Tanatorios de Bizkaia contratan un falso cura para oficiar despedidas religiosas

Acude a la llamada de varios tanatorios de Bizkaia y se presenta como un “sacerdote franciscano”. En las salas de velatorio o en las capillas de las instalaciones funerarias, oficia despedidas a difuntos, sobre todo, exequias y responsos. Incluso llega a ofrecer consejos espirituales a los familiares para afrontar el duelo. Todo sin pertenecer a la orden de los franciscanos, ni siquiera ser un sacerdote.

Esta situación se prolonga, por lo menos, desde 2020 en varios tanatorios de Bilbao y otros municipios vizcaínos, como Portugalete (45.000 habitantes) y Leioa (32.000 vecinos), tal y como avanza la Cadena SER. Incluso el falso sacerdote viste como tal en estas celebraciones religiosas, con el alba y una estola recta, en este caso, ornamento reservado exclusivamente para curas durante la liturgia cristiana.

Roberto (nombre ficticio), el falso sacerdote, ha evitado hacer declaraciones públicas, pero sí ha insistido en que es un sacerdote de esta comunidad fundada por San Francisco de Asís. Un supuesto hecho que contrasta con el desmentido de la propia congregación religiosa presente en Bilbao: niega la existencia de “un hermano vivo” con su nombre real en toda la provincia eclesial, que engloba a Bizkaia, Gipuzkoa, Álava, Cantabria y Burgos.

Uno de los tanatorios implicados admite haber trabajado con Roberto “desde hace tiempo”. Un trabajador desvela a Radio Bilbao que su funeraria no pide acreditaciones para seleccionar a quienes dinamizan cualquier tipo de despedida, tanto civiles, como religiosas. Su testimonio argumenta por teléfono que se ve en esta situación porque los curas ofrecidos por la Diócesis de Bilbao “no son suficientes” para atender la demanda existente o porque rechazan oficiar fuera de sus iglesias.

Un extremo que coincide con lo que sostienen varias fuentes del Obispado. Normalmente, un cura no suele acudir a oficiar despedidas a los tanatorios. “Ellos están más centrados en las parroquias y los quehaceres diarios, entre ellos, los funerales, donde sí se recibe la Sagrada Comunión”, aseguran. Por ello, estas tareas, en las que no se consagra la forma, suelen recaer en diáconos y laicos enviados por las vicarías. En el caso de las primeras figuras eclesiales, cuentan con “una representación idéntica a la de un cura”.

Estas mismas fuentes admiten que esta situación es bien conocida en ciertos círculos de la iglesia en Bizkaia y que ya trasladaron sus advertencias a varios tanatorios para “no incurrir en un fraude”. Sin embargo, las funerarias han seguido contratando los servicios de estos curas falsos, al menos, hasta 2024.

Falsos curas

Para estos encargos, es relativamente sencillo hacerse pasar por un cura. “Con comprar una estola por internet y un manual para despedidas, cualquiera con una pequeña preparación podría hacer una despedida típica de tanatorio” donde no se consagra el pan. En todo caso, matizan desde la organización eclesial vizcaína: “Lo habitual es que los sacerdotes diocesanos mantengan una relación fluida con los velatorios”.

La tarifa establecida por la Diócesis de Bilbao para una ceremonia es de 100 euros, tras una subida en septiembre del año pasado y varias críticas del sector mortuorio, que no repercute en el salario de sus curas. En ocasiones, algunos sacerdotes fuera del control del gobierno diocesano han cerrado supuestamente acuerdos “para abonar 70 euros, que muchas veces se cobran en negro”.

Este engaño puede generar reclamaciones de las familias afectadas. “Estamos hablando de que se ofertan unas despedidas cristianas que incluyen oraciones, un altar y otros símbolos religiosos, pero resulta que la persona que oficia no es un cura”, señala el responsable jurídico de la Asociación de Personas Consumidoras y Usuarias Vasca (EKA/ACUV), Iñaki Velasco.

“Los tanatorios han vendido un servicio que no se corresponde con lo pactado en los paquetes contratados”, añade en declaraciones a EL PAÍS. Este abogado sostiene que esta situación debería derivar en la devolución del importe abonado porque lo que la clientela de un tanatorio recibe “es otra cosa”.

Más allá del fraude económico, Velasco destaca el “daño moral” causado a las familias que confiaban en que la ceremonia fuera oficiada por un sacerdote legítimo. “Son personas creyentes que ven vulnerado su sentimiento religioso, algo que no tiene reparación”.

Desde el punto de vista legal, el responsable jurídico de EKA/ACUV indica que “el falso sacerdote podría enfrentarse a consecuencias penales” por atribuirse funciones que no le corresponden. Asimismo, valora que los tanatorios que contratan a estas personas “se mueven en una situación ambigua”, sin verificar si realmente son sacerdotes.

Velasco recomienda a los afectados acudir a las asociaciones de consumidores para reclamar: “Como en cualquier otra situación, se debe presentar una reclamación con toda la documentación”. En caso de no obtener respuesta, se podría incluso “presentar una demanda judicial”.