Cospedal niega en el Congreso todas las evidencias sobre la policía política contra el ‘procés’
La que fue 10 años secretaria general del PP cuestiona la veracidad y la custodia de los audios que la delatan en la Operación Cataluña: “Para mí es una creación ficticia y creo que no ha existido”
María Dolores de Cospedal apenas admitió que durante 10 años fue secretaria general del PP. Poco más. La exministra de Defensa negó decenas de veces, durante las tres horas que ha durado su comparecencia en la comisión de investigación del Congreso sobre la denominada Operación Cataluña, que ella o su entonces marido, Ignacio López del Hierro, tuvieran algo que ver con la misma o que hubiera contratado al polémico comisario José Manuel Villarejo para espiar a dirigentes de partidos independentistas catalanes, incluso ante las numerosas evidencias y grabaciones que se han publicado en estos años. Cospedal se escudó en que esos audios que ratifican numerosas conversaciones y encargos al comisario jubilado, publicadas en su momento por EL PAÍS y retomadas este lunes por la emisora RAC1, han podido ser “editados y manipulados” y han carecido de la “custodia” judicial adecuada para asegurar que la policía política que operó durante la Operación Cataluña fue “ficticia y nunca existió”.
No fue un interrogatorio fácil ni sencillo el que vivió la mano derecha de Rajoy en ese partido durante 10 años porque Dolores de Cospedal lo negó todo. La exministra aseguró que lleva años sin querer escuchar o enterarse de los pormenores del caso ni de nuevos audios y hasta afirmó que ni ella ni nadie de su entorno se los había enviado para que los pudiera tener en cuenta en su exposición. Al final admitió que pasó “malos momentos” en la comparecencia, pero se marchó aparentemente satisfecha. En la comisión no se pudieron escuchar ni las grabaciones pasadas, ni las nuevas emitidas este lunes por RAC1, donde queda en evidencia que sí mantuvo numerosos encuentros con el comisario Villarejo, algunas de ellas en presencia de su marido, que no ostentaba ningún cargo ni en el PP ni en el Ejecutivo de Rajoy. A Cospedal le seguirán el 14 de abril otros miembros de ese gobierno. En concreto, la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y el exministro de Hacienda Cristóbal Montoro.
La primera diputada que recurrió a esas revelaciones fue la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, para reclamarle precisión sobre cuántos encuentros mantuvo con Villarejo y para acusarle de espiar a su formación, de participar en el traslado del juez Manuel García Castellón desde un puesto de juez de enlace en Roma a la Audiencia Nacional para exculparla y concluir que ya debería tener antecedentes penales. Cospedal respondió que no recordaba o desconocía determinados pasajes de esas grabaciones y señaló la posible “edición o manipulación” de sus encuentros. Tampoco quiso aclarar quién pudo dar la orden en el Ministerio del Interior de la creación de esa policía patriótica para socavar a los partidos y dirigentes independentistas en plena ofensiva del procés. “Desconozco esa actuación, no lo puedo saber si la había o no, dudo mucho que existiera, para mí es una creación ficticia y creo que no ha existido”, reiteró decenas de veces con diferentes formulaciones.
Ante las preguntas a Cospedal del diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, lo máximo que pudo concretar la exdirigente popular fue que había sido ella la que quiso contactar con Villarejo, le llamó y se reunió con él cuando se estaba produciendo una investigación judicial contra la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, porque alguien le contó en 2009 que podía tener “información de actualidad” útil para el PP. A la exministra le pareció “una obligación” averiguar más al respecto y hasta relacionó esos problemas judiciales de Barberá con su posterior muerte ya en 2016. Más adelante, Cospedal admitió que el comisario, con el que no sabe exactamente cuántas veces estuvo, pero que aceptó que podrían ser alrededor de dos veces al año durante una década, nunca le aportó nada reseñable, porque todo lo que le iba contando ya se había publicado en los medios, pese a lo cual siguió citándose con él.
Fue en ese contexto cuando Cospedal indicó por primera vez que cuando ella se encontraba con Villarejo el comisario estaba “retirado, en excedencia y no activo”, pero tenía información. Varios diputados, de Junts, ERC, Bildu y el PSOE, le insistieron mucho para que rectificara esa definición, porque Villarejo sí estuvo fuera de la actividad policial entre 1993 y 2003, pero en los años que mantuvo confidencias con Cospedal, entre 2016 y 2017, estaba en servicio. La exministra matizó más tarde, ya fuera de la sala, que ella mantiene que Villarejo en esa época en la que frecuentaron tenía permiso de doble actividad para ejercer también fuera de la policía, porque montó una empresa privada, que es precisamente con la que hacía ese tipo de servicios.
Las frases y conversaciones grabadas en las que se escucha claramente a Cospedal interesarse por algunas “bombas” informativas que podrían perjudicar a Podemos o a Junts y ERC, o a dirigentes como Artur Mas u Oriol Junqueras y sus familias, fueron desmentidas o consideradas manipuladas por la ex secretaria general del PP. La exministra negó también que ella avalara o permitiera pagos ni a confidentes ni a parejas de un hijo de Jordi Pujol ni tampoco al empresario Javier de la Rosa ni a la empresa pública Enresa o a su entonces presidente, Paco Gil Ortega, como sí muestran algunos audios.
Los portavoces de los partidos que se quedaron para el final de la comparecencia ya no profundizaron tanto en indagar más cosas, sino en poner en solfa toda la posición de Cospedal y sus silencios o ausencias. El socialista Manuel Arribas incidió mucho en el papel jugado en esos contactos por su exmarido y Cospedal, molesta, lo tildó de “machista” por insinuar que podría estar actuando en aquellos momentos “por delegación” suya. Los representantes de Vox y del PP, Ignacio Gil Lázaro y Rafael Hernando, ambos veteranos excompañeros y miembros del ala dura de sus respectivas formaciones, arremetieron contra la “patraña” de la comisión, que descalificaron como una cortina de humo para tapar todo tipo de trapacerías que achacaron al “gobierno corrupto de Pedro Sánchez” y de sus socios.
La versión de Cospedal fue el argumentario que reiteró por la tarde, con varios enfrentamientos dialécticos todavía más extensos y agrios con los diputados que le preguntaron, la expresidenta y excandidata del PP al Parlamento catalán, la ahora diputada en la Asamblea de Madrid, Alicia Sánchez-Camacho, que catalogó la Operación Cataluña como “una invención y una ficción”. Sánchez-Camacho aprovechó distintas refriegas para colar en el debate todos los grandes hits del sector ayusista de su partido con el caso Koldo o Ábalos, referencias a Jessica Rodríguez, la prostitución o la cocaína y que un diputado del PP, Ricardo Tarno, completó más tarde con alusiones extemporáneas a Víctor de Aldama, la X de los GAL, o denunciados espionajes del pasado aparecidos en los medios del PSC, CiU y los Mossos.
Nuevos audios de las reuniones entre Cospedal y Villarejo
Precisamente este lunes se han publicado el contenido de un nuevo fragmento de las conversaciones entre Villarejo y Cospedal. En la grabación, a las que ha tenido acceso RAC-1, el agente y la exministra de Defensa se felicitan mutuamente por el resultado de unas maniobras en contra de líderes independentistas y señalan a algunas de las piezas claves dentro de la guerra sucia. Entre los nombres que figuran están los de la exlideresa del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho o el de Vicky Álvarez, expareja de Jordi Pujol Ferrusola. También se mencionan algunos nuevos posibles implicados: según Villarejo, el exalcalde socialista de Sabadell, Manuel Bustos, se habría ofrecido para brindar información que salpicara al entonces presidente de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras.
En el audio, de septiembre de 2014, Villarejo explica a la entonces número dos del PP que Bustos tiene información que podría no solo incriminar al hermano de Oriol Junqueras sino que permitiría abrir una guerra entre los líderes más veteranos y la generación que estaba a cargo, desgastando así a la formación republicana en medio del procés. “Tengo acceso directo a un tío que me da información clave sobre el tema de Esquerra para desmontarla”, le ofrece Villarejo a Cospedal. “Pues dámela a mí”, responde la exministra.
Cospedal, a Villarejo: “Dona’m el que tinguis contra el germà d’Oriol Junqueras” pic.twitter.com/R0Kan4fxAR
— El món a RAC1 (@elmonarac1) March 24, 2025
Manuel Bustos asegura que los audios “son mentira”, aunque admite que el entorno le contactó ofreciendo ayuda. “Nos dijeron que sabían que se había organizado una operación política desde los Mossos contra nosotros y que nos podía ayudar a solucionarlo”, explican desde el entorno del exalcalde de Sabadell. Estas mismas fuentes añaden que durante la reunión con Villarejo “le empezaron a preguntar cosas, pero él [Bustos] dijo que no sabía nada”, informa Ivanna Vallespín.
En otro apartado de la conversación, el excomisario recomienda a Cospedal que se pague a Álvarez los 50.000 euros que supuestamente Sánchez Camacho le habría prometido por apuntar a los Pujol. “Esta chica [en referencia a la expareja de Pujol Ferusola], como es una vampira, a ver si arregla lo de Alicia [Sánchez-Camacho]. En su momento le dije a Alicia: ‘No puedes prometerle a esta tía que le darás 50.000 euros y luego cortarle la comunicación’. Págale y la tía se callará. Ya me encargaré yo que se calle”, recomienda Villarejo a Cospedal. El origen de ese dinero, según se puede escuchar en el audio, habría enfrentado a Villarejo con quien fuera entonces el número dos del Ministerio del Interior, Francisco Martínez, que le habría dicho que esa maniobra era una cosa del partido, no del Gobierno. Álvarez siempre ha negado haber recibido ese dinero.
Tanto Villarejo como Cospedal loan el papel de Sánchez Camacho en esta parte de la guerra sucia contra el independentismo y se jactan de sus injerencias en la Audiencia Nacional cuando el juez Pablo Ruz quiso descartar las acusaciones de Vicky Álvarez. “Ruz es un monigote de [Alberto Ruiz] Gallardón. ¿Te acuerdas el trabajo que os costó el tipo cuando denunció la Vicky? Que la Fiscalía dijo que no había nada y el otro [Ruz] lo echó para atrás...”, explica el excomisario. “Me acuerdo divinamente. Y mira el pollo que le está montando ahora a Rajoy por la Gürtel”, le responde la entonces número dos del PP.
Críticas de los partidos catalanes
El contenido de los audios conocidos este lunes han sido respondidos con vehemencia por parte de los partidos independentistas catalanes. “Esperamos que la justicia actúe y se investigue a la señora Cospedal, que también debería pedir perdón”, ha asegurado la número dos de Esquerra Republicana, Elisenda Alemany. Para la republicana, no puede pasar desapercibido que el Partido Popular haya querido “destruir con juego sucio a fuerzas democráticas”.
También se ha referido al tema el propio Junqueras. “No estamos ante algo simplista, que los del PP lo han hecho mal, estamos ante algo mucho más complejo en el que hay gente del PP y gente del Partido Socialista y gente de otros ámbitos que han tenido una actuación que es delictiva, que es un delito”, ha dicho el líder de ERC en una entrevista a RAC-1.
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