Feijóo necesita que se aplique la amnistía

La política española no deja de dar giros sorprendentes. Después de haber combatido la ley de amnistía por tierra, mar y aire, antes incluso de que se presentara la proposición en el Congreso de los Diputados, a Alberto Núñez Feijóo le interesa ahora que el Tribunal Constitucional la avale y se pueda aplicar cuanto antes.

La coincidencia de Junts y el PP en algunas votaciones especialmente significativas en el Congreso de los Diputados ha roto la mayoría de la investidura y ha permitido vislumbrar un posible cambio de escenario. Han sido votaciones en las que el Gobierno ha salido derrotado por la coincidencia de intereses de la agenda económica de la derecha. Fue el caso del veto a la reforma que pretendía regular el alquiler de temporada o la moción que impidió prorrogar el impuesto especial a las eléctricas. Esta última tuvo un gran impacto político porque fue algo más que una coincidencia en la votación: fue un pacto en beneficio mutuo: el PP subrayaba la debilidad de la mayoría parlamentaria en la que se apoya Pedro Sánchez, y Junts demostraba que está dispuestos a todo y no le tiembla el pulso en sus órdagos al Gobierno.

Este acercamiento supone un nuevo cambio de guion por parte del PP, que ha pasado de criminalizar al gobierno de Pedro Sánchez por su dependencia de un líder prófugo de la justicia y secesionista, a aceptar como lo más natural del mundo poder pactar con él. De pronto, Junts ya no es un partido golpista, sino “una fuerza política más del arco parlamentario” con la que se puede coincidir, en aguda precisión del portavoz popular Miguel Tellado. Núñez Feijóo todavía no contempla entrevistarse con Carles Puigdemont, pero todo se andará. Veremos cuanto tarda en reaccionar la derecha mediática y el contrapoder ultra que le marca el paso en el interior del PP, pero parece claro que Núñez Feijóo está intentando virar hacia una nueva estrategia que a medio plazo le permita articular con Junts y el PNV mayorías alternativas al Gobierno del PSOE.

Como tantas veces ocurre en la áspera política española, la nueva situación entraña una paradoja que no ha sido suficientemente resaltada: después de haber dedicado toda su energía a combatir la ley de la amnistía, ahora, en su estrategia para llegar a la Moncloa, el más interesado en que el Tribunal Constitucional la avale es el propio Núñez Feijóo. El tribunal de garantías pretende tener todos los recursos resueltos antes de octubre de 2025, empezando por la cuestión de inconstitucionalidad presentada por el Tribunal Supremo y siguiendo por el recurso del propio PP.

Mientras no se aplique la ley de amnistía en toda su extensión, no será posible la normalización política de Carles Puigdemont ni del resto de líderes independentistas condenados por el procés y, en consecuencia, tampoco la incorporación de Junts al juego de las posibles mayorías alternativas. Sin esa posibilidad, el PP seguirá atado de pies y manos a Vox, y ese vínculo es justamente la principal baza de Sánchez para movilizar el voto progresista. Vox juega claramente a reemplazar al PP, por eso es un aliado tan incómodo para Núñez Feijóo. Cuanto más le abraza, más le estruja. Feijóo necesita, como el aire que respira, espacio vital y alternativas a esa alianza depredadora.