fue tiroteado Vidal-Quadras.Borja Sánchez-Trillo (EFE)
Óscar López-Fonseca

Más sospechosos, nuevas conexiones en el extranjero y numerosos interrogantes aún en la investigación del intento de asesinato en Madrid, el 9 de noviembre, del expresidente del PP en Cataluña y cofundador de Vox Alejo Vidal-Quadras. A la detención el martes en Colombia del ciudadano venezolano Greg Oliver Higuera Marcano por su presunta implicación en los preparativos del atentado, se suma ahora la identificación de un supuesto nuevo integrante de la trama, el marroquí Sami Bekal Bounouare, alias Pacho, actualmente en paradero desconocido, como ha adelantado El Confidencial y ha confirmado EL PAÍS en fuentes cercanas a las pesquisas. La investigación señala ya al menos a seis personas ―cuatro de ellos detenidos―, pero sigue sin despejar el principal interrogante: quién y por qué ordenó matar al político español. La llamada pista iraní ―que la propia víctima abrió al acusar el régimen de Teherán de “tramar y ejecutar” el ataque― no es sin embargo la única hipótesis que maneja la policía para desentrañar una extraña maraña que salta a tres continentes y en la que ya hay una exmodelo, un albañil en paro, un converso musulmán que trabajaba asesorando a víctimas de fraudes financieros, un sicario buscado por asesinato en Francia, un delincuente con antecedentes a los dos lados del océano Atlántico y, ahora, el último identificado.

Fuentes policiales aún no atribuyen a Bekal Bounouare un papel concreto en el complot para cometer el atentado que causó graves heridas al político, aunque sí descartan que él fuese el instigador último del atentado o el organizador. Las pesquisas han revelado que este marroquí, que supuestamente abandonó España el día antes del intento de asesinato rumbo a su país, cruzó mensajes a través de una aplicación de mensajería instantánea antes y después del atentado con otro de los implicados, el español Naraya Gómez Mala, un joven converso al islam que fue detenido el 21 de noviembre en Lanjarón (Granada).

Gómez Mala es considerado por la policía una de las piezas claves de la presunta trama. Criado en una comuna hippy y trabajador desde septiembre de 2021 de una pequeña firma especializada en la “asistencia a perjudicados en fraudes y malas prácticas del sector financiero” que tiene en jubilados británicos residentes en España a sus principales clientes, Gómez Mala estuvo en lugares claves para la preparación del atentado en jornadas previos al mismo e, incluso, el mismo día que se cometió. Las cámaras de videovigilancia de los locales comerciales cercanos al domicilio de Vidal-Quadras, donde este fue tiroteado, lo grabaron en varias ocasiones. Además, los radares de la Dirección General de Tráfico detectaron un vehículo alquilado que se localizó cerca de su domicilio sobrepasando ampliamente los límites máximos de velocidad en un trayecto entre Madrid y Andalucía el día del atentado.

El mismo día que la Policía Nacional detuvo a Gómez Mala, arrestó a otras dos personas. Una era su pareja sentimental, Sasha B., una joven de nacionalidad británica que trabajaba en la misma empresa que este y que en su currículo profesional destacaba que había sido modelo. La policía aún no tiene claro el grado de implicación de esta mujer y si llegó a conocer las actividades de su compañero. Tras declarar ante el juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge, Sasha B. quedó en libertad provisional. La segunda persona fue Adrián R. B., un parado de Mijas (Málaga) dedicado a hacer pequeñas obras, al que la policía detuvo por su relación con la motocicleta de gran cilindrada utilizada para huir del lugar del atentado por el sicario que lo perpetró.

Este veinteañero reconoció que él fue el encargado de compra y poner a su nombre aquella motocicleta a pesar de que no tenía carné para conducir este tipo de vehículos. A cambio, la trama le entregó el importe del mismo y una gratificación de 500 euros por hacer la gestión. Esta moto fue encontrado poco después del intento de asesinato calcinada en un descampado de Fuenlabrada, una localidad al suroeste de Madrid. El hallazgo entre los restos del VIN (número de identificación del vehículo, en sus siglas en inglés) permitió a los investigadores llegar hasta el joven malagueño.

Adrián R. B. ―que también quedó en libertad provisional tras declarar en la Audiencia Nacional― implicó en su testimonio a Greg Oliver Higuera, alias Maquia, el ciudadano venezolano detenido en la frontera de su país con Colombia el pasado martes. Higuera, que con anterioridad ya había estado encarcelado tanto en su país y como en Italia por diferentes delitos, tuvo presuntamente un doble papel en el atentado contra el exdirigente del PP y Vox. Por un lado, fue la persona que convenció al parado malagueño para que adquiriera la moto y le dio el dinero. Por otro, se sospecha que fue también quien propuso al sexto identificado en la trama, el francés de origen tunecino Mehrez Ayari, de 37 años, que cometiera el atentado. Higuera y este último habían coincidido en una prisión de Italia, según la investigación.

Ayari es, junto al marroquí Bekal Bounouare, uno de los presuntos integrantes de la trama identificados que aún no ha sido detenido. Buscado por las autoridades de París por su supuesta relación con un asesinato en Francia, el presuntos sicario perpetró el atentado con la cabeza cubierta con un casco de moto para no ser identificado. Sin embargo, las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona han revelado su rostro, ya que no tomó esa misma precaución los días anteriores, cuando supuestamente fue a reconocer la zona cercana al domicilio del político. La investigación reveló que, tras disparar, Ayari huyó del lugar en la moto e intentó destruirla en un descampado de Fuenlabrada. Luego, se desplazó a un hotel del mismo municipio situado a kilómetro y medio, donde había pernoctado la noche anterior, según han comprobado los investigadores. La Policía cree que el franco-tunecino se trasladó a España solo para cometer el crimen y que muy posiblemente saliera poco después.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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